Tras recibir aquel último y poco solapado insulto de parte de la directora Crouch, Albus avanzó ciegamente, decidido a poner la mayor distancia posible entre él y su oficina. Sin embargo, se detuvo en seco cuando un fuerte brazo lo sujetó, apretando dolorosamente.
-¡Ay! -exclamó. Luego se dio cuenta de que el motivo de tanta rudeza era que el brazo que lo retenía era el de su propio cuerpo, usurpado por Valerie Rosier. Evidentemente ella no estaba acostumbrada a contar con esa fuerza física extra.
-Ten más cuidado con eso, podrías dejarme marcas... o más bien dejarte marcas -añadió con sorna.
-Basta de tonterías, Potter. Tú y tu hermano me metieron en esto, así que tendrás que lidiar con las consecuencias.
-Ah, por supuesto, porque me encanta estar en tu cuerpo, Valerie. Es una experiencia bellísima, que recordaré con nostalgia el resto de mi vida.
-Potter, créeme, puede muchísimo ser peor. Para ti y para mí.
-¿Por qué?
-Hay muchas cosas que pueden ocurrir que empeorarían aún más la situación. Por ejemplo, que el resto del colegio se entere de lo que ha ocurrido.
-¿Y no lo saben ya? -preguntó Al con fastidio.
-Tal vez sí, tal vez no. No creo que se enteren por medio de nuestros compañeros de Slytherin. Antoine me... aprecia demasiado como para difundir la noticia, y Flint hace lo que Antoine le ordena. En cuanto a tus amigos, si bien me caen pésimo, no puedo dejar de admitir que te son bastante leales, a su manera. Si les dices que se callen, se callarán, ¿verdad?
-Sí.
-Entonces eso nos deja solamente con tu hermano James. ¿Él hablará?
-No creo. Él ha cruzado una línea hoy, pero dudo que sea capaz de contar lo sucedido a los cuatro vientos.
-¿Por qué no?
-Pues... es como con las chicas con las que se acuesta. Él nunca se jacta de eso, ni siquiera con sus amigos. Prefiere esperar a que las propias chicas alardeen de haber estado con él. Lo mismo ocurre con sus bromas. Cuando él le juega una mala pasada a alguien, deja que la noticia se sepa por sí sola. Y dado que en este caso la noticia es más fácil de contener, entonces me parece que quedará entre nosotros. De todos modos, pienso tener unas palabras con él.
-¡Merecería la Cruciatus!
-No creo que ni eso sea capaz de corregirlo. Aunque quién sabe... Pero entretanto tenemos que decidir qué haremos en este día. Como dijo la querida directora, Hagrid nos perdonará si llegamos tarde, e incluso creo que nos perdonará si faltamos a su clase. Eso nos dará tiempo de desayunar y de... bañarnos.
No había pensado en ese detalle. La idea de que Valerie tuviese la oportunidad de ver su propio cuerpo desnudo lo ponía un poco nervioso; y la perspectiva de hacer él lo mismo con el cuerpo de Valerie... Ciertamente no era algo sencillo. Sintió como se volvía a ruborizar, y vio como las mejillas de Valerie (sus mejillas, de hecho) hacían lo mismo.
-Supongo -dijo ella- que habiendo... tenido intimidad antes, no será tan extraño... bañarnos.
-No, tienes razón -balbuceó Albus.
-Debes lavarte el cabello con el shampoo y el acondicionador que hay en mi baúl, no el que está en el baño -señaló Valerie.
-De acuerdo. Y... por Merlín, que mala suerte. Me temo que tú necesitas afeitarte.
-¿Afeitarme? -dijo Valerie, y se pasó la mano por la barbilla. Al ver lo áspera que estaba (no mucho para un hombre adulto, pero bastante para un adolescente de casi dieciséis años), miró a Albus con fastidio- ¿No podrías haberlo hecho antes?
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Harry Potter Y El Hacedor De Reyes
Hayran KurguHan pasado ya varios años desde la caída y muerte de Voldemort. Parece que la tranquilidad ha vuelto a la Comunidad Mágica, este se encuentra en un orden perfecto y sus habitantes están muy tranquilos. Pero una reciente revelación ha causado fulgor...