Park Jimin:
YoonGi Hyung y los demás chicos tenían que irse a trabajar, así que me di una ducha ya permitida por mi Hyung para poder despertarme bien y comer algo.
No se cuanto tiempo estaría con ellos, tenía miedo de que mi padre viniera hasta aquí para llevarme consigo y ser capaz de enviarme de nuevo a Inglaterra.
Mi celular había estado sonando desde que me duchaba, así que al salir lo primero que hice fue tomarlo, para revisar el registro de llamadas, era mi padre, comenzó a sonar de nuevo esta vez conteste.
—Ven inmediatamente, necesitamos hablar.
Termino la llamada después de eso, tenía miedo, pero era hora de afrontarlo, me vestí tome las llaves de mi auto y me dirigí hacía casa. Me temblaban las manos mientras me iba acercando y el miedo me invadía todo el ser, vi a Misung afuera esperándome, baje de mi auto y el me recibió como siempre.
—Joven Park, su padre lo espera en el vestíbulo—me dijo para después mirarme preocupado
—Esta molesto, por favor, cuíde lo que dice—me tocó el hombro y yo entre por el pasillo hacía el final de este para encontrarme con mi padre.Mis manos temblaban y sudaban conforme iba viéndole de espaldas, tenía miedo, pero ya me había decidido, no dejaría que el siguiera controlando mi vida.
—Ya estás aquí, entrá y siéntate—se volteo como si me hubiera visto.
—¿De qué quieres hablar?—hice caso omiso y solo lo miraba esperando lo peor.
—Hable con los padres de Yung Shi, ella quiere que todo lo de ustedes se acabe—hizo una pausa y bebió un poco de una copa que tomó de la mesa de su lado. —Se que ella no tomo esa decisión por si sola, sé que tuviste algo que ver y quiero que pares, antes de que empiece haber consecuencias—bebió otro sorbo de manera amenazante sin quitarme la mirada de encima.
—¿Qué es lo que quieres?—no salió otra cosa de mi boca que esa tonta pregunta.
—Te irás a vivir a Italia junto a Yung Shi, espero que así puedan aprender a ser una familia—me había quedado sin habla, solo lo veía con despreció mientras me hervía la sangre y la garganta me quemaba.
—No—me costó tanto decirlo, por un momento me había arrepentido pero me arme de valor.
—No lo haré, no quiero seguir con esta farsa, no quiero ser tu sucesor, no quiero saber nada que tenga que ver contigo—me lastimaba la garganta con cada palabra, como si fuera fuego, como si en cada una de las palabras que salían de mi boca fueran pedazos de carbón al rojo vivo.—¿Estas de broma?—él rió, era una risa seca, una risa sin razón.
—¿Quien eres?, ni siquiera puedo reconocerte, ¿qué pasó contigo?, ¿desde cuándo dejaste de verme como tú hijo y me convertiste en una ficha de tú juego?—quería llorar, lo tenía cerca y ni siquiera sabía quién era, me dolía recordar lo bueno que solía ser, cuando me amaba.
—Es parte de crecer, no lo entenderías—me miro, sus ojos estaban tristes, sin esa luz que alguna vez le había albergado el alma.
—Tú no lo entiendes, esa mujer está controlandote—se acerco y me dio una abofetada, lleve mi mano a mi mejilla y lo mire aún con más asco.
—No te atreves a hablar así de ella—respiraba rápido y tenía los puños cerrados.
—Adelante, golpeame, házlo—mantuve la compostura, estaba destrozado, aún así las lágrimas ya no salían por que ya no me quedaban más.
—Silencio—grito lanzando la copa de vino contra la pared haciendo que Misung entrará corriendo a la habitación.
—Señor Park—dijo Misung desde la puerta y después se volvió a mi.
—Me voy, no me busques, no lograrás hacer que cambie de opinión ni seguirás controlando mi vida—dije ya sin voltearlo a ver y dejando también atrás a Misung, subí a mi auto y entonces pude llorar.
Todo lo que había guardado, todo mi amor y mi admiración por mi padre se fundían dentro de mi dejándome recuerdos en forma de quemaduras permanentes, me dolía no poder arreglar todo este embrollo, de no poder sacar a esa mujer de la vida de mi padre, ya que desde que ella había llegado todo se había vuelto tan gris, odiaba no poder tener a mi madre en estos momentos, la necesitaba, nadie más que ella podía abrirle los ojos pero, era inútil solo desearlo, ella no regresaría.
Conducí hacía las afueras de la cuidad, rumbo a las montañas, iría a visitarla, solo ahí podría desahogarme.
Llegué, el viento se movía de forma sinfónica con las hojas de lo árboles, los pájaros se podían escuchar cantando a su compás, caminaba mientras los árboles se mecían y creaban sombras en el suelo, todo era hermoso, tan pacífico, recuerdos vinieron a mi, tenía solo 5 años, ella cuidaba de mi y me protegía siempre, me besaba y me abrazaba haciéndome sentir que nunca jamás nadie me haría daño, extrañaba su olor a Jazmín, su melodiosa voz cuando me cantaba antes de dormir, extrañaba esa luz que irradiaba y nos hacía sentir en casa, no importaba donde estuviéramos.
Mis lágrimas mojaban mis mejillas, mientras el viento se las llevaba consigo, me senté frente a ella, me sonreí, "limpia esas aguas ChimChim", eso es lo que ella diría si me viera así, suspiré para dejar que la sombra de los árboles me cubrieran.
Por primera vez en mucho tiempo, pude sentir que estaba en casa, pude sentir calidez a pesar de todo lo que había pasado, aunque fuera solo por unos momentos, eran suficientes para hacerme recobrar el sentido, para saber que ella siempre estaría cuando yo la necesitará, lo único que tenía que hacer, era cerrar los ojos y recordarla.
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Mi Nuevo Profesor. (YoonMin)
FanfictionPark Jimin, joven apuesto pero muy avaricioso egoista y presumido. Min YoonGi, un humilde profesor de clase baja, frio y sin expresiones algunas. Llegan a conocerse, ¿coincidencia?, ¿o simple destino?, no lo se y ellos tampoco. Pero se sienten bien...