La capitana llegó, cargaba un uniforme precioso con el logo del instituto, era alta, rubia, y delgada, ella sonrió a todo el grupo y habló.
-Hola chicas, mi nombre es Amy, soy la capitana saliente, mi labor es formar el nuevo equipo para todo el año escolar, las elegidas deberán participar en cada juego del fútbol de los muchachos, y en actos usar el uniforme como forma de representación, para escoger el equipo se realizará una prueba que contiene tres fases, la primera es la prueba de flexibilidad, es fundamental que una animadora sea flexible.
Todas rieron.
-Chicas, no malinterpreten mis palabras- rió también. - continuando, la segunda fase serán las piruetas, que servirá para las formaciones, las piruetas adornan las rutinas, y sin ellas no funcionaría nada, por último, la fase de memorización, yo, y mi co-capitana les enseñaremos una rutina completa que deberán memorizar en 10 minutos, o menos- se escucharon murmullos.- Es posible, y necesario, de nada servirá que sean rápidas y flexibles si no memorizan rutinas, ¿por qué? Se han presentado casos en los que a veinte minutos de juego nos enteramos que la rutina será cambiada porque algunas animadoras no pueden asistir, esos cambios deben ser captados de la mejor manera posible. Ahora, hoy solo sera haremos la primera fase. Todas ubiquense con una pareja y separense.
Camila me tomó y nos sentamos en el césped.
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-Así es, pasamos la primera ronda- hablé orgullosa.
Ya estábamos de nuevo en las gradas con Niall, el equipo de fútbol había terminado el entrenamiento y solo esperábamos a Harry para poder ir a casa.
-Eso es genial, se que llegarán al equipo oficial, son buenas.
-y flexibles- añadió mi amiga castaña.
Harry, parado en el inicio del campo nos hizo señas para bajar, ya había terminado.
Camila y yo volvimos a los vestidores para cambiarnos a nuestra antigua ropa.
-termine, ¿te espero afuera?- tomó su mochila.
-si, claro, sólo..guardo unas cosas y salgo- dije mientras estaba guardando las últimas prendas.
-bien- respondió.
Suspire, mi mochila siempre era un desastre, pero hoy era mucho peor, no había dejado los libros en mi casillero y tenía demasiadas cosas en ella, ni siquiera lograra cerrarla.
Pasados los minutos lo conseguí, ya era hora, tomé lo que faltaba y caminé a la salida.
Ya saliendo una figura masculina se interpuso, era Justin, todavía con su uniforme de fútbol americano, estaba sudado y su cabello completamente revuelto, caminó hacia mi.
-Así que te crees muy ruda linda...-seguía caminando.
Yo retrocedí un poco, el sonrió.
-¿lo dices por lo que pasó en la mañana?
Asintió.
-No creo que debas meterte en mis asuntos...-se acercó aún más-
-oh, ¿Que pasa bieber? Le temes a una nueva que te pone en tu lugar?
Rió.
-No, no en realidad, solo trato de dejarte en claro que no me gusta que me contradigan- se detuvo.
Esta vez fui yo la que se acercó, me detuve sólo cuando nuestros cuerpos chocaron y una capa mínima de aire era lo único que nos separaba el uno del otro.
-No espero que pienses que lo hago solo por molestarte, lo hago porque creo que eres bastante idiota a veces y nadie te ha dicho lo que mereces escuchar, pero no te preocupes- negué.- no te vigilaré para criticar cada movimiento que hagas, pero si en algún caso, lo que sea que hagas llega a afectarme, puedes olvidarte de que esta cara de niña buena- me señale- es todo lo que soy- Sonreí ampliamente, me di vuelta y salí rápido de allí, dejando a un Justin molesto, confundido o decepcionado, no estoy segura.
-Oh ____, no me provoques, no sabes con quien estás jugando.