El intercambio

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Las palabras "si lo estaba, ya no lo estoy" con las que Valerie Rosier respondió a la pregunta de Albus sobre si ella estaba embarazada quizá fuesen incomprensibles para un muggle, pero para un mago de sangre pura como Albus eran perfectamente claras. Al estaba al tanto de que existía una poción abortiva extraordinariamente eficaz, que si se tomaba en los primeros tres o cuatro meses del embarazo tenía un altísimo porcentaje de éxito. No era una poción de la que se hablase en las clases, pero se la conocía en el mundo mágico. Había habido varios intentos por penalizar su fabricación y consumo, pero aquellos intentos siempre desencadenaban discusiones bizantinas que impedían cualquier avance en un sentido u otro. Las brujas también solían tomar la poción en las primeras horas posteriores a una relación sexual sin protección, como una medida precautoria, y Albus entendió que Valerie debía haber hecho eso. Por un momento, el chico se sintió tentado a confirmarle que ella sí había estado embarazada, pero algo lo detuvo. ¿Hacía falta hacerle más daño del que ya le había hecho? Ella podía ser una de las chicas más perversas y desagradables que él hubiese conocido, pero Albus no creía que Valerie mereciese saber la triste verdad. Mejor que permaneciese en una misericordiosa incertidumbre.

De modo que Albus no dijo nada y durante los meses siguientes -los últimos del cuarto año y los primeros del quinto, con el paréntesis de las vacaciones- decidió hacer lo que Valerie le había pedido tras hacer el amor, alejarse de ella.

Sin embargo, aquello era más fácil decirlo que hacerlo. Cuando terminaron las vacaciones y Albus retornó al colegio para cursar su quinto año, se encontró con una Valerie Rosier ya irresistiblemente atractiva. A los ojos de Albus, Valerie opacaba a todas las chicas de su año. El chico se encontró de pronto reviviendo escenas de su encuentro con Valerie con nostalgia. Al intentaba poder recordar cada detalle de lo que había ocurrido, cada pequeña cosita que había hecho con ella, pero nunca había tenido esa clase de memoria fotográfica.

El encontrar la Piedra de la Resurrección lo mantuvo entretenido por un tiempo, pero como había optado por no utilizarla para no correr el riesgo de generar una fisura entre la tierra de los muertos y la de los vivos, se limitó a esconderla en su baúl. A veces, cuando estaba solo, la sacaba y la observaba con deleite, pero la Piedra no podía satisfacer su profunda ansia por volver a tener a Valerie.

Las vacaciones de Navidad le resultaron mucho más pesadas que de costumbre, y por eso decidió volver al colegio unos días antes. El adolescente se encontró con un Hogwarts semivacío, con solamente los profesores (con las excepciones de Neville Longbottom y Ernie MacMillan, hombres casados y con hijos), la directora (cuyo único pariente vivo era el dementorizado Barty Crouch hijo), algunos alumnos hijos de muggles de primer o segundo año que estaban demasiado fascinados con el colegio como para pasar las Fiestas con sus familias, y los gemelos Scamander, cuyos padres Rolf y Luna estaban en una excursión en Bengala. Al pasó la noche de Año Nuevo en la Torre de Ravenclaw con Lysander y Lorcan, y no pudo evitar la tentación de mencionar -más por curiosidad que por malicia- a su primo Hugo y lo feliz que estaba con Louis Rosier, para ver si Lysander seguía igual de enamorado que en marzo. Seguía.

Una vez que llegaron las doce y los chicos brindaron con cerveza de manteca, Albus se dispuso a marcharse de vuelta a las mazmorrar. Quería ir solo, pero Lorcan y Lysander insistieron en acompañarlo, diciéndole que querían conocer la sala común de Slytherin. En circunstancias normales Al se hubiera negado, pero como prácticamente no había alumnos en Slytherin que pudieran echarle en cara el dejar entrar a dos estudiantes de otra Casa, el chico decidió que no había riesgos.

Estaba equivocado. Tras descender a las mazmorras y llegar a la entrada de la sala común, Albus abrió la boca para decir la contraseña, pero no tuvo necesidad. La puerta se abrió, y del interior de la sala común emergió nada más y nada menos que Valerie.

Harry Potter Y El Hacedor De ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora