La Tercera

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Hacía ya diecinueve años que Sybill Trelawney ya no era profesora en Hogwarts. Cuando se convirtió en director, Severus Snape -que sabía que Lord Voldemort querría capturarla para someterla a torturas y arrancarle la profecía completa- la había puesto bajo el maleficio Imperius, para asegurarse de que se mantuviese escondida en una de las muchas habitaciones secretas del colegio, tras lo cual le había informado a Voldemort y a los docentes y alumnos que la profesora de Adivinación había huido del colegio en cuanto se enteró de su nombramiento como director. De modo que en su período como director, las clases de Adivinación fueron impartidas solamente por el centauro Firenze.

Cuando Snape fue atacado y expulsado de Hogwarts por Minerva McGonagall, Filius Flitwick y Pomona Sprout, quedó mágicamente débil, lo que permitió a Trelawney librarse del Imperius justo a tiempo para unirse a la lucha contra los Mortífagos. Poco después de la muerte de Voldemort, Harry les reveló a McGonagall y Shacklebolt, en privado, que había sido Trelawney quien había dicho la profecía que había llevado a Voldemort a intentar matarlo cuando era bebé, y también había predicho el renacimiento de Voldemort en 1994. De modo que Shacklebolt le ofreció un puesto como su asesora en el Ministerio, adulándola por sus habilidades como profetisa (aunque nadie le contó sobre las dos profecías auténticas que había realizado). Y durante esos diecinueve años Shacklebolt la había mantenido como asesora en su oficina, queriendo asegurarse de que si, por capricho del destino, volvía a hacer una profecía, él estuviese cerca para oírla.

No obstante, jamás en esos diecinueve años Trelawney había vuelto a caer en ese trance profético que solo tres personas habían observado. Sí, había utilizado sus triquiñuelas de adivinadora con Shacklebolt, prediciéndole grandes éxitos en forma muy vaga, y el ministro había fingido creerle y la había felicitado, pero no había nada interesante. Lo cual, pensaba el ministro, era de agradecer, pues estaba seguro de que si Trelawney hacía una tercera predicción, ésta anunciaría nuevos desastres para la comunidad mágica.

La rutina cambió cuando, en la noche del 1º de septiembre, Shacklebolt estaba preparándose para volver a su casa. Mientras metía carpetas en su maletín, sintió abrirse la puerta y levantó la vista, sorprendido de que alguien entrase a su despacho sin permiso. Lo que vio lo dejó paralizado: Sybill Trelawney estaba de pie frente a él, con los ojos en blanco y una expresión ausente que jamás había visto en su rostro. Con una voz profunda que no parecía la suya, la ex profesora de Adivinación dijo:

-Están en Hogwarts... Las tres Reliquias de la Muerte están ahora en Hogwarts... Separadas por el padre, serán reunidas por el hijo, y él las utilizará para dar inicio a una guerra en la que el bien y el mal se enroscarán el uno sobre el otro con tanta fuerza hasta que no será posible distinguirlos... Y el padre y el hijo se trenzarán en una lucha a muerte para decidir quién dominará el mundo... una lucha que terminará cuando se cumplan los designios de su antepasado.

Shacklebolt estaba pasmado. Si bien jamás había visto las auténticas profecías de Trelawney -siempre olvidaba pedirle a Harry que le dejase ver sus recuerdos de ellas en el Pensadero que había en su oficina-, no dudó que ésta era una de ellas. Pero, ¿qué haría al respecto?

Harry Potter Y El Hacedor De ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora