Capítulo 1

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Me removí sobre una superficie blanda, solté un queja de dolor y lleve mi mano derecha a la cabeza. Era un dolor insoportable. Sentí voces a mi alrededor y bufe molesta, me dolía la cabeza y lo menos que quería ahora era escucharle la boca a alguien. Me forcé a abrir los ojos para ver quien era los que me molestaban y me encontré con el viejo barbudo, el pelo grasiento y la vieja con el sombrero puntiagudo.

- ¿Qué tanto me ven? - Les pregunte entre dientes al ver cómo se me quedaban mirando. Estaban hablando hace unos momentos y ahora que me levanto se quedan callados.

- ¿Como se encuentra señorita Riddle? - me pregunta Dumbledore mientras me siento en la camilla.

- Basta con que me mire la cara para saber que no estoy bien. - tan pronto les alce la voz el dolor en mi cabeza se hizo más fuerte. Dos de ellos me vieron con preocupación lo que me provocó fastidio. - Yo sabía que no debía venir.

- Se equivoca. Su lugar está en este colegio. Este será su hogar.

- El que se equivoca es usted viejo, yo no tengo hogar. - Mire la camilla que estaba frente a mi y me lleve una desagradable sorpresa. Justo frente a mi estaba la razón de mi dolor de cabeza.

Con un mano en su cicatriz y el ceño fruncido el azabache me miraba.

- Se supone que tú eres el niño que vivió. - preguntó con burla. - Esperaba algo más...

- ¿Tú quien eres? - preguntó. Su voz salió ronca, seca y no era quien para dejarme de mirarme directamente a los ojos aunque le afectara.

- Diana Riddle. - la sorpresa en su rostro me provoco mucha diversión. - No fue un gusto conocerte y estoy segura que tu tampoco esperabas conocerme a mi. - me levante de la camilla y le sonreí.

- ¿A donde cree que va? Aun no puedes irte de la enfermería. - la voz de la profesora no se escucho muy contenta. Esa es la muestra de que le había caído de maravilla.

- A mi habitación.

- Tan siquiera te hemos asignado una casa.

- Creo que es mas que obvio que eso no sera necesario. - me cruce de brazos. - Ante ustedes esta la nueva princesita de Slytherin. - el intento de sonrisa de Snape fue lo ultimo que vi antes de salir de la enfermería.

- Niña insolente. - fue lo ultimo que logre a escuchar antes de adentrarme en la oscuridad de los pasillos y dirigirme hacia a las mazmorras.

Al llegar a las mazmorras me pare frente a la entrada y dije la contraseña para poder entrar.Y muchos se preguntaran y pensaran como se donde esta todo y sobre todo como se la contraseña si es la primera vez que estoy acá. Se demasiadas cosas y mas de una podría sorprender a mas de uno o matarlos de un susto. Me llamo Diana Riddle soy la hija del que No debe ser nombrado. ¿Mi madre? Eso es uno de los tantos misterios que los chismosos de este colegio van a querer investigar porque su vida es tan aburrida que no tendrán más remedio que meterse en la mía. Aunque quizás puedo provocar tanto miedo que tan siquiera se atrevan acercarse. Eso seria lo mejor, paz absoluta, silencio. Aunque tenia la molestia de tener a Harry Potter cerca y él al saber quien soy yo dudo que se mantenga quieto. Tendré que vivir con unos dolores de cabeza horrible. Maldita conexión de mierda.

- Sangre Pura. - la imaginación se les fue volando al momento de colocar la contraseña. La armadura me permitió el paso a la gran y lujosa sala común. No había estudiantes. ¿Que horas serian? No tengo la mas mínima idea.

- ¡Diana!

- ¡Shhh! - me reí. - Deja de gritar. ¿Que crees que hora es? Levantaras a todo el mundo. - sonreí divertida al ver a los dos personajes que tenía frente a mi y camine hacia ellos.

- Déjalo Theo, es un idiota y eso no cambia.

- Me quedo despierto para esperarla y lo primero que ella me dice es que soy idiota. - se cruzo de brazos y me miro completamente ofendido, sonreí levemente y me acerque a su mejilla.

- ¿Te encuentras bien? Nos comenzaba a preocupar que te demoraras tanto. - dijo Theo.

- Claro que me encuentro bien, nadie puede conmigo bebé. - ambos rieron y rodé lo ojos. - ¿Saben donde estará mi habitación?

- Dumbledore nos envió una nota donde nos dice cual sera tu habitación. - me mostró la nota. - Nosotros te llevaremos, tienes que descansar. Mañana sera un día largo, todo el mundo sabrá y vera quien es Diana Riddle.

- Gobernaras sobre las serpientes.

- Sobre el colegio. -  sonreí mientras lo decían.

- Mañana todos sabrán quien es la hija de Voldemort. - y pude notar como sus sonrisas se debilitaron. Ser mis amigos de ninguna forma los salvaba de sentir miedo por mi padre. No era respeto, era miedo.

La hija de VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora