[Narra Matteo]:
Definitivamente mi felicidad se mantiene durante periodos muy cortos de plazo, no hace ni cinco minutos que estaba relajado sobre la cama, dándole un par de besos a Luna, cuando de repente me encuentro en esta situación tan incómoda, en la puerta de mi habitación con el pijama puesto, teniendo en frente a Ámbar con cara de estar muy enfadada.
No alcancé a averiguar muy bien a que se estaba refiriendo, cuando aporreaba la puerta como una completa demente.
Simplemente por impulso y en medio de un ataque de pánico, decidimos que lo mejor era que Luna se escondiera, además de que estaba prohibido que las mujeres durmieran en la misma habitación que los hombres y que si se enteraban nos expulsaban del colegio, preferimos igualmente mantenerlo en secreto, para que no sucedieran problemas tan catastróficos como este.
Rodé los ojos, cruzándome de brazos, sin ningún tipo de ganas de ver a Ámbar ni de hablar con ella. Así que tampoco me esforcé en disimularlo, era imposible que mi cara de asco pasase desapercibido.—¿Qué te pasa flaca, estas loca? Son las once de la noche, encima..¿quién te crees que sos para hacer estos escándalos nena?— Negué con la cabeza, usando el tono de voz más irritante y molesto que tenía para decirle las cosas.
—Sé que está acá, decíle que salga sino querés que entre yo a buscarla personalmente Matteo.— Me advirtió, ignorando totalmente la bronca que le estaba echando, alzó una de sus cejas mirándome desafiante.
—¿De qué hablás?— Fruncí el ceño, utilizando los dotes de actuación que había aprendido en teatro, metiéndome de lleno en el papel, haciéndola creer que no sabía a que diantres se refería.
—No te hagas...me mentís, mis amigas escucharon como le ofrecías a Luna que se quedara acá con vos y luego vieron como te la llevabas corriendo. Sos tan patético Matteo, no podes haber caído tan bajo, en las telarañas de una cualquiera, recién terminamos y ya estas hasta las manos con esa...— Elevó su brazo, estirándolo hacia delante para luego señalarme con el dedo índice de su mano, su mirada helada chocó con la mía haciéndome sentir cansado por su berrinche, los cuales había tenido tantos que ya a estas alturas me eran indiferentes.
—Deja de insultarla, me tenés podrido pendeja. No voy a darte más juego, eso es lo que querés y yo me cansé de tus escenas de niña de cinco años, no voy a rebajarme a tu nivel para que te salgas con la tuya. Hace tu vida de una vez, olvídame Ámbar.— Gruñí cerrando mi boca, aguantándome las ganas de decirle aún más cosas, apreté mi puño, intentando contener la rabia de alguna forma. —Sí, yo le ofrecí que viniese a dormir acá, de hecho la conseguí traer a duras penas, pero me dijo que no, no quería tener más problemas con vos, ni poner en riesgo su relación con Simón, así que se fue, no sé a donde, capaz a la habitación de Nina, pero acá no está mas, ¿te quedó claro? Perfecto, entonces buenas noches.— Después de todo el sermón, agarré el pomo de la puerta con las manos, tirando de el para cerrar la puerta de un golpe y dejarla en medio del pasillo quejándose a solas como una loca.
Estuve durante un par de minutos en silencio, con la oreja pegada a la puerta esperando a que se marchara, para poder sacar a Luna del baño y que estuviéramos ambos a salvo.
Aún seguía sin creerme que tuviera la poca vergüenza de ser cada vez peor, una arrastrada sin escrupulos.
Ya no somos nada y se siente aún con derecho de venir en medio de la noche a hacerme reclamos a mi.
Hice bien en alejarme de una vez por todas, Ámbar es capaz de hacer cualquier cosa y estoy seguro de que esto no era nada más que el principio, lo peor estaba por venir.
Una vez se produjo el silencio, me despegué cuidadosamente, dándome la vuelta para empezar a caminar en dirección al baño.
Entré a este y no me detuve hasta quedar frente a la bañera, estiré el brazo atrapando con mis dedos las cortinas, jalando por ellas rodándolas para poder ver a Luna.
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Nuestro destino es chocar.
FanfictionLuna Valente es una chica de a penas dieciséis años, la cual es totalmente feliz en su universo sobre ruedas. Su vida siempre ha sido muy tranquila, como la de cualquier otra chica de su edad. Pero de repente, todo da un vuelco inesperado cuando...