Capitulo 4.

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[Narra Luna]:

Llevaba más de una hora y media dando vueltas en la cama, sin poder conciliar el sueño.
No podía pegar ojo y encima, para colmo, las sábanas habían absorbido todo mi calor haciéndome sentir completamente agobiada.
En cierto modo, gran parte de la culpa era mía, ya que no dejaba de pensar en el giro de trescientos sesenta grados que había dado mi vida por completo en menos de un día.
Argentina...
Lejos de Simon.
¿Qué iba a hacer sin él ahora?
Todo esto me dolía.
No quería marcharme, pero no me quedaba otra alternativa que aceptar mi nuevo destino.
Volví a darme la vuelta en la cama y para mi mala suerte, quedé mirando justamente hacia el lado donde se encontraba mi maleta ya preparada.
Vaya... Mis padres no habían perdido el tiempo, ahora entendía por qué mi habitación se veía tan recogida.
Apreté los labios con fuerza y cerré mis ojos tratando de retener las millones de lágrimas que se empezaban a acumular en ellos.
Sé fuerte Luna, tú puedes con todo.
Asentí formando una pequeña sonrisa en mis labios mientras trataba de relajarme mediante la respiración.

Nueve horas más tarde.

La puerta de mi habitación se abrió con cuidado, mi mamá avanzaba hacia la cama con una gran bandeja en las manos.

-Luna, es hora de levantarse.- Susurró depositando en mi frente un suave beso.

-Hm...un ratito más.- Me quejé colocándome boca a bajo, con la intención de seguir durmiendo.

-Entonces me llevaré este delicioso batido de sandía y me comeré yo estas tortitas con miel...- Contestó tratando de parecer apenada.

-¿Dijiste tortitas con miel?- Me di la vuelta sentándome con rapidez en la cama.

-Ya decía yo que mucho tardabas.- Soltó una leve carcajada.

Colocó una pequeña mesita al rededor de mis piernas y depositó la bandeja con la comida sobre ella.
Después se acomodó en la cama frente a mi.

-Huele delicioso.- Confesé relamiéndome los labios.

-Espero que te gusten.- Asintió posando su mirada en mí.

-Mamá... Todo lo que cocinas tú está riquísimo.- Dije mientras cortaba con cuidado las tortitas.

-¿Y cómo dormiste?- Preguntó dulcemente.

-¿Te digo la verdad? Me costó muchísimo dormirme.- Metí un trozo de comida en mi boca.

-Luna, sé que esto es muy difícil para ti y créeme que me apena muchísimo que tengamos que irnos, pero las cosas sucedieron así, ni tu papá ni yo queríamos que pasara esto.- Trató de consolarme dedicándome unas caricias en el cabello.

-No se preocupen, no estoy enojada, simplemente me pone un poco triste, sobre todo alejarme de Simón.- Dí un pequeño sorbo a mi batido.

-¿Y ya le contaste que nos vamos?.- Preguntó algo preocupada.

-No... Precisamente pensaba pasar a verlo en cuanto terminara de recoger.- Baje la mirada hacia mi plato.

-No, ve a verlo, yo me encargo de juntar todas las cosas que faltan, no te preocupes.- Mostró una de sus mejores sonrisas.

-¿Si? Muchísimas gracias...- La abracé estrujándola con ternura.

-Pero recuerda que debes regresar a casa antes de la una, no querrás que perdamos el vuelo.- Finalizamos el abrazo volviendo cada una a su posición inicial.

-Sí, sí, no hay problema, volveré a tiempo.- Contesté terminado de comer todo lo que quedaba en el plato.

Le entregué la bandeja a mi mamá y me levante de la cama a toda prisa.
No había tiempo que perder.
Seleccioné la ropa que quería ponerme, me duché, me cepillé el cabello, me lavé los dientes y finalmente me vestí.
Solamente faltaba avisar a Simón.
Salí del baño y caminé nuevamente hasta mi habitación, una vez allí le llamé.

-¿Simón?- Pregunté.

-Sí, dime luna.- Respondió con rapidez.

-Necesito verte, es urgente.- Mordí ligeramente mi labio inferior.

-¿Pasó algo?- Estaba nervioso.

-No quiero hablar de esto por aquí.- Contesté evitando la pregunta.

-¿Nos vemos en diez minutos en nuestro lugar?- Preguntó.

-Allí estaré.- Respondí finalizando la llamada.

Busqué uno de mis suéteres en el armario, me lo amarré en la cintura y salí de mi casa, rumbo a la reunión con Simón.
Me pasé los diez minutos que duró el trayecto de mi casa hasta el lugar en donde habíamos quedado, pensando en cómo contarle lo sucedido y sobre todo, en cómo iba a reaccionar.

Al llegar, recorrí el lugar con la mirada, buscando su esbelta silueta.
Allí estaba... Sentado al final del todo, con los pies metidos en el mar.
Yo mejor que nadie sabía que eso significaba que algo le preocupaba.
Caminé con cuidado, tratando de no hacer ruido, una vez detrás de él, posé mis manos tapando sus ojos.

-¿Quién soy?- Pregunté con una sonrisa en los labios.

-Hm... No sé, no sé... - Se rió apartando mis manos de su cara.

-¿Llevas mucho rato esperando?- Me quite los zapatos, sentándome a su lado para luego meter los pies en el agua.

-No, justo había llegado... Ahora, por favor, dime ¿que pasó?, me tienes completamente intrigado.- Desvió su mirada a mis ojos.

-Verás... Es que... Vengo a despedirme.- Confesé realmente apenada.

-¿Qué? ¿Cómo que a despedirte?- Preguntó algo confundido.

-Mis padres consiguieron un nuevo trabajo y nos vamos hoy mismo a Argentina.- Traté de aguantar mis lágrimas pero al mirar sus ojos, algo en mí se rompió.

-Luna... No llores.- Me abrazó dulcemente. -Todo saldrá bien, además, no te vas a librar de mi tan fácilmente enana, hablaremos todos los días y verás que será como si nada hubiera cambiado.- Trató de animarme.

-¿Lo prometes?.- Alcé mi mirada aún abrazada a él.

-Lo prometo.- Depositó un suave beso en mi frente.

Después de pasar un par de horas disfrutando de su compañía, llegó la hora de la verdadera despedida.
Ninguno de los dos nos sentíamos lo suficientemente preparados para esto, pero teníamos que hacerlo.
Lo abracé con todas mis ganas y le repetí durante varias veces lo mucho que le quería y que jamás lo olvidaría.
Finalmente acabó acompañándome hasta casa donde, por fuera, se encontraban ya mis padres subiendo todas las cosas al coche.
Volví a abrazarle con mucha fuerza y tras una larga despedida, me alejé de él para subirme de una vez al coche.
Ni yo misma era capaz de imaginar todo lo que me pasaría, a partir de ahora...

(ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO MUCHÍSIMO ESTE CAPITULO, MUY PRONTO ESTARÁ SUBIDO EL SIGUIENTE Y NO OLVIDEN COMENTARME SI LES GUSTÓ❤).

Nuestro destino es chocar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora