Desde el día que Fred me beso había pasado seis días exacto. Ese beso no me gusto para nada, en lo absoluto. Mañana sería víspera de Navidad. A mi no me gustaba la Navidad y creo que era por el hecho de que nunca tuve una y tampoco es que me hiciera falta. Weasley estos últimos días a intentado que me ablande y se podría decir que e llegado a ser muy condescendiente con él, pero también e llegado a ser muy hiriente, demasiado y todavía no entiendo porque no se aleja. Porque eso intento, que se aleje, que por más bien que me caiga, que no es mucho se tiene que alejar de mi. Una persona como el no merece entrar en un infierno como el mío. Lo estaba defendiendo de mi misma y no se dejaba. Me estaba preocupando por una vida que no era la mía y el no aceptaba eso, las cosas no podían ser de esta manera. Siempre me había preocupado por mi y solo por mi, tenia que seguir siendo de esa manera. En mi mundo preocuparte por otra persona solo podía significar una cosa. Debilidad.
***
Estaba parada frente a la ventana viendo el enorme perro color azabache que se encontraba fuera. Este me miraba con curiosidad y si no supiera quien realmente es ya me hubiera atrevido a salir para poder acariciarlo. Sonreí con cierta malicia y me coloqué de pie, Fred se encontraba durmiendo así que yo haría de las mías mientras el siguiera así.
Me coloqué de pie y camine hacia la salida, colocando mi mano en la perilla de la puerta salí del lugar y camine por la fría nieve hacia el canino. Este me miró y comenzó a gruñir haciendo que sonriera con diversión.
–No crees que es muy peligroso que andes merodeando el castillo. – le dije mientras me acercaba más, estaba a la defensiva, me mostraba sus dientes mientras varios gruñidos se escapaban de su garganta. Si yo estuviera en su lugar también lo estaría, yo misma me daba miedo.— Sirius, Sirius... ¿Que se siente pagar por un crimen que no cometiste?
Lo mire y se notaba afligido, una risita sarcástica se escapó de mi boca y vi como el animal ahora hombre me miraba con absoluto odio. Estaba todo desaliñado y maltratado. Le sonreí de medio lado, ninguna mirada por más terrorífica que fuera podía llegar a intimidarme, nunca.
— ¿Que pasa Black? – le pregunto con diversión. — ¿Estas enojado por que Potter te odia? ¿O por que aquel que se hacía llamar tú mejor amigo los traicionó? ¿O estás enojado por el mero hecho de que yo te estoy hablando?
—Maldita niña..— comenzó a decir una vez solté una larga carcajada.
— Tienes toda la razón ¡Estoy maldita! ─ exclamé aún riendo, una lágrima se me escapó de la risa.
Me coloqué sería de repente y coloqué una mano sobre su muñeca haciendo que me mirara directamente a los ojos. Una expresión de dolor se comenzó a reflejar en su rostro mientras las venas de su cuello se comenzaban a brotar. El color amarillento de mis ojos debió desaparecer dándole paso a un color oscuro, una sonrisa se apoderó de mi rostro mientras veía como unas gotitas de sangre salían de su nariz.
— ¡Ahhh! —rei como demente cuando un grito desgarrador salió de sus labios y lo solté dejando que cayera de rodillas al suelo, lo agarre por el cabello e hice que me miara.
— Que pena me das... - siseo con puro veneno. ─ Tienes que ser mas fuerte que esto o nunca podrás proteger a tu querido fideo. ¡Levántate!
— ¡¿Diana donde estas?! — la voz se Fred se escucho desde adentro el interior de la cabaña. Siento como mis pupilas se relajan y como mi agarre en Black se afloja, parpadeo varias veces y miro atentamente a Sirius quien botaba sangre por la nariz e hice una mueca. ¿Y ahora por que me preocupo?
— Lárgate de acá. ─ Murmuro y el frunce el ceño, más con dolor que la confusión que intentaba aparentar. Su forma animago volvió y me miro una última vez antes de perderse por los árboles soltando alaridos de dolor. Mire hacia la cabaña nuevamente y volví a escuchar mi nombre.—¡Estoy afuera!
— ¡Pero que haces afuera Riddle! ¡Se te olvida que estás resfriada! ¡Entra de una vez, no quiero que mueras de hiputermia! — miro una última vez hacia el bosque y luego comienzo a caminar hacia la casa.
— Primero que nada se dice hipotermia. —le digo entrando. — Y segundo yo puedo salir cuando se me pegue mi maldita gana.— y como siempre me sonríe, se acerca para besar mi mejilla y yo hago una mueca de asco cuando lo hace.
— ¿Estas hablando con alguien? — frunzo el ceño. Si, con un perro mal entrenado. —Jure a ver escuchado el grito de alguien.
— El enfermo debe ser tu que ya estás delirando. ¿Quien estaría por esta área con este frío? — le pregunto en un tono irónico y el sonríe de medió lado. Soy muy buena mentirosa.
— Tienes razón. — afirmo y yo sonrío levemente. — ¿Tienes hambre? —asiento ante la pregunta.— Yo también, prepara algo de comer. —me dice y lo miró mal, el rió. Todo lo que yo diga o haga a él le provoca risa. Niego con cierta diversión y le pego levemente en la cabeza. — Que remedio cocinare yo.
— Eso era lo que quería oír.
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La hija de Voldemort
Fanfiction- Tu y yo no somos tan diferente, Potter. Tu vida sigue siendo un paraíso comparada con la mía que es un completo infierno, tu vives para acabar con y yo vivo por él y para él. Si yo sigo viva es gracias a él. Él mató a tus padres, así que lo ves co...