El techo opaco

54 1 0
                                    


Al igual que en otras ocasiones, Scorpius Malfoy fue recibido en King's Cross por su elfo doméstico Twiggy en vez de por sus padres. Vio a Ron y Hermione Weasley entre la multitud, y por eso no se atrevió a despedirse de Rose más que con un abrazo. Ron los miró con frialdad, pero a Scor le pareció ver un poco de solidaridad en los ojos de la madre de Rose.

El elfo lo llevó a la Mansión mediante la Aparición conjunta. Sus padres no estaban esperándolo en el vestíbulo.

-¿Dónde están, Twiggy? -preguntó Scorpius.

-Lo están esperando en la sala de estar del Ala Oeste, amo -dijo el elfo, visiblemente nervioso.

-Están enojados, ¿verdad?

-Sí, amo. Especialmente la señora Pansy.

-No me extraña. Bueno, gracias por avisarme.

Scorpius se dirigió a la sala mientras Twiggy llevaba su equipaje a su dormitorio. El adolescente llegó hasta la puerta, tomó aliento, intentó reunir todo su valor, y entró.

Su padre estaba sentado en su sillón favorito. Por lo general solía recostarse perezosamente en él, pero en esa ocasión estaba muy erguido. Su rostro mostraba una expresión tan gélida como la del señor Weasley, pero muchísimo más despiadada.

Su madre y su abuela estaban sentadas en un sofá, una al lado de la otra. Pansy tenía los labios apretados y sus ojos echaban chispas, literalmente, pero se contenía por la presencia de su esposo y su suegra. Narcisa parecía más preocupada y pensativa, y como siempre Scorpius se maravilló de lo juvenil que seguía siendo su aspecto a pesar de que tenía ya sesenta y siete años.

El chico, sin decir nada, se sentó en un sillón frente a los de su familia, que supuso que le habrían reservado. Por un largo rato nadie habló, y el único sonido de la sala fue el del antiguo reloj de ébano marcando los segundos. Scor decidió romper el silencio.

-Qué bueno es estar de vuelta en casa -dijo con ironía.

-No digas tonterías, Scorpius -dijo Draco, molesto-. Estamos aquí para oír tus explicaciones.

-¿Qué debo explicarles? No me consta haber hecho nada malo.

-¡Y el caradura se atreve a negarlo! -bramó Pansy con cólera.

-Silencio, Pansy -dijo Draco-. Lo que has hecho, Scorpius, es iniciar una relación con la hija de Ron Weasley y Hermione Granger.

-Ah, eso. ¿Cuál es el problema?

-El "problema", hijo, es sencillo: esa chica es totalmente inadecuada para ti. Como novia y como eventual esposa. Si quieres acostarte con ella, hazlo, pero no tengo intenciones de permitir que ensucies nuestro nombre saliendo con ella, y ni hablar de casarte con ella.

-¿"Ensuciar nuestro nombre", padre? -dijo Scor con calma- ¿No crees que el nombre de los Malfoy está bastante sucio de por sí?

-¿Cómo te atreves a decir eso? -gritó Pansy mientras se ponía de pie- ¡Los Malfoy somos una de las familias de sangre pura más antiguas, ricas y respetables!

-Considerando que tú no eres una Malfoy más que por matrimonio y yo lo soy por nacimiento, creo que tengo más derecho a hablar de nuestro nombre.

Pansy dio un paso, aparentemente decidida a abofetear a su hijo, pero Narcisa la sujetó del brazo y la forzó a volver a sentarse en el sofá. Draco, aparentemente indiferente a aquel incidente, dijo:

-Creo que deberías aclarar tus palabras, Scorpius.

-Como quieras. Tu padre, como sabes, fue un Mortífago y logró salvarse de Azkaban dos veces, a pesar de que había abrumadoras evidencias en su contra. Actualmente los que ejercen el gobierno son los que vencieron a los Mortífagos, y ellos no nos ven con buenos ojos.

Harry Potter Y El Hacedor De ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora