[Narra Luna]:
¿En qué momento había accedido a dormir nuevamente en la misma cama que Simón?
Definitivamente esta no había sido la mejor decisión.
Quizás sino hubiera tenido un ataque de celos, compartir el colchón con él, no me hubiese supuesto ningún tipo de problema. Pero sabiendo que mi mejor amigo estaba al tanto del tema, me hacía sentir realmente incómoda, teniéndolo a escasos centímetros de separación de mi cuerpo.
Jamás me había replanteado que pudiese pasar algo más entre nosotros, para mi solamente era un muy buen amigo. O eso creía.
Todo esto era demasiado nuevo para mi, no podía poner en orden mis sentimientos de la noche a la mañana, estaba muy confundida.
Y más me confundía él, con sus insinuaciones.
Volví a darme la vuelta en la cama, tapándome al mismo tiempo con las sábanas y abrazándome suavemente a la almohada que se encontraba en el medio de la cama, dividiendo la mitad de cada uno.—¿No puedes dormir?.— Preguntó mediante un ligero susurro.
—No.— Contesté de forma tajante, haciéndole notar las pocas ganas que tenía, de mantener una conversación con él ahora mismo.
—¿Es por mi?.— Volvió a preguntar, esta vez en un tono más bajo y con cierto tembleque en la voz. Parecía no estar muy convencido de que fuese buena idea hacer este tipo de preguntas en este momento.
—No es la primera vez que dormimos juntos ¿te acuerdas?.— Le refresqué la memoria, siendo esta vez yo, la que le preguntaba irónicamente. —Tengo demasiadas cosas en la cabeza.— Aspiré mucho aire por la nariz, haciendo que mis pulmones se llenarán por completo, para después soltarlo lentamente por la boca, terminando en un gran resoplido.
—Entonces supongo que te refieres a Matteo, el colegio, Ambar y la competencia.— Se acercó notablemente hacia mi, apoyando su rostro sobre la almohada a la cual estaba abrazada, para poder tener una charla más íntima, como esas que solíamos hacer en Cancún, cuando nos quedábamos hasta las tantas de la madrugada hablando.
—Se podría decir que el chico fresa, es el menor de mis problemas ahora mismo.— Me encogí de hombros, ocultando la pequeña sonrisa que me salía cada vez que escuchaba o decía su nombre. —Me gusta mucho, ¿de que me serviría decirte que no a estas alturas?.— Lo reconocí abiertamente, tratando de asumir de una vez por todas la cruda realidad. —Pero no podremos tener nada, ni hoy ni nunca.— Confesé mordisqueandome el labio inferior, aguantando como podía las ganas de echarme a llorar.
—Ambar está obsesionada con él y no parará hasta que vuelva a ser su novio. Tu y yo sabemos que es capaz de hacer cualquier cosa, con tal de conseguir eso con lo que esta encaprichada. Sino acuérdate cuando me hizo suspender el examen.— Fruncí el ceño, sintiéndome un poco molesta al recordar todas las maldades de esa arpía. —Lo peor vendrá cuando se aburra y decida ir a por una nueva presa.— Advertí muy preocupada mientras negaba con la cabeza.—Se ve a leguas que Matteo está loco por ti, aunque a mi eso no me haga especial entusiasmo. El mal nunca triunfa, recuerda eso.— La luz de la luna, bañó su cara durante unos instantes, dándole mayor dramatismo e intensidad a sus palabras.
—¿Y porqué se supone que será peor, si podrás estar con Matteo?.— Arqueó una de sus cejas, mirándome un tanto extrañado, sin llegar a imaginar todo lo que yo estaba pensando.—Porque tú eres el siguiente en la lista, he visto como te mira. Y después de ver como casi te besas con ella, me ha quedado todo muy claro. Sé que no le caigo bien, pero esto no lo hace ni por molestarme. Le gustas de verdad Simón.— Solté de golpe todo lo que pensaba, sin detenerme ni un segundo para coger aire.
Me preocupaba la idea de que Ambar pudiese hacerle algo malo.—Igualmente por mi parte nada sucedería...— Respondió bastante indiferente, restándole total importancia a lo que le había dicho.
Estirando con cuidado una de sus manos, para acariciar con timidez una de mis mejillas.
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Nuestro destino es chocar.
Hayran KurguLuna Valente es una chica de a penas dieciséis años, la cual es totalmente feliz en su universo sobre ruedas. Su vida siempre ha sido muy tranquila, como la de cualquier otra chica de su edad. Pero de repente, todo da un vuelco inesperado cuando...