Capitulo 25.

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Min YoonGi.

Tomamos el taxi y nos dirigimos a mi apartamento, el joven Park estaba devastado, sus ojos se cristalizaban en cuanto se quedaba mirando hacía cualquier parte con la mirada hundida, yo me sentía extraño, tenía la necesidad de hacer que se sintiera mejor, yo lo odiaba, si, ese sentimiento no iba a desaparecer nunca debido a lo que él me había echo, pero yo no era una persona tan mala y egoísta, me gustaba hacer sentir bien a las personas que lo necesitaran ya que a mi me gustaría que hicieran lo mismo conmigo.

—Llegamos joven Park—abrí la puerta de mi apartamento mientras este entraba cabizbajo directamente hacía el sofá y se sentaba suspirando.

—¿Cree que pueda darme una ducha?—despeinó su cabello.

—Si claro, adelante—le indique la dirección del baño con las manos.

Él se puso de pie y  caminando desanimado hacía el lugar, me hacía sentir extraño esa actitud suya, me había acostumbrado al Park Jimin arrogante y con luces de grandeza de siempre, verlo así, tan frágil, como si en cualquier momento se quebraría en llanto, hacía que mi corazón se ablandara. Me levanté y me dirigí hacía mi habitación para sacar algo de mi tanta de ropa cómoda que tenía para prestarle algo, tome unos pants y una camiseta blanca holgada y me dirigí hacía el baño.

—Joven Park, tengo algo de ropa para usted, se la dejaré aquí, si quiere usarla adelante—dije al otro lado de la puerta, se escuchaba el agua que salia y caía en el piso de la regadera.

Después de unos 5 minutos, el joven Park salio del baño usando la ropa que había escogido para él y se secaba su cabello con una toalla.

—Me queda grande—extendió los brazos a los costados para que yo mirara lo grande que se le veía la camiseta, yo reí y este se sentó en el sofá.

—¿Esta listo para volver a su casa joven Park?—este encogió los hombros.

—Y-yo, no quiero regresar—yo suspiré.

—Esta bien, no lo obligare a que vuelva, pero en algún momento tiene que hacerlo.

—Gracias—asintió, hasta sus "gracias" me causaban un sensación extraña.

Paso aproximadamente 1 mes y medio, el joven Park no quería volver a su casa, estaba completamente decaído, solo iba a la escuela y volvía a mi apartamento directamente, incluso sin ver al joven Jeon un par de veces, yo había estado al pendiente de él, había abierto un poco mi corazón para no dejarlo solo en estos momentos difíciles, porqué, supongo que por primera vez en mucho tiempo alguien de verdad me importaba. Su actitud acosadora no volvió para mi gran alivio, creo que por fin me había librado de esa parte de él, o al menos por el momento.

—He llegado—entre a mi apartamento, la televisión estaba encendida y el joven Park no se encontraba a la vista.
—¿Donde está?—este salió del baño.

—Hola—me sonrió  mostrando su dentadura.
—Llegó temprano hoy.

—Si, mis clases acabaron antes—volvió a sonreír haciendo que sus ojitos se achinaran, gesto que como ya he dicho me parecía muy adorable.

—Entiendo.

—Tengo hambre, ¿que vamos a comer hoy?—se sentó en el sofá frente al televisor.

—¿Qué quiere comer?

—No lo sé, ¿quiere comer fuera?—yo me quede pensando un rato.

—Bien, pero, ¿que comeremos?

—Decidamos eso después—apago el televisor y salimos del apartamento.
—Vayamos caminando—yo le dedique un gesto amargo a lo que el rió.

—Bien, si me da algún paro cardíaco y me muero, quedará en su consciencia —sonreí mientras él se carcajeaba ante mi exageración.

La relación que tenía con él joven Park había mejorado mucho, incluso se podía decir que me agradaba un poco, aun lo odiaba, si obvio, eso no iba a cambiar nunca.

—Al fin de cuentas usted es una gran persona—musitó mientas caminábamos y sonrió.

—Siempre he sido una gran persona—sonreí egocéntrico y este rió.

—De verdad le agradezco que haga esto por mi—caminaba con la vista hacía abajo.

—No es nada

Llegamos a un restaurante de comida rápida, de hamburguesas para ser exactos.

—¿Quiere comer hamburguesas?—este asintió mientras nos acercábamos a la caja para pedir.

El joven Park pidió dos hamburguesas súper grandes, o al menos así las veía yo, dos ordenes de papas fritas y dos refrescos medianos.

—Vamos a escoger una mesa profesor Min—buscaba con la vista alguna mesa vacía en un buen lugar, encontramos una cerca de la caja para escuchar cuando nuestro pedido estuviera listo e ir por el.

—Joven Park—este me miro con cara de disgusto.

—Últimamente no me siento cómodo que me llame así—sonrió de medio lado.

—¿Qué dice?, si siempre lo he llamado así.

—Pero ahora creo que más que alumno y profesor, somos amigos—yo me sorprendí ante eso.

—¿Amigos?—este sonreía.
—Pero si me odia—negó con la cabeza.

—Yo deje de odiarlo desde que me enamore de usted—a lo lejos se escuchó una voz llamándolo, era el chico de la caja que nos entregaría nuestra comida.

Yo me quede boquiabierto ante semejante declaración, yo sabía que el gustaba de mi, pero la diferencia entre gustar y estar enamorado era enorme.

—Bien, a comer—en cuanto el joven Park volvió, puso la charola sobre la mesa, se sentó frente a mi y comenzamos a comer.

Mis pensamientos estaban hechos un caos total en mi cabeza, era como si quisieran tomar el control de mis sentimientos, porque, realmente me sentía extraño después de saber que el joven Park, estaba enamorado de mi, eran palabras que jamás había escuchado que me dedicaran junto con una pequeña aceleración en la pulsación de mi corazón y un extraño cosquilleo que me recorría prácticamente todo el cuerpo, no se que me estaba pasando, todo esto era nuevo para mi, lo que sin querer el joven Park me hacía sentir.

Mi Nuevo Profesor. (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora