Capítulo 40

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- Lunática. - la llame cuando llegue frente al calabozo furibundo donde la mantenían cautiva. Ella abrazaba sus rodillas y levanto su cabeza para mirarme. Estaba toda hecha un asco y aun así sus ojos seguían brillando con ese toque soñador que nadie podía quitarle. Me daban ganas de golpearla a ver si reaccionaba. Su ropa estaba sucia, rota y tenía pequeños cortes por todos lados. Ella sonrió. Yo fruncí el ceño. Ella rió. Yo rodé los ojos mientras me cruzaba de brazos. Ella suspiro  suavemente. Yo bufe. -  ¿Sabes en la situación en la que te encuentras? ¿Como puedes estar tan tranquila? ¿No tienes miedo tan siquiera de morir?

- Vi la muerte a los ojos, no le tengo miedo a morir porque para una mente bien abierta, la muerte es la siguiente gran aventura.

Hice una mueca de fastidió. - Sonaste como Dumbledore, que horror. - ella volvió a reír.

- Mas bien es un honor. - si yo estoy loca en mal plan, ella lo esta en buen plan. - Yo se que todo estará bien, que volveremos a estar bien. Yo confío en Harry.

La cerradura de la celda en donde se encontraba se abrió y me adentre en ella, arrastrando el vestido negro que hoy traía puesto, me lo había regalado Narcissa. Me baje a la altura de la rubia y la mire directamente a los ojos, ella sonrío y me recordó a Fred, él siempre sonreía sin importar el mal momento que se estuviera pasando.

- ¿Por que confías tanto en el? - le pregunto porque realmente quería saberlo.

- ¿Y por qué no hacerlo? - me contesto con otra pregunta. - Gane o pierda, Harry nos ha demostrado a los que estamos a su alrededor que debemos seguir luchando hasta nuestro ultimo aliento por las personas que amamos y por el mundo que le dejaremos a esas personas, un mundo a salvo. Si Harry llegara a morir, así como si lo hicieran Ron o Hermione nosotros seguiríamos luchando por ellos, por los que están y los que ya dejaron de existir. La muerte nadie sería en vano.

- No todos tienen el valor para enfrentar sus miedo.

- Y eso es una verdadera lastima. Porque... ¿Por qué vivir con miedo? ¿Por qué dejar que el miedo espante nuestra felicidad? No lo entiendo.

Me coloqué derecha nuevamente, mire la pared de la celda por un momento y salí de ahí cerrando la puerta tras de mi.

- Pronto vendrá alguien que te traerá algo decente de comer y algo de ropa. - hable, no la vi pero se que sonrío.

- Gracias y por favor podrías decirle a Theo que me encuentro bien.

Estos chicos y las novias que se buscan.

"No es como si Fred fuera la mejor opción."

El nunca fue mi novio.

"Estaba por serlo."

Desde mi pequeño encuentro con Bellatrix habían pasado unas tres semanas. El comienzo de clases en el colegio estaba cada vez mas cerca. Snape había sido asignado como el nuevo director y los hermanos Carrow se encargaría de la disciplina de los estudiantes. Tenía entendido que el resto de los profesores permanecerían en el colegio, no me imaginaba a MacGonagall huyendo. Draco no quería volver al colegio y si yo hubiera seguido estudiando ya me hubiera graduado. Así que Draco no ira, yo tampoco y Thomas se quedaría conmigo. Se había vuelto algo así como mi perro faldero. Blaise y Theo si volverían al colegio junto a Pansy y las hermanas Greengrass.

- ¿Y bien? - pregunto Thomas una vez entre en la habitación de Draco.

- ¿Y bien que? - le conteste y me senté el sillón de cuero junto a la ventana, Kia se me acerco lentamente.

-¿Y Luna? - pregunto esta vez Theo, acaricié a Kia y esta se trepo sobre mis hombros.

Miré a los cuatro chicos que tenía frente a mi, los cuatros esparcidos por la enorme habitación del rubio.

- Ella esta igual de loca que siempre, si es que eso te tranquiliza. - Theo me mira mal y yo le sonrío con diversión. - Ella esta bien.

- ¿Segura?

- Esta mejor que tu Theo. Por cierto... Algo mas que me quieran decir de su vida amorosa no me quiero encontrar con mas sorpresas.  - me cruce de brazos mientras los miraba, Draco una sangre sucia, Theo una loca, solo me faltan que Blaise salga con la chica Weasley y Thomas... Bueno él se come todo lo que le pase por frente y tenga buen trasero.

- Yo no tengo nada que confirmar. - hablo Blaise. - Por el momento.

Coloque los ojos en blanco y luego de varias semanas pude ver a Blaise sonreír otra vez, mire a Kia y le acaricie su cabeza.

***

Salí de la habitación de Draco alrededor de las una de la madrugada. Los chicos se habían ido lo suficientemente tempano para no tener que encontrarse con mi padre.  Luego de una cena para nada agradable rodeada de personas que no soporto, excluyendo a Narcissa y Draco. Luego de esa cena fue que junto a Draco a su habitación para intentar hablar y tener algo que en esta casa no había para nada. Privacidad.

Entre en mi habitación. Tenía ganas de escribirle a Potter pero no había manera de que pudiera hacerlo, el correo estaba siendo interceptado. Tenía que decirle muchas cosas. Sabía que el relicario estaba bajo su poder y estaban buscando la forma destruirlo, los Horrocrux era una cosa difícil de destruir. No encuentro forma de entrar a su mente, le tenía muy bien protegida.

Ahora el Señor Tenebroso tenía un nuevo objetivo. Uno el cual se encontraba bajo tierra y que estaba seguro que pronto lo iba a obtener.

Retire las cortinas y me senté frente a la ventana para observar el bosque que estaba tras la casa.  Intente no pensar en nada, mantener mi mente en blanco mientras me enfocaba en la nada hasta que el sol comenzó a salir en el horizonte.

Aunque tan pronto salio el sol el cielo se volvió a nublar. Lo que logro sacarme de mi trance fue el grito de Granger en la planta baja.

Demonios.

Los atraparon.

La hija de VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora