Albus sintió la punta de algo muy filoso en su cuello y permaneció quieto como una estatua. Alguien acababa de ponerle un machete y amenazaba con degollarlo.
-¿Quién eres? -dijo una voz profunda y masculina detrás suyo.
-Ya me oyeron. Albus Severus Potter.
-Ese nombre no nos dice nada. ¿Cómo has entrado a nuestra aldea?
-Simplemente caminando.
-Mientes. La Señora ha cerrado Kirite, nadie puede entrar o salir sin su permiso.
-¿La señora Emma Barfleur?
-Nunca pronunciamos su nombre -dijo el hombre.
-¿Por miedo o por respeto?
-Yo hago las preguntas aquí. ¿Qué vienes a hacer a nuestro pueblo? -replicó el hombre.
-Vengo a ver a la señora Barfleur.
-¿Y crees que simplemente te dejaremos pasar?
-Exacto -dijo Albus mientras se daba vuelta lentamente y lo miraba a los ojos-. Tu señora me está esperando.
-Ella no nos dijo nada al respecto.
-¿Ah, no? Bueno, de todos modos deseo verla.
-No te lo voy a permitir -respondió el hombre, pero Albus vio que vacilaba.
-¿Cómo me impedirás encontrarla? ¿Matándome? No eres esa clase de persona. Tú solo eres un tipo con un machete. Ella sí sería capaz de asesinarme, pero no tú. ¿Cómo te llamas?
-Gonzalo.
-Bueno, Gonzalo, te aseguro que vengo en son de paz. No soy un mago, soy un squib. ¿Sabes lo que eso significa?
-Sí, a veces ella nos llama así a todos sus descendientes... bueno, salvo al señor Rodrigo.
"Interesante", pensó Albus. "Con esa sola frase me ha dejado muchas cosas en claro: que Barfleur ha tenido hijos, que él y otros aldeanos descienden de esos hijos, que hay otro mago en esta aldea llamado Rodrigo, que es descendiente de Barfleur y que a él también lo consideran un 'señor', una autoridad, aunque sospecho que de más bajo rango que ella".
-Entonces comprenderás que yo no represento ninguna amenaza real para tu señora. Yo soy como ustedes, un simple squib sin poderes como los de tu señora. ¿Crees que ella corre peligro en mi presencia?
-No lo sé.
-Pues hagamos esto: tú llévame a la casa de Bar... de tu señora, hazme esperar afuera, dile que hay un squib británico que desea verla y luego haz lo que ella te ordene que hagas. Si quieres trae a otros hombres para que me vigilen mientras tú entras.
Dubitativo, el hombre miró a las tres mujeres y los dos viejos, como solicitando su opinión. Una de las mujeres asintió casi imperceptiblemente y Gonzalo se volvió hacia Albus.
-Como quieras.
Gonzalo asomó la cabeza por la cortina de una de las chozas y llamó a sus ocupantes. Casi un minuto después salieron dos muchachos de poco más de veinte años, que por algún motivo parecían turbados.
-Vamos, Felipe, Roberto, ya tendrán tiempo de volver a lo suyo. Necesito que vigilen a este chico mientras hablo con la Señora.
Roberto y Felipe, también armados con machetes, siguieron a Al y a Gonzalo mientras cruzaban la aldea. Gonzalo los guió hasta una choza que en nada se diferenciaba de las demás, salvo en que estaba situada un poco en el fondo, más lejos de la playa que las demás. Gonzalo tomó aliento, como para darse coraje, y entró sin llamar.

ESTÁS LEYENDO
Harry Potter Y El Hacedor De Reyes
FanfictionHan pasado ya varios años desde la caída y muerte de Voldemort. Parece que la tranquilidad ha vuelto a la Comunidad Mágica, este se encuentra en un orden perfecto y sus habitantes están muy tranquilos. Pero una reciente revelación ha causado fulgor...