Capitulo 26.

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[Narra Luna]:

Al parecer, después de pasarme cerca de una hora disfrutando de la compañía de Matteo, me quedé profundamente dormida.
Cuando abrí los ojos, él ya no estaba, aunque tampoco lo culpaba. Solo yo era capaz de hacer cosas equivocadas en los momentos más inoportunos. Me estregué los ojos con delicadeza y me recosté sentándome en la cama. Alargué mi brazo hasta la repisa, donde estaba mi reloj y tras mirar la hora, me vino a la cabeza automáticamente la imagen de Simón.

-Simón...- Dí un brinco levantándome de la cama. -Dios, siempre me pasa lo mismo- Me maldije acercándome para coger mis zapatos y ponérmelos.

Cuando terminé de acomodarlo todo un poco, salí de la habitación a toda prisa, recorrí todo el pasillo y bajé las escaleras hasta la cocina. Allí se encontraban mis papás, los cuales estaban lavando todos los utensilios que habían usado anteriormente para preparar la comida.

-Hola.- Me acerqué hasta donde estaban. -Que rico olor.- Confesé relamiendo mis labios.

-Me quedó deliciosa la gran milanesa que preparé- Respondió mi mamá con una amplía sonrisa de satisfacción.

-¿Y hay para mi?.- Dí un pequeño brinco.

-Si, ya todos los demás cenamos y sobró una buena porción, creo que incluso hay para dos.- Contestó terminando de secar los platos.

-Justo.- Esbocé una gran sonrisa colocando el gran plato en una bandeja.

-¿Justo por qué o qué?.- Me preguntó extrañada.

-Esto...- Balbuceé nerviosa. -Es que justo hoy tengo muchísima hambre, buf.- Traté parecer convicente.

-No te olvides del pastel de manzana.- Intervino mi papá. -Si lo dejas...ya mañana no estará.- Me amenazó entre risas. -Me parece que hay ratoncitos.- Respondió refiriéndose a Tino y Cato.

-Mónica, ¿vio por casualidad pasar a Matteo?.- Apareció Ambar completamente agitada.

-Si, dijo que se iba a recoger un par de cosas a su casa y que regresaría cuanto antes.- Asintió desabrochándose el delantal.

-Gracias.- Le agradeció. -Ay...Lunita.- Desvió la mirada hacia mi. -Te estaba buscando para ofrecerte mi mas sincera disculpa, no tenía que haber dicho nada acerca de tu examen.- Añadió apenada.

-¿Ya te dieron la nota de tu examen Luna?.- Preguntó mi papá muy interesado.

-S-si...-Bajé la cabeza avergonzada.

-Lunita reprobó el examen.- Contestó Ambar por mi, sin dejarme opción a poder contarlo yo.

-¿Qué?.- Mi mamá se llevó las manos a la cara.

-Verán...- Empecé a dar vueltas de un lado para el otro. -Yo les juro que me dejé la piel estudiando, de verdad.- Elevé la mirada hacia ellos. -No sé que pasó, quizás no fue suficiente, pero les prometo que mejoraré.- Empezaba a estar muy nerviosa.

-El nivel del colegio es realmente alto y me temo que Lunita no está a la altura.- Volvió a interrumpir con aires de superioridad.

-Ambar, ¿nos podrías dejar hablar a solas con nuestra hija?.- Mi papá clavo la mirada en ella, sabía perfectamente que su comentario no le había gustado nada en absoluto.

-Si, por supuesto.- Accedió encogiéndose de hombros. -Si llega Matteo, avísenme.- Les pidió antes de irse por donde había venido.

Hubo un profundo silencio de varios segundos, en los cuales no podía parar de pensar en lo terriblemente decepcionados que debían estar conmigo.

Nuestro destino es chocar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora