[Narra Matteo]:
Mis piernas se movían a la mayor velocidad que el cuerpo les permitía.
Me preocupaba notablemente el estado en el que se encontraría mi mejor amigo Gastón, cuando llegase al baño de las chicas.
Le había dicho en innumerables ocasiones que la mejor manera de solucionar los problemas, era primero reflexionándolos con un amigo, el cual pudiese ayudarte a elegir, lo que es verdaderamente correcto.
Se supone que ya teníamos una edad para darnos cuenta de lo que era mejor hacer.
Pero estaba claro que a Gastón, a veces le faltaban más que dos deditos de frente.
Una vez frente a aquella puerta de madera, rodé la cabeza para ambos lados, asegurándome de que nadie me viese las intenciones y entre a hurtadillas en aquel espacioso cuarto de baño.
Solté el pomo de la puerta lentamente y dí una vuelta de trescientos sesenta grados, en busca de mi amigo.
No tarde en divisarlo.
Se encontraba sentado sobre el lavabo con los brazos flexionados sobre sus muslos, apoyando en sus manos, su cabeza.
Genial, estaba en fase "depresivo".
La que básicamente es la última de todas las fases, se había dado cuenta del gran terrible error que había cometido y se estaba torturando por eso mismo.—¿Que hiciste?.— Pregunté casi en un susurro, aproximándome con lentitud hacia donde se encontraba.
—Vaya.— Exclamó apretando sus labios. —Es cierto eso de que las noticias vuelan.—Elevó la cabeza, manteniendo la mirada puesta al frente.
—Creo que no necesitas que te comente lo que opino, respecto a lo que acabas de hacer. Pero no vine a regañarte...¿cómo te sentís?.— Me detuve a su costado, subiéndome sin ningún tipo de esfuerzo sobre el mármol del lavabo.
—La embarré.— Negó con la cabeza, soltando un largo suspiro. Parecía estar conteniendo las ganas de desplomarse ahí mismo. —No creyó nada de lo que le dije. Y todo por culpa del beso estúpido de Delfina, no me extrañaría que estuviera buscando separarnos...— Una lágrima silenciosa rodó a lo largo de su mejilla, dejándome ver su triste dolor.
—¿Te besaste con la hueca?.— Pregunté seriamente impactado. —¿Cuando, como, donde, por qué? Decíme ya...— Agarré sus dos brazos, sacudiéndolo con fuerza para que me mirase.
—Cálmate bestia.— Se soltó de mi agarre, emitiendo una breve carcajada. —Todo esto no hubiera pasado si vos, hubieras llegado a tiempo, ¿justo hoy tenes que pillar un atasco boludo?.— Su puño proyectó contra mi brazo, haciéndome emitir una mueca de dolor.
—Lo que me quedaba por escuchar...— Hice un pequeño parón, en el cual negué con la cabeza, masajeando con mi mano, en el lugar donde me había golpeado. —Hacéte cargo de tus ataques graves de impulsividad, déjate de joder.— Me quejé tratando de aliviar un poco la situación entre risas.
—Estaba en el pasillo, apareció Delfina...— Sus dientes se apretaron con rabia durante unos segundos. —Platicábamos, ya ni recuerdo bien sobre que, pero, se abalanzó sobre mi y me besó, ni pude reaccionar.— Se encogió de hombros algo incómodo. —Cuando me separé de ella, Nina estaba petrificada frente a nosotros, lo había visto todo. Por culpa de ese maldito beso, se arruinó, iba a perdonarme...¿entendés?. Soy un cacho de bosta hermano.— Su voz parecía ir rompiéndose poco a poco, según me relataba lo sucedido.
—Pero, vos no tuviste la culpa, no te tortures.— Posé una de mis manos sobre su hombro, dándole un par de palmaditas. —Algo podremos hacer, relájate. Si seguís así, todo será peor.— Le advertí, finalmente poniéndome en pie para abrazarlo.
[Narra Luna]:
Las horas de clase habían pasado, a penas quedaban unos minutos para que sonara el timbre, anunciando el final de la jornada escolar de hoy.
