Caes

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Dejé escapar el aire de mis pulmones y me separé lentamente.

- No importa lo que pase, siempre estaré para ella.

Retrocedí pero él volvió a recortar la distancia.

- ¿Y para mi, lo estarás? - tomó mis manos.

Desvié la mirada.

- Justin, ya. Ni siquiera debería estar hablando contigo ahora. 

Él rió. Fruncí el ceño ¿ven a lo que me refiero? nunca se toma nada en serio. 

- Eres un idiota, me sorprende que para la madurez que tienes no sigas en pre- escolar.

Comencé a caminar por el pasillo pero me persiguió hasta alcanzarme otra vez.

- Te preocupas demasiado ____, relájate.

Giré los ojos.

- ¿Sabes qué? volveré a entrar en esa habitación solo porque adoro a la mujer que está allá adentro, pero no tengo que aguantarte, así que por favor, no pierdas tu tiempo hablándome porque no te escucharé.

Me tomó por los hombros obligándome a verlo a la cara.

- Eres adorable ¿lo sabías? me encanta como tratas de huir de mi. Lo hace más interesante.

Quería matarlo, y quizás era muy bueno para él que las enfermeras constantemente pasaran a nuestro lado para socorrerlo. 

- Ninguna chica lo había hecho - siguió hablando - al menos no tan peculiarmente - entrecerró sus ojos - y es raro..porque... - alcé mis manos para detenerlo. 

- Ya me se esa historia, todas te aman y babean por ti y blah blah blah, creen que eres un Dios y te miran como algo intocable y alimenta tu ego progresivamente haciéndote creer es eso supuestamente es cierto, cuando no hay nada más alejado de la realidad, eres un simple puberto que le gusta parecer rudo pero - sonreí y suavemente quité sus manos de mis hombros para pasar las mías por su abdomen, acerqué mis boca a la suya y sentí como su respiración cambió - eres muy fácil. 

Él sonrió también, sus manos ahora  tomaron mi cintura y dirigió sus labios a mi mejilla.

- Es cierto - beso - caigo fácil - volvió a besar, puse mis manos en sus brazos para tratar de alejarlo pero no funcionó - solo porque lo haces tú -  continuó, sus labios bajaban por mis cuello y sentí mis piernas temblar - pero tampoco puedes obviar que tú, al igual que yo, también caes. 

Cerré los ojos y me dejé llevar por la exquisita sensación, mierda, tenía razón, yo era demasiado débil. Ya eso lo sabemos todos muy bien. Sin embargo, volví a la realidad, estábamos en un sitio público y yo había caído en su juego como una estúpida, me aparté fuertemente y Bieber volvió a reir, yo le di motivos, solo me dediqué a arreglar mi ropa y mirarlo fríamente, solo que ese gesto duró segundos ya que su dulce sonrisa me hizo reir igual que él. 

- Vaya... ¿quién lo diría? - oímos ambos. Justin, que estaba de cara a mi, se giró, yo por curiosidad pasé por su lado, enseguida volví al gesto neutral. Andrew. 

- Es un enorme placer verte preciosa - me miró - no digo lo mismo de ti, Bieber. 

Me fijé en el chico a mi lado, ya él tenía sus puños apretados y su rostro se transformó completamente, no otra vez...

¿Chico Malo?  [Justin Bieber Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora