— ¡Damita! — gire mi cabeza un poco hacia la derecha para ver al gemelo que me llamaba. Fred venía corriendo hacia mi con toda la prisa. Pero debido a eso se cayo, el muy tonto se cayo unos pasos antes de llegar a mi. — ¿Como estas? ─ me pregunto desde el suelo y me contuve las ganas de reír.
— Parada. — el sonrió y extiendo mi mano para ayudarlo a levantar. Me miro extraño debido a esto y aun así tomo mi mano para poder levantarse.
En el momento que su mano toco la mía sentí como si me quemara. Como si el fuera fuego, tan pronto estuvo de pie lo solté y el me miro confundido por la forma en que ahora lo miraba.
— ¿Todo bien?
— Nada en mi vida esta bien, pero me acostumbro.
Hizo una mueca y miro hacia la gárgola, se veía afligido y acongojado. Sus mejillas se notaban húmedas y eso solo podía significar una sola cosa.
Ni modo Diana a menos que hubiera metido la cabeza en un balde de agua fría. Aunque Fred Weasley es capaz de hacer eso o algo mas tonto aun.
— ¿Como esta?
— Ya esta se encuentra estable, la enfermera dice que mañana en la tarde cuando toda la sangre que perdió se regenere, podrá salir. — muerdo mi labio, muevo mi cabeza en aprobación. — Sabes no eres mala.
— ¿Tu que sabes? — di un paso alejándome de el y negué.
— Lo puedo notar.
—¿Y que notas? ¿Lo jodida que estoy? ¿Lo infeliz que soy? Pues felicidades, eres el primero que lo nota.
— Noto que eres buena, noto que necesitas atención, noto que necesitas que te cuiden. — con cada palabra que decía se iba acercando a mi. — Noto que necesitas que te amen.
Reí amargamente. — ¿Quien podría amarme a mi? ¿Quien amaría a la hija de Lord Voldemort? Nadie en la vida necesita a una persona como yo en la suya.
***
Me levante extremadamente temprano como era costumbre y como hoy era sábado no había nada que hacer. Hoy era la primera salida del año a Hogsmade así que la mayoría de los estudiantes desde tercer año en adelante irían. Yo no iré. Necesitaba recuperar algo de mi tiempo a solas y poder ordenar lo que tenia que hacer con Harry Potter que la verdad no era mucho.
Ya los gemelos no me seguían y aunque nunca lo admita y lo de la demostrar, nunca lo haré. Extrañaba sus malditas travesuras y sonrisas a mi alrededor. Estar en este lugar me estaba afectando de muchas maneras. No, claro que no los extrañabas es solo mi mente haciendome una mala broma. Mentira. Era un gran alivió no tenerlos cerca, al fin puedo respirar en calma. Otra mentira. Mi deber es acabar con todo lo que Potter ame. Exacto.
Me senté en el jardín y mire como una rata se me acercó. Me raspo levemente haciendo que la empujara con fuerza. Soltó un chillido y volvió a caminar hacia mi.
— ¿Que quieres colagusano? — exclamo entre dientes, la rata se queda inmóvil y mira hacia él bosque.
Venían Potter, Weasley y Granger (que ya se encontraba bien, por cierto) saliendo del bosque prohibido, junto al bobo del guarda bosque. Miro la rata nuevamente, que me mira mientras mueve su nariz.
— Maldita sea. — los tres me voltearon a ver y me coloque de pie.
Me comenzó a dolor la cabeza y mire a Potter, quien ya tenia la mano en la cicatriz. Sonrió socarronamente y me encojo de hombros.. Que débil es. Le guiño un ojo, soltó un quejido haciendo me reír como desquiciada.
Me dolía la cabeza, bastante. Igual o peor de lo que a él le puede arder su patética cicatriz, pero era tan emocionante verlo retorcerse del dolor que podía aguantar el mio.
— ¡Riddle! —Viejo panson de barba abundante grito dándose cuenta de él dolor del fideo. — Detente.
— Pero si me estoy divirtiendo.
— ¡Ahora!
— Que aburridos son. — exclamé mientras me giraba, mire a la rata y le di una patada provocando que el pelirrojo pegara un grito de horror. — No soporto a las ratas y menos las traidoras.
ESTÁS LEYENDO
La hija de Voldemort
Fanfiction- Tu y yo no somos tan diferente, Potter. Tu vida sigue siendo un paraíso comparada con la mía que es un completo infierno, tu vives para acabar con y yo vivo por él y para él. Si yo sigo viva es gracias a él. Él mató a tus padres, así que lo ves co...