Capitulo 23.

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Min YoonGi.

Llegamos a la preparatoria, al bajar las chicas que siempre rodeaban el auto del joven Park me asesinaban con la mirada mientras yo agradecía por el viaje y rápidamente caminaba hacía algún lugar en dónde nadie me viera ni me quisiera matar.

—Profesor Min—escuché la voz del profesor Kim que me llamó desde atrás, yo me gire.
—Profesor Min—este terminó por acercarse.
—Buenos días, siento lo de ayer—me dedicó una reverencia.

—No se preocupe—le devolví el gesto.

—¿Puede, contestarme una cosa profesor Min?—nos detuvimos frente a una gran vidriera.

—Si, ¿que ocurre?

—¿Paso algo ayer entre usted y él joven Park?—yo le mire aturdido.
—N-no me lo tome a mal, solo pensé que ustedes, ya sabe, se odiaban o algo así—dijo agitando las manos frente a mi en forma de negación.

—Yo lo odio.

—Pero se llevan muy bien—yo volví a echarle una mirada asesina.

—No lo creo.

—Bueno, en fin, solo era una observación mía, no me lo tome a mal, esa no es mi intención—me sonrío.

—Esta bien, pero, una cosa.

—¿Que cosa?—dijo antes de que terminará de formular mis siguientes palabras.

—¿Porqué dice que parece que nos llevamos muy bien?—me irritaba, debido a esto ahora se pensaba que él me agradaba, ¡JA!, si claro, ni en otra vida.

—Al ver como se familiarizan, parece como si fueran amigos de ya mucho tiempo, como si hubiera mucha confianza entre ustedes, aunque sólo han pasado unos meses desde que usted entro a trabajar aquí—yo reí.

—Si claro—musite y el profesor Kim sonrío.

—Bien profesor Min, nos vemos en el almuerzo—caminó hacía el salón que estaba cerca de ahí y entro, yo seguí mi camino hacía mi primera clase.

Hoy no me tocaba clase en el salón del joven Park así que gracias a eso, mi día fue tranquilo y sin tanto estrés.

Llegó la hora del almuerzo, me dirigí hacía la cafetería en donde él profesor Kim me esperaba sentado en una mesa con su celular en mano.

—Profesor Kim—dije en cuanto me acerque a él, bajo su celular y levantó la vista.

—Hola—sonrió y guardo el celular en su pantalón.

—Hola.

—Venga, pidamos nuestro almuerzo—se puso de pie y yo lo seguí.

Llegamos a donde pediríamos nuestros alimentos y nos dispusimos a tomarlos para regresar a nuestra mesa y comer.

—Profesor Min, vi que esta mañana el joven Park lo trajo—rió.

—Es alguien muy persistente y terco—eso salió sin que yo lo quisiera, además era algo que ni siquiera tenía que ver con lo que me había dicho.

—¿Porqué?—enarco una ceja.

—P-por nada por nada—camine hacía nuestra mesa y este me siguió.

—Ande profesor Min, se que hay algo que quiere decirme—dijo mientras caminaba de forma extraña.

—Bien, pero sentémonos de una vez, tengo hambre y la hora del almuerzo no dura mucho.

—Bien bien—nos dirigimos a la mesa y nos sentamos para comenzar a comer.

Le conté todo lo que estaba pasando con el joven Park y conmigo al profesor Kim, bueno, omití completamente la parte sobre el beso extraño que me había dado y su actitud acosadora, pero todo lo demás se lo dije.

—Cielos, ese chico, desde que lo conozco, jamás se había comportado así, normalmente odia y desprecia a aquel que se le acerque o hable, a menos de que sea una chica—dijo mientras comía.

—¿De verdad?

—Si, es muy extraño—continuo comiendo mientras yo pensaba en eso.

—Vaya.

Terminamos de comer y nos dirigimos hacía la sala de directivos para ver lo que teníamos programado hacer.

—Profesor Min, ¿puede venir un momento?—cuando llegamos el presidente Park me llamó en cuanto me vio.

—¿Para qué me llamaba presidente Park?—le dedique una reverencia y este me indicó que tomará asiento frente a su escritorio.

—Necesito de su ayuda hoy después de las clases—se veía nervioso.

—¿De verdad cree que pueda ayudarlo?—la verdad es que no tenía ganas de hacer nada después de clases hoy.

—Si, por supuesto, verá, últimamente he visto que usted y mi hijo tiene una buena relación—dijo y yo rodé lo ojos; si claro.
—Creo que puedo darle mi confianza de que cuidara de Jimin, porque de verdad lo va necesitar, no quiero que deje que se altere, que cause estragos o que lo deje solo—continuó, sinceramente no sabía de que estaba hablando.

—¿Qué es lo qué tengo que hacer?

—Voy a presentarle a mi pareja—se veía realmente nervioso.
—Mi esposa murió cuando Jimin tenía 5 años, fue un golpe muy fuerte, tanto como para él como para mi, desde aquel día Jimin dejo de ser el mismo—pausó y suspiró.
—Jimin y yo le hicimos una promesa a su madre—trago saliva.
—Que yo jamás volvería a contraer matrimonio—volvió a suspirar pesadamente.
—Él no entendería esta situación, él no entiende lo solo que me siento—suspiraba triste constantemente.

—Entiendo, yo, yo lo ayudaré —dije para intentar que se calmará un poco, ya que por su salud, no debería de tener este tipo de bajones emocionales.

—Gracias profesor Min, se lo agradezco de todo corazón—me dedicó una reverencia.

—No es nada—le devolví el gesto.
—Con su permiso—me dirigí hacía la puerta.

—Lo esperaré en el estacionamiento, y por favor, no le diga nada a Jimin—yo asentí y salí de su oficina para continuar las clases que me faltaban.

El día se paso realmente lento, eso era bueno, ya que la verdad no quería que llegará la hora de la salida, no me sentía a gusto con esto, no sentía que fuera apropiado que yo estuviera presente ante este tipo de situaciones familiares.

Las clases acabaron, me dirigí inseguro hacía el estacionamiento buscando al presidente Park, a quien visualice frente a su auto caminando nerviosamente de un lado a otro; esto no es una buena idea. Me acerque y lo salude, y nos dispusimos a esperar a el Joven Park.

Mi Nuevo Profesor. (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora