[Narra Nina];
(Antes de que se quedasen Matteo y Luna a solas, que lo fuese a buscar Ámbar y la tensa conversación con Simón).
Rodé ligeramente la cabeza hacia la derecha, encontrándome directamente con la intensa mirada de Gastón, haciéndome ruborizar en cuestión de segundos.
Analizando sus movimientos, diría que trata de decirme algo.
Mientras yo jugaba visualmente a adivinar el acertijo, Luna continuaba desahogándose, puesto que la noticia de empezar a vivir en el Blake, no era beneficiosa para nadie. Y mucho menos para ella.
Últimamente Ámbar no le quitaba la vista de encima ni a sol ni a sombra, cualquiera que la viese pensaría que lo suyo es causa de algún tipo de trastorno psicológico.
Aunque aún no he descubierto el origen de este.
Lo que si está claro, es que Ámbar tiene celos de Luna y algo me dice que quizás todo sea por culpa de Matteo.
Un gran golpe de tos, me hizo desconectar casi por inercia del mundo de mis pensamientos.
Ya había tenido suficiente por hoy, demasiada reflexión.
Volví a centrarme en los gestos de Gastón, llegando a la conclusión de que quería que nos fueramos.
Al parecer todo indicaba a que le interesaba dejarlos solos.—Nina, ¿me estas escuchando?.— Los dedos de Luna chasqueando se atravesaron en mi campo de visión, haciéndome sobresaltar al instante.
—Discúlpame, estoy algo distraída.— Acaricié suavemente mi brazo de arriba a abajo, tratando de disimular mi incomodidad.
—Y yo que pensaba que esa era yo.— Se echó a reír dulcemente, llevándose sus dos manos a la boca, para cubrirsela con estas. —Bueno, ¿por qué estas así de distraída?— Preguntó de forma curiosa, intentando silenciar sus carcajadas.
—Es que, después de tu actuación, Gastón y yo nos escapamos del Roller.
Y volvimos a besarnos.— Me sinceré confesandole en resumidas cuentas lo que había sucedido.—¿Qué?.— Los ojos de Luna se abrieron como platos, a la par que sus labios los cuales tornaron en pocos segundos a una amplia sonrisa. —Felicitaciones amiga, en serio, que bueno que te animaste.— Asentí dando un pequeño brinco en el sitio por culpa de la emoción.
—Igual contame, ¿que pasó con Simón?, me llegaron algunos rumores, pero prefería preguntartelo directamente a vos.— Me detuve en seco tratando de mantener la compostura, para que los chicos no supieran que de alguna forma estábamos hablando de ellos.
—Me encantaría contártelo ya mismo, pero es que Matteo no puede enterarse de esto sino se estr...— No llegó a terminar de recitar la frase, cuando los chicos hicieron acto de presencia tras de Luna.
—¿De qué no me puedo enterar chica delivery?.— La voz traviesa de Matteo, hizo sonrojar notablemente a mi amiga, poniéndola nuevamente en un serio aprieto.
—¿Sabes que es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas chico fresa?.— Se cruzó de brazos, sin voltear ni si quiera para contestarle, demostrando de esa forma que se sentía realmente molesta.
—Dale, no empiecen a pelear otra vez..— Los frenó Gastón pacíficamente antes de que se provocase una nueva discusión entre ellos dos.
—Eso chicos, no está bueno pasarse el día discutiendo.— Apoyé su queja completamente razonable, intentando que hubiera un buen ambiente entre los cuatro.
—Nina y yo nos tenemos que ir, los dejamos solos. Traten de no pelear por que ya saben lo que dicen, los que se pelean se desean... o terminan en besos.— Alzó una de sus dos cejas moviéndola de forma divertida para molestarles.
—¿Qué?— Preguntaron los dos simultáneamente, quedándose algo impactados.
—No inventes, ni en tus mejores sueños va a pasar eso, entre Matteo y yo no hay nada.— Argumentó Luna completamente sonrojada, por culpa de las especulaciones de Gastón.
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Nuestro destino es chocar.
Fiksi PenggemarLuna Valente es una chica de a penas dieciséis años, la cual es totalmente feliz en su universo sobre ruedas. Su vida siempre ha sido muy tranquila, como la de cualquier otra chica de su edad. Pero de repente, todo da un vuelco inesperado cuando...