Capítulo 50

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- Fred. - susurro mi hermana y sentí cuando toco mi hombro, la mire y ella hizo una mueca al ver las lágrimas que bajan sin control alguno por mis mejillas. ¿Por qué? ¿Que derecho cree ella que tiene para borrar mis recuerdos? Podría pensar en todas las razones y ninguna para mi era lo suficientemente buena para lo que me hizo, yo nunca le hubiera echo eso, nunca, porque se que ella no hubiera estado de acuerdo, no le hubiera agradado para nada. Pero tenía que ser Diana, ella no piensa así, ella nunca piensa.

- ¿Donde está? - ella negó y bufé sintiendo como la tristeza se volvía molestia, una real molestia. - ¿Donde está?

- Fred no lo se, nadie sabe donde esta.

- ¿Como que no lo sabes? - le pregunté, ya comenzaba a impacientarme. La molestia superaba el dolor, me coloqué y pase las manos por mi cabello. Necesitaba un momento para respirar, debía calmarme.

- ¡No lo sé! ¡Nadie lo sabe! ¡Ella desapareció cuando la guerra acabó! - me callo con un grito y se coloco frente a mi.

No, las cosas no debían estar pasando de esta manera. Me habían quitado mis recuerdos lo cual es una buena razón para estar molesto y por otro lado Ginny me estaba diciendo que la chica que amaba y también me molestaba estaba desaparecida, en otras palabras ella podía estar... ella podía estar muerta.

- Yo la encontrare.

- Fred no hace falta que la busques, ya todos se están encargado de buscarla.

- Yo la conozco mucho mejor que todos ustedes y creo que puedo ser capaz de encontrarla antes que ustedes.


***


Narra Diana


Acaricié la cabeza de Kia con mucho cuidado y suspiré cerrando los ojos intentando relajarme. Mis heridas mejoraban con el pasar del tiempo, ya me encontraba como nueva prácticamente y el aburrimiento dentro de la habitación comenzaba abrumarme. Extrañaba tanto a Fred pero sentía que no era el momento para verlo, debía estar molesto porque le había borrado su memoria.

- Nunca seré lo suficientemente buena para el.

- Si no mal recuerdo esa decisión debo tomarla yo y no tu..

¿Quien carajos le dijo que me encontraba acá?

Abrí los ojos de golpe al verlo parado justo en la entrada de la habitación, esta era la habitación de Merope y ahora era mi habitación. Esta ahora era mi casa completamente.

- ¿Quien fue el chismoso que te dijo que me encontraba acá? - Kia se bajo de la cama y se arrastró hasta salir de la habitación, está maldita también me dejaba sola con él.

- ¿Y quien te dio el derecho de borrar mis recuerdos? - Cómo bien me lo imagine estaba molesto, me acomodé en la cama y me encogí de hombros.

- Yo tome la decisión de hacerlo, era más fácil que te concentraras en ti y no en mi, pudieron haberte matado.

- ¿Me vez muerto? - se paró frente a mi, frente a la cama y trague hondo, por primera vez en mi vida sentía lo que eran los nervios en el estómago. - ¡Me tienes completamente enojado! ¡Es algo completamente estúpido!

- ¡Te estaba protegiendo! ¿No puedes comprenderlo?

- ¡Estoy bastante grande para que me estén protegiendo! - bufé molesta y retire las sábanas que tenía sobre mi, me coloque de rodillas en la cama y me cruce de brazos para quedar a su altura. - Prometiste que no me dejarías y lo primero qué haces es borrarme los recuerdos porque te dio la gana. Me pegaste con lo peor que se te pudo haber ocurrido.

- Nunca te deje. - murmuró bajando la cabeza. - Siempre estuve pendiente, el punto era que tu no sabías quien era yo.

- Y eso tal vez es una de las cosas que más me duelen. - hice una mueca y volví a tomar las sábanas, cubriéndome. - ¿Porque no me devolviste tu los recuerdos?

- No estaba segura de que sobreviviría. - sentí cuando se sentó frente a mi.

- Estás viva y aún así no hiciste nada, estar en esta habitación es hacer nada.

- Voldemort murió, estuve apunto de morir y mate muchas personas a lo largo de mi vida, necesitaba por primera vez un tiempo de cálida para mí y mis pensamientos. - Lo mire fijamente y suspiré. - Necesitaba estar sola.

- ¿Aún lo necesitas? - me pregunta con un tono de voz mucho más calmado y negué. - Ven.

- No, tú ven.

Se acercó más a mi y rodeé su cuello con mis manos para abrazarlo con fuerza, él rodeó mi cintura y solté un largo suspiro escondiendo mi rostro en el hueco de su cuello. Si, esto era mucho mejor que estar sola.

- ¿Sigues enojado?

- Mucho.

- ¿Me vas a perdonar?

- ¿Necesitas mi perdón?

- Cómo tú no tienes una idea.

Nos alejamos un poco y colocó ambas manos en mis mejillas, acarició mi mejilla con suavidad y beso mi frente. Si que esta enojado. Suspiré y sonreí cuando sus labios se iban acercando a los míos y nada paso.

- Recuerda que estoy enojado.

- ¡Fred! - me queje y él negó divertido antes de levantarse. - ¿A donde vas?

- Por algo de sopa.

- ¡No otra vez! - exclame y salió de la habitación, mire tire hacia atrás y sonreí un poco.

La hija de VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora