El Torneo

75 0 0
                                    

[NOTA: Lamento mucho que este capítulo no sea tan largo como otros (aunque estoy seguro de que he escrito algunos mucho más cortos). Actualmente estoy de vacaciones en La Plata y tengo que escribir en cybercafés, así que no me he podido explayar tanto como quería. Pero les prometo que el próximo viernes les daré uno más largo]

Octubre llegó por fin, y con él llegaron los estudiantes de Durmstrang y Beauxbatons. A diferencia de lo sucedido en el Torneo de 1994/1995, en el de 2018/2019 los visitantes se alojaron en el propio castillo de Hogwarts, en dos torres construidas especialmente para ellos por Minerva McGonagall, que generalmente se mantenían cerradas. A ellas también se accedía mediante contraseñas elegidas por los directores de ambos colegios.

Las decenas de chicos y chicas extranjeros alteraron el ritmo de Hogwarts. Albus y sus amigos no tenían mucho trato con ellos, más que nada por la diferencia de edades (once o doce contra diecisiete de los huéspedes), pero los estudiantes de sexto y séptimo les dijeron que el idioma era una barrera algo difícil de sortear, pero que en general todos eran muy amables.

La directora de Beauxbatons seguía siendo Olympe Maxime. Había cierta espectativa entre los alumnos por saber cómo sería su encuentro con Hagrid, con quien había tenido una relación a principios de la década anterior pero con quien ella había acabado rompiendo. Había quienes especulaban con la posibilidad de que se batieran en duelo frente a toda la escuela, pero Hagrid y Madame Maxime los decepcionaron saludándose amigablemente.

Liev Oblonsky era director de Durmstrang desde la renuncia (más bien huida) de Igor Karkarov a principios de 1995. Desde su nombramiento, se había esmerado por limpiar en lo posible la reputación del Instituto. Sus esfuerzos se habían extendido incluso al terreno de su aspecto personal; Oblonsky le daba a Albus la impresión de ser un profesor universitario muggle, sabio, progresista y razonable.

También llegaron a Hogwarts otros dos directores, aunque sin sus alumnos. Estos eran Caroline Whitman y Alexander Pole, directores del Instituto de Brujas de Salem y del Instituto de Magos de la misma ciudad. Ambos colegios estadounidenses estaban en edificios contiguos del mismo campus, y los alumnos y alumnas interactuaban frecuentemente, pero eran instituciones separadas. Pole y Whitman formaban parte del jurado que había sido establecido cuando Oblonsky impulsó el retorno del Torneo de los Tres Magos. Este ahora estaba compuesto por los directores de los tres colegios competidores más los de los dos Institutos de Salem. Eran ellos dos -llamados en privado "los jurados neutrales" por los organizadores del Torneo- los que usualmente inclinaban la balanza en las votaciones.

El Cáliz de Fuego fue instalado en el vestíbulo, vigilado por dos Aurores. Y por unos días a Albus le pareció que todos los alumnos de séptimo -y algunos de sexto que ya habían cumplido los diecisiete-, al pasar por el vestíbulo, miraban al Cáliz como si este fuese a la vez una tentación irresistible y una amenaza mortal. Algunos se atrevieron a poner su nombre apenas el Cáliz fue puesto a disposición del estudiantado, otros dejaron pasar varios días antes de animarse y varios otros se escabulleron fuera de sus salas comunes por la noche para hacerlo.

Una vez finalizado el período para "inscribirse" en el Torneo, la directora Crouch llevó el Cáliz al Gran Comedor y anunció los nombres de los campeones. Para consternación de Albus, la campeona de Hogwarts no fue otra que Miranda Hartridge.

-La Bruja Blanca acaba de ser coronada reina de Narnia -le susurró Albus a Ash mientras Miranda se ponía de pie entre los aplausos de sus compañeros de Casa y de otros alumnos, principalmente varones. Ash se rió a las carcajadas, agradeciendo que el fragor de los aplausos a Miranda lo cubriese.

El siguiente nombre en salir del Cáliz fue el del campeón de Beauxbatons, un chico llamado Thierry Morin. Esta vez los aplausos fueron tanto de los estudiantes de su colegio como de la platea femenina, por el mismo motivo que con Miranda. Morin esbozó una sonrisa centelleante y caminó hacia la habitación donde estaba la campeona de Hogwarts.

Harry Potter Y El Hacedor De ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora