Nuestro destino es chocar.

Capitulo 43.

[Narra Nina]:

¿En serio este día había sido real? ¿No había sido un sueño? Aún no era capaz de creerme todo lo que había pasado. Desde mi sorprendente enfrentamiento contra Ambar, hasta la supuesta relación amorosa que tengo con Gastón. Yo no era así. Estaba cambiando y precisamente ser el centro de atención, es algo que no quería. Pero me temo que indudablemente, hasta que Gastón se animara a aclarar semejante mal entendido, sería parte de la "noticia del momento". Lo cual me ponía realmente tensa. Si ya tenía a medio colegio en mi contra, ahora me amargarían la vida literalmente. Sobre todo Delfina, la cual estaba terriblemente obsesionada con ser la futura novia de Gastón. Iba a morir, lo sabía. Pero al menos aún me quedaba la cuenta de FelicityForNow. Salté de la cama con un solo movimiento y me acerqué rápidamente hasta quedar frente a mi escritorio, jalé la silla un poco hacia atrás y me senté en esta. Saqué de mi mochila el ordenador y lo encendí. Estaba totalmente inspirada y ya era hora de escribir para la web, un nuevo post en mi perfil anónimo.

"Todos los cambios, llevan arrastras la melancolía del pasado. Pero es necesario hacer sacrificios en nuestra vida, que creen una mejoría constante, para superar cada día, a la mejor versión de nosotros mismos hasta el momento."

#Cambios #Miremosolohaciadelante

Debía empezar a afrontar de una vez, todas las cosas que me estaban pasando, para poder ser capaz de enfrentarlas, sin tener miedo alguno. Aunque realmente deseaba ser la novia de Gastón, teníamos que aclarar esta terrible confusión. Yo no quería ser algo falso para él, en su vida. La antigua Nina, se hubiera conformado con eso. Ya que menos da una piedra...Pero mi nueva yo, necesitaba hacerse valorar. Todo pasa por algo y lo que no, también. Esa era una de mis frases preferidas y tenía que empezar a cumplirla al pie de la letra. Mañana mismo llamaría a Gastón para ponernos de acuerdo, para arreglar esta situación. Quiero lo mejor para él, y está claro que eso, no se lo puedo dar yo. Tan solo con mirarme un poco, puedes darte cuenta de que tengo razón. Publiqué mi frase y cerré la cuenta, para después apagar el computador.

[Narra Luna]:

Creo que nunca había tenido tanto miedo de encontrarme con alguien. Pero estaba claro que Ambar, superaba con creces cualquier estadística que pudiera tener montada. Me amarré la chaqueta del colegio en la cintura y me coloqué la mochila en la espalda, bajándome lentamente del coche de la familia Benson. Apoyé los pies en el suelo lentamente, todo estaba en completo silencio, a penas se escuchaba el cantar de los pajarillos. Caminé hasta llegar al escondite de Simón. Necesitaba estar un rato acompañada de alguien, que pudiera aconsejarme en ese tema. Y mi mejor amigo era capaz de conseguir cualquier cosa. Eso ya lo tenía más que claro. Al llegar a la puerta del depósito, giré la cabeza para mirar en todas las direcciones posibles, para asegurarme que no había nadie merodeando por las cercanías. Cuando estuve lo suficientemente segura de que no corría peligro, me adentré en el depósito cerrando la puerta tras de mi.

—Simón...¿ya llegaste?.— Pregunté de forma dudosa mientras seguía caminando rumbo al sofá del lugar.

—Estoy aquí.— Elevó su mano al aire, para que pudiera descubrir exactamente donde se encontraba. 

—¿Que hacías?.— Solté mis cosas colocándolas sobre la mesa.

—Terminaba de preparar tu sorpresa.— Comentó dándole tono de indiferencia, para que no prestara atención a lo que había dicho.

—Tienes que decirme de qué se trata...— Le advertí mientras tomaba asiento. Podía ser realmente insistente cuando quería algo y el lo sabía de sobra. —Por favor.— Junte las dos palmas de mis manos, a modo de suplica.