Louis y Hugo

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Hugo Weasley no había pasado muy mal sus primeros días en Hogwarts y en la Casa de Hufflepuff. Si bien había esperado ser enviado a Gryffindor, al menos su peor temor -ser sorteado en Slytherin, Casa hacia la cual todavía sentía una gran desconfianza a pesar de la presencia de su primo Albus en ella- no se había cumplido. Hufflepuff no era un mal lugar para estar, y al menos allí no tenía que soportar ser el chico a la sombra de sus brillantes hermana y primos.

Tenía tres compañeros de cuarto, Louis Rosier, David MacMillan -hijo del jefe de su Casa y profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, aunque ese hecho aún no lo afectaba directamente ya que su padre estaba en Beauxbatons enseñando esa asignatura como parte del programa de intercambio de profesores- y Alfred Stebbins. Con David y Alfred Hugo se había hecho amigo rápidamente, pero aún no había podido acercarse a Louis, más por timidez que por frialdad del hermano de Valerie Rosier. El problema de Louis era que cuando estaba en medio de un grupo se cerraba y sólo respondía a las ocasionales preguntas que le dirigían con monosílabos. Y la única oportunidad que Hugo tenía de hablarle a solas era por las mañanas -tanto él como Louis eran siempre los primeros en despertarse, no tanto por ser madrugadores sino porque Alfred y David dormían como troncos-, cuando él mismo se sentía mentalmente entumecido e incapaz de dialogar coherentemente con nadie.

No obstante, de haber podido elegir, Hugo hubiese preferido que su primera charla auténtica con Louis Rosier hubiese sido en circunstancias menos traumáticas. Eso lo pensó un tiempo después del memorable incidente que protagonizaron ambos niños de primero con la terrible Valerie.

Era curioso cómo los miembros de la familia Potter-Weasley siempre eran capaces de toparse imprevistamente con discusiones de las que ellos no eran parte directa, y pese a ello intervenir en ellas. El cuadro que se encontró Hugo Weasley, no obstante, era menos violento que aquel con el que se encontró Albus cuando halló a Ash Bennett siendo amenazado por Tybalt Montague y Chester Warrington. El escenario, no obstante, era similar: otro de los salones abandonados de Hogwarts, donde los hermanos se habían encerrado para conversar con más discreción. Si es que podía usarse el verbo "conversar" para definir a lo que estaban haciendo, claro.

-Eres una vergüenza para la familia Rosier.

-P-p-pero Va-valerie, p-papá...

-No me importa lo que te haya escrito él. Todos los Rosier que asistieron a Hogwarts han ido a Slytherin. Todos menos tú. Está claro que no tienes las cualidades de nuestra familia. Nuestro abuelo debe estar revolcándose en su tumba.

-P-p-por f-favor, Valerie, lo sien... -dijo Louis, con grandes dificultades para contener las lágrimas.

-¡Ah, ya cállate, tartamudo patético! ¡¿Qué eres tú comparado con tus antepasados?! ¡Un Hufflepuff típico: llorón, mediocre, torpe y cobarde!

A esto Louis no pudo dar una respuesta coherente, sino que finalmente rompió a llorar. Valerie no se conmovió.

-A partir de ahora, quiero que sepas que no quiero tener nada que ver contigo, ¿me oíste?

Furioso, Hugo irrumpió en el salón.

-¡Y tiene mucha suerte! ¿Quién querría tener como hermana a alguien como tú?

Valerie pareció sorprenderse de la intrusión, pero rápidamente se repuso y replicó:

-¡Qué maravilla ver que mi hermanito tiene amigos de su misma calaña! -dijo con ironía- ¿Sabes qué es lo único más patético que un Weasley? Un Weasley mestizo. ¿Y sabes qué es lo único más patético que un Weasley mestizo? Un Weasley mestizo que pertenece a Hufflepuff.

Harry Potter Y El Hacedor De ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora