Nuestro destino es chocar.

Capitulo 32.

[Narra Matteo]:

En el Blake.

La noche anterior me había costado mucho trabajo quedarme dormido, no podía dejar de pensar en el supuesto novio de Luna.
Seguía sin saber por que me interesaba tanto saber su nombre.
Aunque lo que más me inquietaba eran esas ganas de querer alejarlo completamente de ella. Por alguna extraña razón no me gustaba.
Y tenía que averiguar por qué.
Aquí estaba, medio dormido, apoyado en una las columnas del pasillo, acompañado por Gastón, el cual no dejaba de hablarme de una tal "Felicity".

-Euh.- Pasó su mano de arriba a abajo frente a mi cara. -¿Me estas escuchando?.-

-Eh si si...- Negué con la cabeza cambiando de posición para escucharle esta vez atentamente.

-Ya claro...- Se cruzó de brazos entre risas. -¿Que onda? ¿Eclipsado por la luna?.- Se puso frente a mi.

-¿Cuantas veces te tengo que decir que a mi no me pasa nada con Luna?.- Me quejé rodando los ojos.

-Está bien, está bien.- Volvió a reirse acomodandose la chaqueta.

-Por cierto...- Hice un parón. -¿Qué decías de esa tal Felicity?.- Pregunté tratando de retomar el tema.

-Es un nuevo seudonimo de una chica que comenta en la web del Fab and Chic. Me encantan sus post. Sobre todo su manera de pensar.- Parecía bastante entusiasmado.

-¿Por qué no platicas con ella? Incluso vos, podrías hacerte un seudonimo nuevo. Así están ambos en las mismas condiciones y se conocen simplementen por lo que postean y charlan.- Le propuse la idea.

-¿Sabes que creo que es la mejor idea que se te ha ocurrido en la vida?.- Chasqueó sus dedos en señal de aprobación.

-Ahí te equivocas, yo tengo buenisimas ideas siempre- Le corregí muy seguro de mi mismo.

El timbre sonó indicándonos que estaba por comenzar la jornada.
Recogímos todas nuestras cosas y nos dispusimos a irnos a la clase que nos tocaba.
Yo tenía teatro mientras que Gastón estaba en fotografía.
Como de costumbre, solía retrasarme y a pesar de haber madrugado para evitar este tipo de situaciones, hoy no iba a ser menos.
Llegué justamente cuando estaban por cerrar la puerta del aula.

-Pase rápido y tome asiento.- Me indicó el profesor con la mano.

-¿Ella está sola?.- Me descolgué la mochila del hombro.

-Si, si, sientese, estamos por comenzar.- Asintió caminando hacia su escritorio.

Caminé hasta llegar hasta donde se encontraba Luna sentada.
Me acomodé a su lado y coloqué la mochila a mi costado.
Sabía perfectamente en lo que estaba pensando. Ni ella ni yo, habíamos sido capaces de sacar de nuestra cabeza ni un solo minuto todo lo ocurrido ayer.

[Narra Luna]:

Ni si quiera en clase de teatro voy a poder deshacerme de la presencia de Matteo.
Parecía estar en todas partes.
En la pista, en mi casa, en el blake, no había sitio en el cual el no estuviera.
Ahora incluso aquí tendría que soportarle.

-¿Qué haces tú aquí chico fresa?.- Giré la cabeza hacia él para mirarle.

-Me apunte a clases de teatro...- Respondió de forma indiferente.

-Si, ya veo...a ver quien sigue a quien ahora.- Susurré quejandome para evitar gritar.

-Ni que fueras tan importante.- Negó con la cabeza usando su tipico tono de superioridad.

-Eso lo has dicho tú, no yo.- Esbocé una ligera sonrisa.

Hubo un pequeño silencio en el cual el profesor comenzó a explicar lo que haríamos hoy en nuestro primer día de teatro.