Caminaba por los pasillos de las mazmorras para ir hacia la clase de Defensas la cual hoy la impartiría Snape. ¿Como lo supe? Sencillo, yo lo sabia todo. Ni el propio Snape podía ocultar sus pensamientos de mi. Entre en el aula y todos me giraron a ver, estaba como quince minutos tardes y aun así entraba toda relajada al aula sentándome en la ultima y única silla sola. Los leones se podían sentir algo irritados y enojados, quizás es por el hecho de que su profesor favorito hubiera faltado y que Snape diera la clase o que yo haya llegado tarde y que Snape no me haya quitado ni un solo punto. Cuando a ellos se los quitan tan solo de respirar.
Mire por todo el aula y me encontré con unos iris azules que me miraban intensamente.
Mire rápidamente hacia otro lado esquivando esa mirada, un dolor punzante se instalo en mi cabeza y comencé sentir como mil cuchillas me atravesaban. Cerré mis manos en puños haciendo que mis nudillos se marcaran.
Creíste que nos olvidaríamos de ti querida. Creíste que no sabíamos lo que hiciste estas vacaciones, recuerda Diana que somos los únicos que podemos ver y leer tus pensamientos.
- RIDDLE. - el grito de Snape hizo que lo mirara y el comprendió, me hizo un asentimiento con la cabeza. Me levante de la silla bajo la atenta y mirada chismosa de todos y salí del aula.
Cuando ya estuve afuera comencé a correr entre pasos torpes por el pasillo, el dolor cada vez era mas intenso, las voces retumbaban mas fuerte en mi cabeza. Llegue a la torre de Astronomía y me sostuve contra el varandal. Jadee con fuerza y el olor metálico de la sangre llego a mis fosas nasales. Unas punzada mas fuerte recorrió todo mi cuerpo con mayor intensidad.
- AHHH. - un grito desgarrador salio de mi garganta sin poder evitarlo, mi piel se comenzó agrietar dejando paso a la sangre. Podía sentir la piel desgarrarse ante los cortes que estaban haciendo ellos en mi cuerpo. La sangre comenzó a salir a montones de estas heridas. Estaba muy débil, nunca había estado tan fuera de guardia, nunca. Solté otro grito y me acosté boca arriba, mirando hacia el cielo despejado mientras arqueaba mi espalda acausa del dolor.
"Me decepcionas Diana."
Un susurro serpenteante apago los gritos en mi cabeza, cerré los ojos.
"Me has decepcionado Diana, lo has hecho grandemente."
- Lo siento p-papa, t-te fa-falle. - murmuro con la voz entrecortada y no porque estuviera llorando, si no por la sangre que salia de los cortes dentro de mi boca haciendo que me ahogara. Lo mejor sería morir.
"Lo hiciste." - su voz se escuchaba cada vez mas cerca. - "Pero te daré una oportunidad, oportunidad que no deberás desperdiciar y si lo haces.. con el dolor que no siento y el amor que no te tengo me desarre de ti."
- S-si pa-padre.
***
Cuando abrí los ojos me encontraba en la enfermería con los brazos vendandos y totalmente sola. Por un momento no supe que hacia aquí hasta que todos los recuerdos de lo que había pasado llegaron a mi mente, las voces, el dolor, la sangre y la voz de mi padre, mi padre. Me había vuelto débil, estaba débil. La razón por la que había venido a este colegio se había desviado completamente.
- Ay Fred..- murmuro y como puedo me siento en la camilla.- Lo siento tanto. - murmuro y vuelvo a cerrar los ojos. Concentrandome comienzo a pensar en todo lo que había pasado desde que llegué al colegio como mis propósitos se había distorsionado y me había permitido sentir. Hice mal. Una lágrima bajo por mi mejilla y me permití dormir otra vez porque sabía que cuando despertara nada de lo que tenía volvería hacer igual.
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La hija de Voldemort
Fanfiction- Tu y yo no somos tan diferente, Potter. Tu vida sigue siendo un paraíso comparada con la mía que es un completo infierno, tu vives para acabar con y yo vivo por él y para él. Si yo sigo viva es gracias a él. Él mató a tus padres, así que lo ves co...