Y allí estábamos, sentadas en aquellas escaleras de la entrada.
Al parecer Nina ya se había calmado.
Y a pesar de haberle insistido en numerosas ocasiones de entrar a clases, en todas ellas se negaba.
Jamás había estado tan decidida como para faltar.—¿Te sientes mejor?.— Pregunté con cierto tono de curiosidad.
—Sí, muchas gracias amiga...— Me abrazó dulcemente, demostrándome su completo agradecimiento.
—Quiero hacerte una pregunta, no te enojes ¿sí? Por favor.— Supliqué juntando la palma de mis dos manos.
—Está bien, dale, decí.— Asintió separándose, para inclinar su cuerpo ligeramente, prestándome toda su atención.
—¿Estás cien por ciento segura, que Gastón quería besar a Delfina?.— Arqueé una de mis cejas, mirándola de forma dudosa. —Me sigue pareciendo muy extraño, después de insistir tanto con que le ayudásemos para arreglarlo.—
—Luna, yo los vi, se estaban besando y él parecía disfrutarlo..— Hizo una ligera muesca de asco tras recordarlo.
—Pero igual, eso no significa que quisiera.— Me encogí de hombros, respondiendo a su afirmación.
—No la separó, no hizo nada.— Se quejó dando un pequeño pisotón al suelo. —Eso lo dice todo.— Asintió tratando de zanjar el tema.
—Tu sabes que eso no dice absolutamente nada.— Contraataque para mostrarle mi punto de vista. —¿Y si estaba tan sorprendido que no supo que hacer? Y entonces apareciste tu.— Propuse tratando de que viese las cosas de otra forma.
Mas le vale a Gastón darme una buena explicación, por que si consigo que Nina ceda, me va a deber una muy grande.—Hm...¿de verdad eso pensás?.— Preguntó dudosa mientras se replanteaba mis palabras.
—Hoy está claro que no, pero quizás mañana podrían hablar tranquilamente y que te explique absolutamente todo. Al menos hazlo por mi, no me gusta verte mal y mucho menos cuando puede ser todo un error, tienes que averiguar si te equivocas.— Sentencié rogándole que lo pensara detenidamente. —No te va a servir de nada quedarte de brazos cruzados lamentándote, están en el mismo colegio, tarde o temprano van a tener que hablar, tu decides...— Sentencié firmemente, finalizando el tema de conversación de una vez.
Ambas agradecimos el silencio. Quizás dejar reflexionar a Nina, era una muy buena idea.
Y no solo con el tema de Gastón, sino con FelicityForNow y otros temas en general.
Quien no arriesga no gana, es así.
Ahora solo queda saber, si se llenará de valor como para aceptar escuchar lo que él tenga que decirle y sin pensar que la esta tratando de engañar.(LO SÉ, HACE SIGLOS QUE NO ACTUALIZO, PERO LOS EXÁMENES Y TRABAJOS, NO ME DEJAN RESPIRAR Y NO DOY A BASTOS, LO SIENTO MUCHO. ESPERO QUE LES GUSTE ESTE NUEVO CAPÍTULO, PROMETO SUBIR EL SIGUIENTE LO MÁS PRONTO QUE PUEDA, NO SE OLVIDEN DE COMENTAR Y VOTAR LA HISTORIA PARA SABER QUE LES GUSTA, GRACIAS POR TODO💘).
¿Qué creen que pasará? ¿Escuchará Nina por fin a Gastón? ¿Se reconciliaran o Delfina volverá a hacer de las suyas? ¿Que le dira Mateo a Luna cuando se entere que va a participar con Simón en la competencia? ¿Estará tramando Ambar otra de las suyas?
HAGAN SUS APUESTAS, NOS VEMOS PRONTO AMORES.
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Nuestro destino es chocar.
FanfictionLuna Valente es una chica de a penas dieciséis años, la cual es totalmente feliz en su universo sobre ruedas. Su vida siempre ha sido muy tranquila, como la de cualquier otra chica de su edad. Pero de repente, todo da un vuelco inesperado cuando...