Capitulo 5.

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[Narra Matteo]:

En el fondo había extrañado Buenos Aires más de lo que pensaba, por primera vez en mi vida, sentía a un lugar mi hogar.
Cuando era pequeño vivía viajando de aquí para allá y nunca terminaba de sentir a un sitio mi casa.
La verdadera pena era hacer amigos para luego perderlos.
Pero esta vez, todo era diferente, por fin podía sentirme tranquilo.
Después de deshacer mis maletas y haber guardado todas mis cosas en los lugares correspondientes, saqué mi teléfono móvil y llamé a mi mejor amigo.

-Hey, Gaston.- Sonreí casi por inercia.

-Hola, ¿ya llegaste?.- Preguntó bastante ansioso.

-Sí, justamente hace diez minutos.- Comencé a caminar por la habitación.

-¿Vas a ir al Roller?.- Quería verme, al igual que yo a él.

-Sí, ¿tú también vas a ir verdad?.- Pregunté deteniendome frente al espejo.

-Claro amigo, allá nos vemos.- Colgó la llamada.

Después de darme una ducha con agua fría, me vestí, peine y me coloqué los patines.
No veía la hora de volver a patinar sobre la pista.

[Narra Luna]:

No se equivocaban cuando decían que la primera noche siempre es la peor.
Ayer después del avión y el trayecto en coche hasta la ciudad, terminé tan cansada que nada más llegar, me fuí directamente a dormir.
Ahora vivía en una mansión, bastante bonita, todo sea dicho, aunque demasiado grande para mi gusto.
Me cuesta encontrarme con alguien por los pasillos.
Después de almorzar, pedí permiso a mis papás para salir a conocer un poco la ciudad.
Patiné por lugares muy bellos y saqué fotografías muy buenas, por ahora Argentina era mejor de lo que había imaginado.
No me pregunten como, pero sumerjida en mis pensamientos, acabé en una larga avenida frecuentada por muchos...
¿Patinadores?
Alcé la mirada hacia el cartel del local, en el cual ponía;
"Jam and Roller".
Habían decenas de personas y todas y cada una de ellas bailaban, incluso cantaban sobre ruedas.
La curiosidad mató al gato, puesto que terminé entrando al lugar.
Caminé en busca de la pista.
Y...allí estaba.
Mi imaginación comenzo a despegar y yo me fuí tras de ella.
Parecía estar soñando despierta.

-Hola.- Dijo un chico.

Giraba y giraba, daba saltos y bailaba, todo era tan bonito.
De pronto, se apagó de golpe.

-¿Hola?.- Preguntó el chico empezando a preocuparse.

-Uy...hola, disculpame, estaba un poco despistada.- Acaricié mi cuello algo incómoda.

-No te preocupes...¿eres nueva verdad?.- Esbozó una sonrisa amable.

-Sí, es mi primera vez aquí.- Asentí mostrándome simpática.

-Y...tendrás pase ¿verdad?.- Rodó su mirada a mis ojos.

-¿Pase? Em...no.- Apreté mis labios empezando a ponerme nerviosa.

-El pase es para poder entrar a la pista, pero, por ser tu primera vez, te voy a regalar uno.- Extendió su mano entregándome uno.

-¿En serio? Que buena onda, muchas gracias.- Lo cogí.

-No te olvides de comprar más, por si queres venir en otra ocasión a patinar.- Añadió con una sonrisa. -Por cierto, ¿cómo te llamas?.- Preguntó curioso.

-Soy Luna.- Extendí mi mano, para saludarlo.

-Soy Nico.- Estrechó mi mano, para luego soltarla con cuidado. -Tengo que seguir trabajando, un placer conocerte, que te diviertas.- Se despidió dejándome sola.

Nuestro destino es chocar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora