Capítulo 9

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Daniel:

La mirada temerosa en su rostro demacrado.

Lo observo de pies a cabeza mientras alzo lentamente mis manos. La mano con la que sostiene el arma tiembla levemente, su rostro es pálido y su barba está mal cuidada, su ropa presenta varias manchas y rasguños, y su gorro negro cubre su pelo. Los disparos se han detenido hace varios segundos ya, olvido a Evan, a la sombra, y a la esfera. Solo soy yo y él, y de esto solo uno saldrá con vida.

—Lo siento amigo, no quiero hacerte daño —me dice con voz ronca y temerosa—. Así que...

— ¿Por qué lo dices? —le digo sin demostrar temor alguno. Si quieres inspirar miedo, tienes que eliminarlo de ti primero—. ¿Por qué luzco como un niño y no quieres tener en tu conciencia el hecho de que mataste a un niño? No seas patético.

— ¿Qué? —me pregunta atónito.

— Sí, es que de verdad dudo que vayas a disparar esa arma, así que yo seré el que la disparé, porque a mí si me interesa seguir vivo —le digo al mismo tiempo que comienzo a bajar los brazos, aún con la pistola en mi mano.

— ¡No bajes los malditos brazos o te vuelo la cabeza!

En ese momento el zumbido de la esfera aumenta lo suficiente como para interrumpir la conversación y quedarnos en silencio.

—Vaya ­—le contesto en tono retador—, sigue hablando así y no solo lograrás intimidarme, también harás que vuelen este maldito lugar.

— ¡No...! —se contiene antes de seguir gritando—. No estoy jugando, cierra la maldita boca de una vez por todas y dame tu arma.

—Wow, intentas ser duro, eso intimida, pero no lo suficiente, créeme tu no logras intimidarme, nací en medio de este infierno, hay pocas cosas que me den miedo.

El hombre enloquece y llega hasta mí, me empuja contra la pared y coloca el arma en mi cabeza.

—Si crees que no tengo el valor para disparar esta arma, estás muy equivocado, niño.

—No soy un niño —le digo con furia. Se queda esperando algún movimiento para jalar el gatillo y es lo que le doy.

Con las manos en alto lanzo mi pistola por el pasillo, esta se resbala a un metro de nosotros y choca contra una pequeña mesa de madera pegada al pasillo, sobre ella hay varias fotos y un jarrón blanco vacío.

—Está bien, está bien, me rindo, me tienes —le digo fingiendo temor.

El hombre me mira curioso, confundido, aún con la mano temblando, pero baja el arma y me mira a los ojos.

—Hiciste bien.

Comienza a alejarse sin apenas despegar la mirada de mí. Afuera el zumbido ha aumentado. Se agacha a un lado de la mesa, y cuando gira la vista para recoger el arma, corro directo a la mesa, sujeto el jarrón y antes de que pueda evitarlo, lo estrello contra su cabeza. El hombre cae al piso, recojo mi pistola y le disparo dos veces en el pecho. La primera falla, la segunda no.

El hombre comienza a arrastrarse en dirección a la cocina, la cual está al final del pasillo, yo comienzo a alejarme del pasillo y me meto en la habitación en la que estaba el hombre, donde hay varios sillones y un televisor. En ese momento la puerta principal estalla y los disparos comienzan a impactarse en el resto del pasillo. Corro en dirección a la puerta trasera, llego a la cocina por otra puerta, y adentro el hombre está intentando ponerse de pie, en cuanto me ve entrar comienza a descargar varios disparos en mi dirección, pero logro salir por la puerta trasera sin recibir ningún daño.

La última esperanza Parte 2: Resistencia (The last hope #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora