Capítulo 28

947 129 9
                                    

Daniel:

Camino entre la oscuridad.

Camino entre el frío, camino entre las calles abandonadas, entre los autos desechos, camino con mi pistola en la mano, con pasos ligeros y con mis sentidos al máximo.

«Como un ninja»

Busco desesperadamente por una pista que me lleve a Leah, algo que me indique por dónde pudo haber ido, pero no hay nada más que mi instinto el que me dirige. Entonces, a varios metros de distancia, logro distinguir su silueta corriendo. La sigo, sin importarme cuanto ruido hago. Corro tan rápido como puedo, grito su nombre y se detiene. Estoy por alcanzarla cuando ella se gira y me apunta con su rifle. Por costumbre me detengo y alzo las manos, mientras ella se coloca en posición para disparar.

—No tienes balas, no me engañarás —le digo mientras doy un paso al frente. En ese momento alza el rifle y dispara al cielo, después, lo vuelve a preparar.

—No soy estúpida. Ustedes fueron tontos al creer que había cedido así de fácil.

Me quedo impactando, sin saber qué hacer, vaya que nos engañó.

—Bueno, queríamos ser amables.

—No me sigas o te vuelo la cabeza.

Comienza a retroceder, sin despegar las mirada de mí.

—No lo harás. No me dispararas —le digo mientras avanzo un paso más—. Sí nos quisieras matar, ya lo hubieras hecho. Sí nos quisieras matar hubieras asesinado a Aarón cuando pudiste y no lo hubieras dejado inconsciente.

—Soy piadosa.

—Claro que no. No tienes el valor para asesinar a gente inocente.

—Vaya que no me conoces.

—Lo hago. Te conozco, porque he vivido las mismas cosas que tú. Nacer en este mundo, crecer en este mundo. Jugar con navajas y pistolas en lugar de juguetes. Aprendí a cazar y matar a los nueve años, ¿Y tú?

— ¿A qué demonios vas con todo esto?

—A qué sé lo que se siente. Sé lo que es crecer y perder a los seres que amas, sin importar que te hayan hecho. Sé lo decepcionante que puede ser ver tu única esperanza hecha cenizas. ¿Es eso no? ¿La resistencia no era lo que esperabas?

—Cruce medio país y perdí a gente que amaba para ver este lugar hecho pedazos. Por supuesto que es decepcionante. No pretendo quedarme a formar parte de esas cenizas. No me quedaré a morir con ustedes.

— ¿Morir?

Poco a poco comienza a bajar la guardia.

—Sí. Uno de los hombres de la resistencia me contó lo que es este lugar, un tal Gabriel. ¿En serio? ¿Trabajar para asesinos? ¿Eso es lo que la resistencia te garantiza como refugio? ¿Cómo vida?

« ¿Gabriel? Seguramente es uno de los hombres de los que ni su nombre sé».

—Pero aún hay una salida. Sí trabajamos juntos lograremos solucionarlo.

— ¿Así? ¿Qué te hace pensar eso? ¿Tu tremendo entusiasmo a la vida? ¿Tu patética creencia de que todo está bien aunque no sea así? Te voy a decir algo. Te conozco, porque he vivido las mismas cosas que tú, y si es tan cierto que somos tan parecidos, sé que arruinaras las cosas, y cuando eso pase, perderán todo, y no estoy dispuesta a quedarme para ver cuando ese momento llegue.

Me deja sin palabras, me quedo en silencio, incómodo, herido, ¿Será acaso que ella tiene razón? Probablemente sí. Así ha sido toda mi vida. He arruinado todo, Javi, Cristina, Tomás, y todas las personas que han muerto por mi culpa.

La última esperanza Parte 2: Resistencia (The last hope #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora