Capítulo 9

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Las vacaciones de Navidad se acercaban.  Los jardines de Hogwarts estaban cubiertos por una gran capa de blanca nieve.  Los pasillos del colegió ya se encontraban alegremente decorados y llenos de muérdago.  Por eso intentaba pasar el menor tiempo posible dentro del castillo, necesitaba mantenerme alejada de ese espíritu navideño que todos se cargaban.  Por eso me encontraba caminado por el Bosque Prohibido y estaba totalmente descalza.  El frió calaba la planta de mis pies con cada paso que daba y comenzaba a dejar de sentir el dolor que el frió me provocaba.  Mientras más me adentraba en las profundidades del bosque menos podía sentir mis pierna.  En estos momentos no era yo misma, no me sentía como solía hacerlo y las lagrimas que bajaban por mis mejillas lo demostraban, la tristeza que comenzaba a nacer dentro de mi y que provocaba que este llanto me invadiera por completo.

¿Por que me dolía tanto? ¿Por que hasta ahora comienzo a sentir todo lo que estoy sintiendo?

Me deje caer sobre la fría nieve provocando que todo mi cuerpo se estremeciera debido al frió, ya pragmáticamente no lo sentía.  La nieve se esta encargando de anestesiar todo mi cuerpo de la forma mas dolorosa posible.  Algo dentro de mi gritaba que estaba siendo muy débil y realmente estaba siendo débil y no estaba haciendo nada para evitarlo mas bien lo estaba permitiendo, me estaba permitiendo ser débil.  Cerré los ojos dejando que el frió terminara de abrazar mi piel por completo esfumando el poco calor que podía sentir.  Y simplemente me deje ir, no se si me desmaye o simplemente me dormí, lo único que se es que no morí.

***

De pronto comencé a sentir una calidez que me abrazaba todo el cuerpo junto a las cobijas que me cubrían. ¿Cobijas?  Al moverme sentí que estaba sobre algo blando y eso no podía ser nieve. Estaba sobre una cama eso era seguro. ¿Que hago aquí? ¿Por que me trajeron hasta acá? ¿Quien me saco del bosque?

— ¿Diana? — abrí los ojos de golpe al reconocer esa voz, era Fred. — ¿Diana estas bien?

¿Que hacia el aquí? ¿Fue él quien me trajo? ¿Por que se atrevió hacer tal cosa?

Yo no tenía porque estar aca, el no tenía porque traerme aca. ¿Por que la gente se empeña en meterse en lo que hago? Por cierto... ¿Donde estaba? Mis ojos volvieron a conectar con los de el e hice una mueca. ¿Como pueden confundirlos? Fred tenia los ojos de un color azul intenso  mientras que George los tenia un azul mas verdoso. Y ahora comienzo a preguntarme el porque me pregunto estas cosas.

— ¿Donde estoy?— pregunto al fin, el se rasca la nuca con nerviosismo y ahí es cuando comienzo a preocuparme.— Fred..  ¿Donde estoy?

— Estamos en una cabaña. — me dice y frunzo el ceño. ¿Una cabaña? ¿Para que demonios me trajo a una cabaña?

— No tendré sexo contigo. — sus mejillas se tornan de un rojo intenso, tanto que ya no sabría decir en donde comienza su cabello. Estaba súper rojo. Ternurita. No, no claro que no.

— ¡Diana! —chilla y yo me permito reír.— ¡Merlín eres una niña! — me dice aterrado, sonrojado y avergonzado.

— Solo me llevas dos año.

—No te traje a este lugar a tener sexo, te traje por que te encontré en la fría nieve dentro del Bosque Prohibido casi muerta por el frió. ¿Sabes cuanto de fiebre tienes ahora? — me dijo con molestia. Vaya, Fred Fabián Weasley molesto esto sera historia. Comencé a toser y sentí un ardor en mi garganta, mi nariz comenzó a congestionarse y maldije mentalmente.

—Bueno ya te puedes ir, todos deben estar en la estación del tren esperando la hora de volver a sus casas.— tome los bordes de la sabana y los apreté contra mi mientras me daba la vuelta para darle la espalda.

— Yo no iré.

Esas palabras se repitieron en mi cabeza como un eco, una y otra, y otra vez. ¿¡Como que no iba a ir?! Hasta el maldito de Thomas se iba en fechas como esta con la insoportable de su madre. ¿Por que una persona como el se quedaría? ¿Cual es la razón de no querer ir?

¿Sera por mi? O vamos eso no puede ser verdad ¿O si?

— Le dije a mi mamá que alguien me necesitaba en el castillo, ella me dijo que invitara a quien sea, pero le dije que eras tu..–hice una mueca de desagrado, con que al saber que soy yo no me hubiera aceptado. Al cabo que ni me había ilusionado.— ¡Pero no pienses mal! — aclara.— Harry iba a estar en la casa y yo mismo le dije que no seria recomendable tenerlos en el mismo lugar.

— Pensaste bien. — murmuró mientras me sentaba en la cama. — Pero eso no me explica el por que de que te quieres quedar.

El me miro por un momento y sonrió, esas sonrisas calidad y llenas de ternura que hacen que los ojos de la persona brillen haciendo que se vean bien tontos, esa eran el tipo de sonrisa que tenia.

— Me quedare por ti. — ¿Que? — ¿Esa no es razón suficiente?

— Yo me puedo quedar sola.

— Nadie merece estar solo en navidad.

Coloque los ojos en blanco. ─ Yo eso no lo celebro.

─ Siempre hay una primera vez para todo.

La hija de VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora