Capítulo 16

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1 de septiembre

Estaba sentada en la mesa de las serpientes mientras veía el ridículo espectáculo que hacían las francesas y como todos bobos del GC soltaban babas por ellas. Luego de que las mariposita terminaran volando por todo el comedor, los búlgaros entraron y ahora eran las chicas quienes soltaban la baba. Cuando Víctor Krum entro sonrío de medió lado con interés, seguido de él está Igor karkarov con el cual debería tener una conversación luego. Este año llevarían acabo el torneo de los tres magos y la cede sería Hogwarts. Qué oportuno. Cuando ya hubieron explicado el torneo, de que trataba, como se llevaba acabo y la razón de que solo lo mayores de 17 años son los únicos que se pueden postular para tal ridícula competencia se sirvió la cena.

Las princesitas francesas se sentaron en la mesa de las Águilas, mientras que los bombones búlgaros se sentaron en la nuestra. Mire a mi derecha y Malfoy estaba hirviendo en enojo mientras Zabini le hacía burlas.

Mire hacia la mesa de los leones y me encontré con uno de los tantos pelirrojos de ojos azules hablando con una chica de tez morena muy animadamente. Herví en enojo.

Me coloque de pie llamando la atención de todos en comedor, los mire de manera neutral y camine hacía la salida antes de que me animara a matar a alguien. Todo aquel que me conocía no mantenía su vista fija en mi por mas de diez minutos. Pero los visitantes y los de nuevo año me miraban como si nunca hubieran visto a la hija de Voldemort. Nunca que ha visto. Que nunca me hayan visto no es signo de que se me queden mirando con esa cara de pendejos, eso me exaspera y me irrita.

Camine hacia las mazmorras con la intención de que cuando llegara no hubiera nadie y en efecto cuando entre en la sala común estaba totalmente vacía. Me senté frente a la chimenea y con un movimiento de mano hice que las pocas luces que hay en la sala común solo dejando la luz de la chimenea frente a mi. Suspire con pesadez mientras veía como las chispas que brotaban del fuego se intensificaban.

- Un galeón por tus pensamientos.- mire a Thomas saliendo de las sombras y se sentó junto a mi. La idea de verlo nuevamente por aquí no me provocaba buena espina nunca lo hacia.- No te vi ni una sola vez en las vacaciones.

- Estuve muy ocupada en cosas que no te importan.- le dije al ver que me iba a preguntar. Me sonríe con cinismo y yo ruedo los ojos volviendo mi vista a la chimenea.

- ¿Guardaste el cofre? - me pregunto, lo voltee a ver con ojos entrecerrados ¿Como sabía del cofre? Yo no le había comentado a nadie sobre eso, no es como si tuviera a alguien para decirle. - Te tengo un regalo, bueno ellos te tiene un regalo.

- No me interesa nada que tenga que ver con ellos.- le dije con neutralidad, me sonrío y sentí el enojo retenido comenzar acumularse en mis manos que ya estaban convertidas en puños.

- Esta si te interesara. - me dijo y rodé los ojos dispuesta a colocarme de pie hasta que sentí algo deslizarse por mi pie poco a poco. Fruncí el ceño ante eso, pero mi pensamientos se aclararon al ver la cabeza de un pequeño bacilisco asomarse. Mis ojos brillaron como pocas veces lo había hecho y estire mi mano para que esta se enrollara en ella. Escuche la risa de Thomas y sonrío levemente.- Sabia que te gustaría.

Mis ojos conectaron con el del pequeño reptil, sus ojos eran rojo con pequeñas motitas amarillas. - Increíble, lo puedes mirar a los ojos.

Río y miro a Thomas quien tenia los ojos tapados, que ridículo. Mire a mi nueva mascota y vuelvo a sonreír, ya me dolían las mejillas por hacerlo tanto.

- Te tendré que conseguir unos lentes antes de que mates a alguien.- dije divertida y me coloque de pie. - Vamos a ver que nombre te pondré.

- Cuidado con lo que haces, el momento cada vez esta mas cerca y tu debes estar lista.

- Créeme lo estoy. - lo miré por encima del hombre. - Lo estoy mejor que nadie.

- No lo estás. - frunci el ceño. - Al menos no en todos los sentidos.

Coloque los ojos en blanco y volvi a tomar camino hacia mi habitación. Sentí como la pequeña basilisco se enrollaba en mi mano.

La hija de VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora