Capítulo 66.

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[Narra Gastón]:

La aclamada y muy esperada actuación del nuevo tema de presentación de la Roller Band, estaba siendo un completo éxito. El público estaba totalmente entregado, lo cual no era algo que realmente me sorprendiera, ya que se estaban dejando toda la piel en el escenario.

Estiré ligeramente mi brazo, cogiendo mi vaso con batido de la mesa, me acerqué dicho recipiente a mis labios, dándole a este un buen sorbo. No necesitaba tener que estar encargando cada vez que venía lo que pretendía beber, asistía con tanta frecuencia al local, que los meseros decidieron anotar lo que consumía normalmente, sirviéndomelo nada más verme llegar. Podría clasificar esto como uno de los placeres de mi vida, saben lo que voy a tomar sin necesidad de tener que estar pidiéndoselos.

Mantuve la taza entre mis manos, intentando volver a concentrarme en la canción. Cuando no se trataba una cosa, era la otra. Aunque últimamente con quien estaba completamente distraido, era con Nina. No conseguía sacármela ni medio minuto de la cabeza. Habían pasado tantas cosas entre los dos, que a penas era capaz de mantener la concentración en nada.

Elevé la cabeza al compás que mi mirada, girando un par de segundos mas tarde mi torso, para observar hacia ambos lados, en busca de la figura de Nina. Sinceramente la echaba demasiado de menos, esta situación no terminaba de convencerme, quería tenerla para mi, exclusivamente hablando. Esto no es un juego, ella jamás ha sido algo parecido a eso.

-Dale boludo, si tanto la extrañas, levántate y ve a hablarle de una vez.- Exclamó burlona mi conciencia, como si de una orden se tratase. Lo curioso es que tenía razón y yo estaba aquí sentado perdiendo el tiempo entre una loca y un necio. No sé que es peor.

Moví con cuidado la butaca en la cual estaba sentado, echándola ligeramente hacia atrás, bajándome al mismo tiempo de esta, aún con el vaso del batido entre las manos.

-¿A donde vas?.- Preguntó mi mejor amigo algo extrañado, al ver mis intenciones.

-Es un segundo, tengo un asunto pendiente, vuelvo enseguida.- Asentí con la cabeza, intentando hacerle sentir un poco más tranquilo. Sé que precisamente no le apetecía quedarse a solas con Ambar, pero sé que si no voy, mis ganas terminarán por hacerme explotar.

Una vez me puse en marcha, caminé atravesando las hileras de mesas, el Jam and Roller estaba a rebosar, todo el mundo estaba aglomerado y concentrado en la actuación. Me moví como pude entre la multitud, tratando de no romper o golpear sin querer a nadie. Ni en las mejores escenas de acción, habrían tardado tanto en abandonar la zona de rayos laceres.

Posé mi vista en la mesa en la cual estaba ubicada Nina. Se veía realmente preciosa, bajo la tenue luz que deslumbraban los focos. Acomodé lo más rápido que pude mi ropa, asegurándome que todo estaba en su sitio, agité mi pelo con una de mis manos, inhalé un poco de aire, cerrando los ojos en el acto para luego terminar abriéndolos con decisión, no volví a detenerme hasta que estuve detrás de ella.

-No podes ser tan linda y pretender que tenga la suficiente fuerza de voluntad como para contenerme.- Rodé un mechón de su cabello con mis dedos, susurrándole delicadamente en el oído. Deslicé mi mano por su espalda, dejándola quieta una vez alcanzó su cintura. Pude percibir como se iba ruborizando según la acariciaba. Incluso podía sentir como se le aceleraba el pulso, es imposible ocultar algo tan fuerte cuando se siente, por mucho que se empeñase en negarlo o ocultarlo, era demasiado tarde como para pararlo.

-Gastón.- Pronunció mi nombre dulcemente, sin hacer ningún movimiento, esbozando en sus labios una vergonzosa sonrisa. -No me digas esas cosas.- Se había vuelto a sonrojar, incluso podía empezar a notar como su cuerpo se tensaba por culpa de los nervios.

Nuestro destino es chocar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora