Capitulo 13.

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Min YoonGi.

Me desperté aún aturdido, la noche anterior mis heridas habían sido limpiadas y vendadas, debido a la paliza que me habían dado.

Me senté percatandome de una pequeña manta que me cubría el cuerpo, me talle los ojos y miré a mi alrededor, este no era mi apartamento, era la casa del Joven Park, había pasado aquí la noche sin siquiera haber sido invitado.

Recorrí la sala con la mirada y observé al ya mencionado recostado en el sillón frente a mi, al parecer se había quedado dormido ahí sin previo aviso, me puse de pie mis heridas no me ayudaron en mucho pero logre mantenerme, doble la manta y la puse sobre una mesita café que yacía a un costado del sofá.

—Buenos días profesor Min YoonGi—escuche una voz familiar que provenía de la puerta, voltee a está y observe al presidente Park parado con una taza en mano.

—Buenos di...—intente dedicarle una reverencia pero en el momento en que me incliné sentí una fuerte punzada en el abdomen que me hizo doblarme y quejarme de dolor.

—No se moleste, tome asiento—este se apresuró para ayudarme a volver a tomar asiento.

—Disculpe por las molestias—dije aún con el fuerte dolor de la punzada de mi abdomen.

—Usted no sé preocupe, por favor vuelva a recostarse, Misung dijo que tenía que descansar un poco—me sonrió enardecidamente.

—Ya me siento mejor, de verdad—le devolví el gesto y este negó con la cabeza.

—Mi hijo me contó todo, se que recibió una buena paliza como también se que hasta lo hicieron sangrar—dijo con una expresión preocupada en su rostro.

—Gracias por preocuparse por mi.

—En un momento le traerán un desayuno para que continúe recuperándose—me dedico una reverencia más y salió de la sala.

Volví mi vista hacía el joven Park que aún dormía de una forma no muy cómoda, volví a levantarme con esfuerzo, tome la manta que había doblado, me acerque hacía él y la coloqué encima.

—Profesor Min—escuché una voz que me llamo desde la puerta, me gire, era el joven Jeon.

—Buenos días joven Jeon—volví a intentar hacer una reverencia pero el dolor de mi abdomen me hizo tambalear.

—¿Se siente bien?—se aproximó hacía mi y me tomó del brazo ayudándome a volver a sentarme.

—Si, descuide, gracias.

—Lamento que le haya sucedido esto—me miro.

—No se preocupe, solo es producto de mi mala suerte—sonreí de lado.

—Recuperese pronto—me dedicó una reverencia y salió de mi vista.

Después de unos minutos Misungi llegó con un desayuno que dejó frente a mi encima de la pequeña mesita de madera.

—Muchas gracias Misungi.

—Misung, no es nada, con permiso—me dedicó una reverencia y se fue.

Comencé a comer, tenía mucha hambre, así que acabe en cuestión de minutos, aunque al masticar me dolía debido a los golpes que había recibido.

—¿Ya se siente mejor?—escuché la voz somnolienta del joven Park que se había despertado.

—Si.

—Bien—se puso de pie dejando a un lado la manta que le había puesto.

—Joven Park—llamé su atención antes de que saliera de la sala él se giro a verme.
—Le agradezco lo de ayer—este desvío la mirada.

—No es necesario que agradezca—contestó sin voltearme a ver y continuo su camino.

Volví a recostarme, la cabeza había comenzado a dolerme, mi abdomen me impedía hasta respirar, cerré los ojos y lentamente me quede dormido, todo adolorido y con la respiración entre cortada.

—Profesor Min YoonGi—escuché mientras alguien me removía.

—¿Qué, qué paso?—abrí los ojos algo exaltado, había dormido mucho ya que fue fácil levantarme.

—Traje su almuerzo—Misungi dejó una bandeja frente a mi.

—¿Almuerzo?, espera, ¿qué hora es?

—Las 11 de la mañana—contestó yo me quede boquiabierto.

—¿LAS 11?, TENGO QUE IRME YA, LA PREPARATORIA—hice un inútil esfuerzo por levantarme ya que me doble debido al dolor de mi cuerpo.

—Usted debe descansar—la voz del presidente Park me hizo sobresaltar un poco.

—Presidente Park—él sonrió.

—Usted tranquilo, yo mismo he justificado su falta del día de hoy—me dedico una reverencia y volvió a sonreír.

—Le agradezco mucho presidente Park y disculpe las molestias—solo le sonreí ya que no pude devolverle la reverencia.

—Usted solo preocupese en recuperarse—me sonrió por tercera vez y salió de la sala.

—Disfrute su almuerzo—Musungi también salió de la sala dejándome solo.

Comí despacio me dolía todavía un poco el abdomen así que intente no comer mucho, me sentía muy agradecido, hace tiempo que alguien no se daba la tarea de preocuparse por mi o incluso cuidarme, esto era algo que definitivamente iba a devolver de forma atenta y cuando fuera necesario.

Tal vez el joven Park no me agradaba mucho, pero eso no quitaba el hecho de que no tomará en cuenta los buenos gestos y esa atención que me había dado, aunque prácticamente hubiera rechazado su ayuda.

Terminé de comer y deje el plato frente a mi en la mesita de madera, ya me sentía un poco mejor, aún me costaba trabajo mantenerme en pie, pero mis demás heridas ya no dolían del todo.

—¿Como se siente?—Misungi llamó mi atención desde la puerta.

—Mucho mejor, se lo agradezco mucho.

—Le pido disculpas por el comportamiento del joven Park—tomo mi plató vacío.

—¿Disculpe?

—Si, actuó de una forma muy agresiva y mandona, él no era así, ha cambiado mucho—yo recordé lo que la abuela Jungwha me había dicho.

—Por su madre—dije mirando hacia cualquier lado y este se sorprendió.

—¿Como lo sabe?—preguntó sorprendido.

—La abuela Junwgha me lo dijo—confesé y este sonrió.

—Ya veo—se quedó parado viéndome.

—Usted tiene los ojos de la madre del joven Park—me quede callado aquello me había sorprendido.

—¿Eh?

—Un poco inexpresivos pero con un brillo muy único—siguió.
—La señora Park era la luz en está casa, ella hacía que todos estuviéramos felices, cuando ella estaba el ambiente era agradable, desde su partida, todo cambio, el joven Park jamás volvió a ser el mismo—suspiro nostálgico.
—Con su permiso—salió de la sala.

Me siento igual, desde la partida de aquel buen hombre que cuido de mi, ya no soy el mismo.

Mi Nuevo Profesor. (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora