Capítulo 39

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En la primera planta se escucho un ruido sordo que llamo la atención de Draco, así como también la mía. Había pasado una semana desde el ataque el día de la boda, desde que estuve en casa de mis abuelos, desde que él me olvido, luego de que desato todo. Nos habíamos mantenido alerta ante todo, ante todo rumor, ante toda información que entraba en esta casa que se tratara de las personas que nos importara, sobre todo si se trataba de Potter. Draco la noche anterior había teniendo un fuerte entrenamiento con la loca que tiene por tía. Bellatrix lo había dejado casi muerto probando su resistencia. Como consecuencia de este entrenamiento varias pesadillas lo atacaron durante la noche y debido a las heridas por la magia negra utilizada, fiebre le dio. Pude mantener controlada su fiebre y al final de la noche ya no tenía, también por medio de una poción logre que las pesadillas lo dejaran de molestar y trate sus heridas.

- ¿Que fue eso? - pregunto a raíz del silencio que se formo luego de escuchar ese estruendo.

- Me vez cara de saberlo. - rodé los ojos, su mal humor no se iba a ningún lado por mas mal que estuviera.

Había tenido una larga conversación con el profesor Snape sobre el ataque que hubo en la boda, él no podía engañarme. Yo sabía perfectamente a que bando seguía y sobre todo sabía el porqué lo hacía. Me jugaba muchos dolores de cabeza para que mi padre no hurgara en esa valio información escondida en mi cabeza, en ningún recuerdo de mi cabeza. No le había dado la verdadera información y al entrar en mi cabeza para validar lo que decía habían visto lo que yo quería que vieran. Había distorsionado muy bien toda información y me habían creído.

- ¿Y si salimos?

- No podemos Draco. - me quejé mientras negaba. - Falta esperar.

- Detesto esperar.

- Y la poca paciencia que yo tengo para hacerlo ya tu las estas acabando. -exclame totalmente molesta y el río sin ningún tipo de gracia, le costo caro porque aun no estaba curado por completo y al reír se lastimo.

Llevé mis manos hasta el cabello y apretándole con fuerzas varias veces buscando distraerme. Esta vez se escucho otro ruido mas fuerte seguido de un doloroso grito, cerré los ojos al seguir escuchando los gritos hasta que el silencio volvió hacer acto de presencia. Tuvo que morir.

Muy bien, la poca paciencia que tengo se acabo y tengo que salir de acá, ¡Ahora! Me coloque de pie del asiento de cuero negro que tenía Draco en su habitación y fui directo hacia la puerta para salir. Estaba mas que dispuesta hacerlo pero la puerta se abrió antes de que yo pudiera abrirla y Thomas entro. Kia aprovecho para entrar en la habitación, estaba grande no tanto como lo estaba Nagini pero eso no era lo relevante.

- ¿Que sucedió? - le pregunto impaciente y el frunce el ceño.

- Nada de lo que ya estés acostumbrada. - murmuró y cerro la puerta tras él.

Respire hondo y me baje para acariciar a mi pequeña bebé, ella me miro fijamente y le sonreí con dulzura, ella comenzó a enroscarse. Me volví a colocar derecha y mire a ambos chicos los cuales me miraban algo impacientes.

- Creo que es momento de empezar. - una vez dije eso mi varita aparecio en mi mano y sonreí al verla brillar y camino nuevamente hacia la puerta.

- ¿Que vamos hacer Diana? - pregunta Thomas siguiéndome, Draco igual, aunque este ultimo no debería hacer mucho ahora.

- Busquen a Theo y Blaise, ambos deben sentirse mejor luego de ayer.

- ¿Que vamos hacer? - repitió la pregunta Draco con amargura.

- Practicaré con Bellatrix unos momentos antes de irnos. - la respiración de ambos se corto.- Y luego iremos al mundo muggle.

- Como digas.

Comencé a reír dulcemente mientras caminaba por el pasillo de la mansión. Mis botas hacían eco en el pasillo con mucha claridad. Cuando llegue al inicio de la escalera solté un largo y exagerado suspiro. Llevaba un vestido ajustado hasta la cintura y lo caí suelto hasta la rodilla, también me había puesto unas medias veladas, negras por igual. Comencé a decender por las escaleras mirando atentamente la gran cantidad de sangre que había en el suelo, Bellatrix río como loca al verme. Estaba desquiciada, aunque no es como si mi salud mental fuera la mejor.

Apreté la varita en mi mano e hice una reverencia de princesa antes de volver a reír.

- Que la anima a ba... - estiré mi mano vacía y la atraje hasta mi apretando su cuello, me sonrío encantada y fui apretando lo suficiente para que dejara de respirar.

- Sus ojos... - chillo entre respiro y emocionada. Estos debían estar rojo sangre, eso porque estaba mas que molesta, furiosa, asqueada.

La solté dejándola respirar, entonces fue cuando todo empezó. Sus hechizos me rozaban y la mayoría de los míos le daban de lleno, me hizo una herida en el abdomen y yo en su brazo izquierdo. Ella quería probarme hasta donde iba a ser capaz de llegar. Ella es mas fácil de lo que se ve pero yo no tendré ese honor de matarla. Ella no corre con tanta suerte.

Apreté mas fuerte mi varita mientras veía su sonrisa de psicópata, yo le sonreí de la misma forma, sentía las gotas de sangre bajar por mi mano derecha y mi boca había obtenido un sabor metálico.

- Diana... - Thomas hablo.- Ya debemos irnos, deja de jugar.

Bellatrix los fulminó con la mirada, yo me coloqué derecha y vi como Narcisa se acercaba a su hermana.

- ¡Suéltame!

- Muy bien... - dije guardando mi varita y caminando como si no me doliera nada hacía la salida de la mansión, lo cierto es que sentía.... Dolor, uno muy profundo.

Una vez fuera y caminé hasta salir de los terrenos de la mansión, lleve la mano hasta mi abdomen y solté una maldición seguido de mil palabrotas.

- Siempre pensaré que tu estas mas loca que ella. - exclamó Draco ayudándome, lo fulminó con la mirada y me vuelvo a quejar. - Tenemos que curar esa herida.

- No es tan grave.

- Si, solo pierdes sangre, eso no es grave para nada.

La hija de VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora