Capítulo 36

4.3K 372 9
                                    

Miraba todo desde la ventana del último piso de la madriguera. Todo el jardín se encontraba bien iluminado y la carpa que habían colocado para llevar a cabo la boda se encontraba bien vigilada por aurores. Desde acá podía ver como Remus caminaba alrededor de la carpa cerciorándose que todo estuviera bien. Me acomodé mejor contra el alféizar de la ventana y observé como varios bailaban la música que se escuchaba. Esto no era nada parecido a las fiestas que Lucius solía hacer en la mansión. Se veía mejor, todos parecían divertirse, claro, eso no sabrían que lo pensé tampoco. Tengo una reputación que guardar. A pesar de la diversión que obviamente había también lograba sentir una tensión. Sonreí y luego me gire a ver a Fred. Reí un poco al verlo con ese esmoquin que se había puesto, que guapo. Volví a mirar hacia la ventana mientras el se comenzaba acercar.

- No estoy segura de creer en el matrimonio. - él río y me recosté contra él mientras seguía observando todo con mucha cautela. Había leído sus pensamientos con mucha claridad y tanta fuerza tanta que los había sentido como los míos. - Y no estoy segura de querer casarme, lo tendré que pensar muy bien si alguien me lo propone. - lo sentí sonreír en mi oído y lo codee divertida.

- ¿Por que no vienes? - me pregunta nuevamente y niego.

- La vista desde aquí es mucho mejor. - susurró lentamente y me giro entre sus brazos, rodeo su cuello.

- Solo vez la carpa y las luces, también los aurores que vigilan el lugar. Eso no tiene nada de divertido. - niego en desacuerdo. - ¿Crees que pasara algo?

- Eso intento averiguar. - le digo y arreglo su corbata. - El ambiente esta muy tenso, no se si es por mi o no.

Beso mis labios y me sonrío antes de salir de ahí. Me gire a ver nuevamente hacia fuera y entrecerré los ojos mirando mas allá de la carpa.

***

- Es bueno verte Diana. - me dijo Remus cuando llegue a la entrada de la carpa y me sonrío.

¿Que? Suelo ser muy contradictoria con lo que digo que voy hacer y con lo que termino haciendo. Había dejado claro que no vendría a esta boda y mira donde termine. Mire a las personas que habían y realmente conocía muy pocas. Fruncí el ceño, alguien estaba intentando entrar en mis pensamientos. Mire a Harry, vamos chico ni mil clases con Snape te ayudaran entrar en mi cabeza. Y si, se muy bien que ese chico que no parece Harry era Harry, yo misma había preparado esa poción multijugos para que pudiera asistir a la boda en paz. Digamos que fue como mi regalo de cumpleaños.

Me había colocado un vestido color negro que misteriosamente había aparecido en la puerta del atico y unos zapatos a juego los acompañaba. En el cabello solo me había hecho una coleta alta y listo.

Muchos tomaron el tiempo para verme entrar en la carpa y una sonrisa llena de falsedad apareció en mi rostro. Lo siento, carezco de modales. George que se encontraba mas cerca se acerco a mi, Fred se encontraba bailando con Ginny, la pelirroja no paraba de reír. Mire bien a George mientras se acercaba, ¿Y si le sacamos la otra oreja? Podemos emparejarlas, yo podría hacerlo pero no creo que les agrade mi idea.

- ¿Y bien? - acepte la mano que me ofrecía y entramos en lugar. - ¿Nada fuera de lugar?

- Si, yo en esta fiesta. - coloque los ojos en blanco. - Coloca tus ojos y el único oído que te queda alerta. - me sonrío. Me hizo girar y lo mire mal antes de que me acercara a él para comenzar bailar. Narcissa me había enseñado cuando era niña así que no lo hacía tan mal. Pasamos junto a los recién casados ambos nos sonrieron y yo les sonreí de vuelta. Me solté de George mientras giraba y me encontré con el señor Weasley quien me sonrió de una manera muy calidad.

La hija de VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora