Sinopsis

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En el momento en que entre en la estación todos los que se encontraban en el lugar se giraron a verme, hicieron una mueca de disgusto y luego siguieron con lo que se encontraban haciendo como si nunca me hubieran visto. Me encogí de hombros restándole importancia y luego de entregar mi equipaje me dirigí a la entrada del tren, aún varias miradas curiosas se encontraban siguiendo mis movimientos.  Entre la locomotora que me llevaría a ese maldito colegio, aun no comprendía el para que me enviaban a ese lugar. ¿Quieren que sea la comidilla de todos los chismosos o que sea el punto clave de todas las burlas? Tal vez están buscando que mate a alguien, esa sería la perfecta excusa para deshacerse de mi. Camine por el pasillo de los vagones y cuando al fin encontré un compartimiento vacío entre en el rápidamente. Tome el asiento junto a la ventana y me encargue de observar como los padres se despedían de sus hijos entre lagrimas. ¿Por qué lloran? Estoy segura que no saben lo patéticos que se ven.

Un dolor punzante se instalo en mi cabeza provocando que la sacudiera, cerré mis ojos por un breve momento en un vano intento de alejar el dolor. Volví abrirlos y fije mi mirada en una gran familia de pelirrojos que eran acompañados por una chica de un cabello castaño alborotado y un chico de cabello azabache que en ese momento se llevo instintivamente la mano hasta su frente.  El dolor se hizo mas insistente, fruncí el ceño y lleve mi mano al costado de mi cabeza soltando un quejido por lo bajo, no deje de mirarlo en ningún momento. El chico se giro clavando su mirada sobre mi y su rostro solo reflejaba dolor, me fije en la cicatriz que adornaba su frente y luego busque mirarlo fijamente a los ojos. Sentía que mi cabeza explotaría ante tanto dolor, la suya también.

— Potter...

Antes de sumirme en la oscuridad pude apreciar como su cuerpo cayó inconsciente.

La hija de VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora