Mi Nuevo Profesor. (YoonMin)

Capitulo 2.

Park Jimin.

—¿Él es su hijo?—el irritante profesor de cabello negro, me miró disimulando su incomodidad.

—Si, por eso, a su palabra, me disculpo por su actitud—mi padre era una persona alegre y amable, así que le sonrió mientras hablaban, en cambio yo solo me mantuve serio, observando fulminante aquel viejo decrépito que me había golpeado y arrojando fuera del salón.

—Acepto sus disculpas señor Park—dijo el profesor mientras yo desviaba la vista hacía cualquier otro lado.

—Muchas gracias Profesor Min—mi padre le dedicó una reverencia.
—Hay otra cosa que quiero pedirle—le dijo mi padre al viejo mientras me obligaba a sentarme.

—Dígame—el profesor estaba comiendo un sandwich mientras conversaba.

—Quiero que sea un asesor privado de mi hijo, su intelecto es excelente, su forma de trabajo es formidable, quiero que este chico aprenda directamente de usted—me quede petrificado, este hombre no, no podía hacerme esto.

—¡ME NIEGO!—me levanté de golpe gritando hacía mi padre.

—Jimin por favor, toma asiento—me dijo mientras me volvía a obligar que me sentará.

—Señor, le pido una disculpa pero...—mi padre lo interrumpió.

—Le pagaré, aparte de sus salario como maestro particular, le pagaré más, una cantidad a parte, ¿qué dice?—reí ante eso.

—Jimin por favor—mi padre me dió un golpe en la cabeza y continuó.
—De verdad le pido este gran favor, mi hijo es una persona muy difícil de tratar y se que usted tiene la suficiente madurez para hacerlo entender y comportarse de buena manera, además, necesita mejorar sus calificaciones, requiero su ayuda, de verdad—mi padre era muy bueno persuadiendo a la gente

—Esta bien, acepto, su hijo necesita control y yo se lo daré—me miró mientras me dedicaba una sonrisa maliciosa, note algo extraño en su ojos, no los había visto con detenimiento, pero se me hacían nostálgicamente familiares, que no pude evitar mirarlos directamente.

—¿De verdad?—mi padre saltó de la alegría.

—Yo no quiero, no lo haré—dije haciendo enfadar a mi padre, mientras disimulaba y desviaba mi vista; Sus ojos, tiene los ojos de...

—Lo harás, porque yo digo y quiero, y no quiero más reproches—se dirigió hacía mi amenazante.
—Lo llamaré para hablar de eso, nos vemos—me tomo del brazo, me obligó a dedicarle una reverencia y me sacó casi a rastras de ahí; Tiene los ojos parecidos a los de mi madre.

—¿Cuál es tú problema Park Jimin?—mi padre estaba enojado, lo supe por que siempre me llamaba de esa forma cuando era así.

—Ese sujeto no me agrada, me golpeo y me sacó a jalones del salón—dije tratando de que mi padre viera lo malo que el profesor Min era y tratando de quitarme de la cabeza aquel loco pensamiento.

—Algo malo debiste hacer, ¿o me equivoco?—sonrió mientras nos dirigimos a su oficina.

—Ese no es el punto—dije nervioso y suspire nostálgico.

—Claro que si niño, ¿cuántas veces te lo tengo que repetir?, ya deja de comportarte de esa manera hijo, por favor—sonrió cálidamente, la sonrisa de mi padre, la único sonrisa en el mundo que podía lograr convencerme de algo.

—No hagas eso—le dije mientras desviaba la vista.

—¿Hacer qué?—sonrió y se acercó a hacerme cosquillas.