Capitulo 52

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Mire la Madriguera desde la pequeña loma que había cerca a ella, había mucho movimiento dentro y alrededor de ella. Podía deducir que la mayoría del clan de los pelirrojos se encontraba en la casa y pude notar a Theo junto a Luna salir seguido de Blaise quien estaba hablando muy sonriente con la menor de los Weasley. Hasta ellos estaban en la madriguera, habían cosas que si cambiaron de todos modos. La tolerancia, el respeto y que las clases no se interpusieran entre ellos.

Hace una semana que Fred no me iba a ver para nada y logro lo que quería, sacarme de la oscuridad de la habitación. Logro que saliera al mundo a ver como estaba y no estaba tan mal, tampoco estaba tan bien. Tenía una perfecta base para volver a empezar, eso era lo mas importante.

─ Deberías acercarte, me duele los pies de estar aquí parado por tanto tiempo Diana. ─ mire a Thomas, mi fiel amigo Thomas. Mi sombra, mi cómplice, la mente maestra que volvía realidad mis macabras ideas. ─ ¿Cuanto tiempo tardaras en moverte?

─ Todavía no iremos a la madriguera. ─ lo mire con una leve sonrisa que termino siendo una perfecta mueca. ─ Tengo mucho que hacer antes que eso.

─ ¿Y que sería lo primero?

─ Ver a mi mamá.

***

Arabella y Cygnus Black.

Me arrodille frente a la tumba y con mucho cuidado coloque las rosas blanca sobre esta, no me gustaban las rojas, me recordaban a toda la sangre que se derramó. Mis ojos se cristalizaron y las lagrimas no tardaron mucho tiempo en bajar por mis mejillas, mi nariz se llenó de mocos. Era la primera vez que venía a verlos desde que me entere que ellos eran mis padres y era la primera vez que sentía tanto su falta, su ausencia en mi vida. Ellos murieron poco después de que hube nacido, eso me dijeron y es lo que quiero creer qué pasó.

─ Hola mamá, papá.  ─ susurre mientras secaba las lagrimas y aclaraba mi voz para poder hablar.  ─ Me llamo Diana y Narcissa dice que fue el nombre que menos te gusto pero se que a papá le gusto. ─ me reí y me cruce de piernas mientras inclinaba mi cabeza. ─ Se que no estarían orgullosos de la persona en la cual me convertí y se que no están para nada contentos por cada acto malévolo y sanguinario que realice. Lo lamento... ─ sorbí mi nariz y mire la lapida. — Hoy lo lamento tanto y siento tanto pensar de la sangre que fue derramada por mi culpa, por mi propia mano. Pero alguien me dijo que sea lo que sea siempre me perdonarías y no me abandonarías. Aun así no estas aquí... Seguiría hundida en este infierno, estaría muerta si Fred nunca hubiera aparecido. El si está... — sonreí. — Es un pelirrojo insoportable que nunca se dio por vencido conmigo y que si no fuera por el, no sería la chica que soy ahora. Cambie, cambie por él, para ser merecedora de estar con él. — varias flores nacieron a su alrededor. — Eso no me quita la culpa y estoy decida enfrentar las consecuencias de mis aptos. — Solloce. — Los quiero y me hacen tanta falta.

Acaricié los nombre grabado y una suave brisa acarició mi mejilla, sonreí sintiendo un dulce olor a yerba buena.

— Saluda a Marlenne de mi parte, me hubiera gustado conocerlas a ambas y papá dile a Sirius que me disculpe por haberlo torturado.

Me coloque de pie y me giré alejándome de su tumba, del cementerio. Una vez fuera de este Thomas me esperaba mientras se comía un chocolate, me giro a ver y le sonreí entre algunas lagrimas que seguían presentes.

— ¿Todo bien?

— Todo bien, vamos, quiero irme a casa.

La hija de VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora