Capitulo 3.

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Min YoonGi.

Hace un momento había recibido un mensaje del señor Park diciéndome que mis clases como profesor privado comenzaban justo mañana, así tuve que tomar una decisión, tenía que renunciar a uno de mis dos trabajos extras que tenía.

La panadería jamás la dejaría, la dueña era una anciana muy simpática, me trataba como a un niño, como si de su hijo se tratase.

La preparatoria, jamás, esto había sido mi sueño desde hace mucho tiempo y no pensaba dejarlo ir, aparte, mi nuevo trabajo era parte de mi trabajo de maestro en la preparatoria.

Solo quedaba el restaurante italiano, bueno no es que no me guste, pero creo que ganaría más con la nueva oportunidad que me estaban dando.

Bueno, ya estaba decidido, justo después de salir de la panadería, iría al restaurante a presentar mi renuncia.

—Así que tienes que enseñarle a un jovencito mal educado como ese, hay dios mío, no te estreses mucho Sugita—me decía la anciana mientras yo le contaba como estaba la situación en este momento, no dije nombres, ya que no pensé que fuera necesario.

—Usted tranquila abuela Jungwha, esta todo bajo control—sonreí mientras acomodaba el pan recién echo en los estantes.

—¿Entonces hoy iras a renunciar al restaurante?—dijo mentiras se acomodaba sus anteojos.

—Si, justo después de salir de aquí.

—Muy bien hijito—dijo y se dirigió a la cocina.

La tarde se pasó algo lenta, aún seguía pensando en que muchas cosas buenas y que cambiarían, posiblemente mi futuro estaban ocurriendome, me sentía tan orgulloso de mi mismo.

Se llegó la hora de salida de la panadería, me despedí de la abuela y me dirigí al restaurante.

Al llegar, me metí por la entrada de empleados y el jefe me esperaba molesto.

—¿Acaso te mandas solo?, has visto la hora, tienes 20 minutos de retraso—dijo mientras trataba de intimidarme.
—Estas despedido—gritó.

—Justo venía a renunciar, que oportuno—lo mire fijamente mientras el se reía.

—Perfecto—sonrió y se sentó en una silla cerca de ahí.

—Necesito el dinero de, usted sabe, horas extras, trabajos que no me pertenecían a mi, y por el simple hecho de haber trabajado, todo ese dinero que nunca recibí—me puse serio.

—Olvídalo, no te daré ni un centavo—se cruzó de brazos.

—¿Quiere vérselas con un juez?—no cambie mi postura.

—Y-yo...—no lo dejé continuar.

—Yo tengo todo el derecho de reclamar lo que me debe y usted, como responsable de haberme contratado tiene la obligación de pagarme el salario justo—me crucé de brazos y el se quedó muerto.

—Le pagaré, ¿okey?—el hombre se veía agobiado, sabia que le iría mal si yo decidía llevarlo frente a un juez.
—Esperé un momento—dijo y fue hacía su oficina.

—Toma—el jefe regresó después de unos 10 minutos y me tendió un cheque.
—Puede ir a cambiarlo cuando sea—dijo fulminandome con la mirada.

—Gracias—dije y me dispuse a salir de ahí, pero mi celular comenzó a sonar.

—¿Profesor Min?—escuché la voz del Presidente Park del otro lado

Mi Nuevo Profesor. (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora