Capítulo 10

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Me cruce de brazos mientras lo miraba ceñuda, el solo río ante mi cara y me acerco la cuchara a la boca. ¿Este cree que porque estoy enferma no puedo comer yo sola o que? No soy una niña pequeña para que me trate así y aunque lo fuera no me gustaría que me trataran de esta forma igual. La verdad es que mis recuerdos de niña no eran los mejores.

— Vamos abre la boca. —me volvió a decir por quinta vez y yo me me negué rotundamente.  El sonrió divertido y me acerco mas la cuchara, rodé los ojos. — Abre, vamos, di ah.

Abrí la boca y tome de la sopa que me ofrecía, estaba bien calientita, agradable. El me sonrío y volvió a repetir el mismo procedimiento hasta que me acabe la sopa. No podía con insistencia de Fred así que no me quedaba mas remedio que unirme. Me dejo sola para llevar el plato a la cocina y aproveche para acomodarme en la cama.  Fruncí mi ceño al pensar en todo esto ¿Por que lo había hecho? El no tenía que estar en ese lugar y aun así... Me cargo hasta este lugar y curo mis pies, me abrigo y se ha quedado acá, conmigo.

— ¿Te encuentras bien? – me pregunta y me encojo de hombros. ¿Cuando había estado bien?  Se sienta a mi lado y me quita la almohada la cual me encontraba abrazando. Lo miro con cierta molestia y el solo sabe sonreírme. — ¿Por que eres así?

— ¿Por que sería de otra manera?

Me senté en la cama y lo mire directamente a los ojos. — Tu viniste a este mundo rodeado de amor, tus padres te hicieron con amor, te tuvieron con amor, te criaron con amor y un círculo familiar unido. — le digo. — Yo no, yo no sé lo que es eso... Yo fui creada para que el viviera, para que el tuviera algo que lo atara a la tierra.

— No entiendo. — murmura y yo ruedo los ojos mientras niego.

— Nadie nunca lo hace. — me vuelvo acostar dando la espalda y me cubro por completa.

La verdad creía que se iba a ir, que me iba a dejar sola y que terminaría yéndose con su familia. Pero no fue así, se acostó a mi lado. Escuché como suspiro y baje un poco la sábana para mirarlo y el me miraba a mi, su mano viajo hasta mi mejilla y la acaricio con suavidad​.

— Yo quiero quiero entenderte. — me dijo con dulzura, negué y retire su mano de mi cara, la chispa que surcaba sus ojos se apagó.

— No dejaré que lo hagas, no lo haré.

— Diana..

— Déjame sola, necesito dormir.

—No te dejaré sola.— lo mire mal y el me sonrío de medió lado mientras me atraía hacia el de forma rápida pegándome a su cuerpo.—Y tampoco me rendiré.

—Dijiste que no íbamos a tener sexo y mira como me tienes Weasley.— le dije evitando ya tocar ese tema, el me sonrío divertido y yo negué mientras rodeaba los ojos. Había logrado mi objetivo.

— Eres una niña.

— Pero esta niña te encanta. — dije orgullosa y el río, espere que lo negara pero no lo hizo, haciendo que algo llamado nervios explotara dentro de mi. — Oye..

— Cuando crezcas  veremos que pasara entre tu y yo. — abrí los ojos y el río fuertemente ganándose un golpe en el estómago.

No sabía que me pasaba con Fred, bueno si lo sabía. Había sido la única persona junto con George que había sido insistente desde el principio conmigo. No me habían juzgado simplemente se hicieron mis amigos, aunque yo no lo aceptara.  Aunque yo dijera que su presencia me fastidiaba la verdad es que era todo lo contrario. Cuando se alejaron un tiempo de mi, después de todas las cosas que había estado haciendo, se podría decir que los extrañe aunque nunca admitiría a eso. Nunca en la vida.

—Sigue soñando Weasley. —palmee su pecho en forma de consuelo.

— Sueño contigo. — ¡Me beso! ¡Me acaba de besar!

Sus labios se había posado rápidamente sobre los míos y luego se había alejado levantándose de la cama, parpadee varias veces.

— ¡Fred Weasley! — chille mientras me colocaba de pie y salía corriendo tras de él, él muy maldito se reía. ¡Idiota!

— ¡No lo niegues Damita, te encanto!

— ¡Vuelve acá pelirrojo idiota! ¡Te voy a matar!

— ¿¡A besos?! — grito desde el baño.

— ¡¿A patadas?! ¡¡Ahora sal de ahí!!

La hija de VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora