Capítulo 17: Me vuelves loco

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Me despierto por culpa del maldito dolor de cabeza, miro la hora en el móvil y gruño al darme cuenta de lo tarde que es. No me puedo creer que me haya despertado a altas horas de la madrugada.

Me levanto perezosamente de la cama y bajo las escaleras para ir a por una pastilla para el dolor, entonces veo a Darien durmiendo en el sofá.

—Darien... —susurro acercándome a él y acariciando su espalda.

—¿Mmm? —consigue murmurar ya que está medio dormido.

—¿Qué haces aquí? —pregunto aunque puedo imaginar por qué está durmiendo en el sofá y no en su habitación.

—No quería dormir en la misma habitación que Jayden —explica incorporándose sobre el sofá y frota sus ojos—. ¿Y tú?

—Yo venía a por una pastilla para el dolor de cabeza —informo y él asiente.

Voy a la cocina, cojo una pastilla del cajón de las medicinas y me la tomo mientras bebo un vaso de agua fría. Cuando salgo de la cocina vuelvo hasta Darien, que está acurrucado y abrazado a la almohada.

¡Es demasiado adorable!

—Darien... —murmuro cuando una idea pasa por mi mente—. ¿Por qué no duermes conmigo?

—¿Contigo? —pregunta mirándome sorprendido y yo asiento—. No sé... Yo...

—No acepto un no por respuesta. Está decidido, duermes conmigo —ordeno y él niega con la cabeza mientras sonríe y se levanta dejando la almohada a un lado.

Subimos sin hacer ruido, con nuestras manos entrelazadas. Entramos en mi habitación y Darien cierra la puerta. Nos acostamos cada uno a un lado de la cama y apoyo mi cabeza sobre su hombro.

—¿Darien, por qué le has dicho a Samantha que soy tu novia? —pregunto alzando mi cabeza para mirarlo a los ojos y apoyo una mano sobre su pecho.

—Porque así creerá que no estoy soltero y me dejará en paz —asegura.

—¿Te enamoraste de ella?

—Sinceramente, creía que sí, pero ahora sé que no, ya que me ha dolido más que mi hermano hiciera eso que... —suspira—. Que Samantha me engañara. Fui tan estúpido...

Subo mi mano hasta su mejilla y apoyo mi frente sobre la suya, entonces una pequeña sonrisa se forma en sus labios y noto cómo por fin consigue relajarse.

—Tenéis que arreglarlo, Darien. No podéis estar así por una chica... —susurro rozando nuestros labios con cada palabra.

Nos quedamos así unos instantes, con nuestros labios rozándose, hasta que decide unir nuestras bocas en un beso desesperado y me pongo sobre él.

Darien aferra sus manos a mi cintura y yo coloco las mías sobre su nuca para profundizar el beso. Sus manos se adentran en mi pijama acariciando mi espalda y yo bajo las mías por su pecho hasta encontrar el final de su camiseta y tiro de ella hacia arriba para quitársela.

Cada vez el beso se vuelve mucho más intenso y apasionado. Nuestras bocas están coordinadas, se mueven al mismo ritmo y con la misma intensidad. Darien acaricia mis labios con los suyos suavemente y una sonrisa por su parte interrumpe el beso.

—Me vuelves loco —susurra volviendo a juntar nuestros labios.

Sus manos salen de mi pijama y las coloca sobre mis piernas, entonces nos voltea colocándose sobre mí. Poco a poco, entre besos y caricias, nuestra ropa desaparece.

Darien deja un camino de besos desde mi cuello hasta mi ombligo y me estremezco bajo él. Vuelve a besarme de nuevo y siento cómo su erección presiona en mi entrada. Mis nervios aumentan de una manera descomunal sabiendo lo que va a pasar.

—¿Estás segura de esto? —pregunta separando sus labios de los míos.

Asiento, con mi corazón latiendo a mil por hora y mi respiración agitada. Entonces estiro el brazo hasta alcanzar uno de los preservativos que guardo en el cajón de la mesita de noche, que me regaló mi madre cuando cumplí dieciséis años y hasta ahora nunca había utilizado.

Darien se coloca el preservativo y vuelve a juntar nuestros labios de nuevo. Me besa despacio, con suavidad, y noto su dureza preparada para adentrarse en mí.

Sus labios vuelan hasta mi cuello y entonces consigue adentrarse poco a poco en mi interior. Un suspiro se escapa de mis labios al notar todo mi interior arder. Una mezcla de sensaciones inexplicables se apoderan de mí.

Darien vuelve a besarme y comienza a moverse sobre mí, sus movimientos son lentos pero intensos y nuestras agitadas respiraciones hacen eco por toda la habitación.

El ritmo de sus caderas aumenta, coloco mis manos sobre sus hombros y clavo mis uñas cuando pega una fuerte embestida y mis gemidos son silenciados por su boca.

Sus embestidas aumentan y noto que estoy apunto de llegar al éxtasis.

Sigue moviéndose sobre mí con la misma intensidad hasta que los dos nos dejamos llevar al mismo tiempo y sus movimientos se vuelven más lentos.

Apoya su frente sobre sobre la mía y deja un beso en mis labios antes de tumbarse a mi lado con la respiración agitada y se deshace del preservativo.

—Buenas noches —dice pasando sus manos por mi cintura para abrazarme.

—Buenas noches —respondo con una sonrisa apoyando mi frente sobre la suya.

—Eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo —susurra dejando un beso sobre mis labios.

Siento que el corazón se me va a salir del pecho y no puedo evitar sonreír sobre sus labios antes de quedarme dormida rodeada por sus brazos.

✧ ✧ ✧

Me despierto con el cuerpo desnudo de Darien abrazado al mío, con sus brazos rodeándome por la cintura, y sintiendo que es el mejor despertar del mundo.

—Buenos días —dice con una sonrisa y dejo un beso en sus labios antes de incorporarme sobre la cama.

Algo llama mi atención y poso mi mirada sobre un bulto en la sábana. Abro los ojos muy sorprendida y Darien levanta la cabeza para mirar lo que ha provocado mi reacción, entonces tapa rápidamente su erección con la almohada y no puedo evitar soltar una gran carcajada.

—Es el efecto de las mañanas —explica encogiéndose de hombros.

Niego con la cabeza sin dejar de reír y me levanto de la cama para vestirme. Darien sigue acostado, pero noto cómo me observa mientras me visto. Antes de salir de la habitación se levanta y se aproxima hasta mí para dejar un beso sobre mis labios.

Mis mejillas arden al verlo completamente desnudo, y antes de que lo note y pueda burlase de mí salgo de la habitación.

Bajo a la cocina y me encuentro con Jayden desayunando, noto que tiene los ojos muy hinchados, por lo que supongo que ha estado llorando.

—¿Dónde está Darien? —pregunta con un tono de tristeza en su voz.

—Ha dormido conmigo, anoche estaba en el sofá durmiendo —me cruzo de brazos frente a él y se encoge de hombros.

Este es el momento perfecto para poder descubrir qué pasó realmente entre él y Samantha, para descubrir por qué le hizo eso a su hermano.

—¿Qué pasó con ella? —pregunto sin rodeos sentándome frente a él.

—Samantha estaba obsesionada con nosotros dos, pero Darien estaba muy enamorado, por eso no quise decirle nada, para no hacerle daño —explica y suelta un suspiro—. Simplemente intenté protegerlo... Pero cometí el gran error de enamorarme también de ella.

En el fondo lo sabía, tenía la certeza de que él también se enamoró, por lo que no me sorprende su confesión.

—Tal vez no le habrías hecho tanto daño si le hubieses dicho la verdad, ¿no crees?

—No puedo cambiar lo que hice...

—Pero puedes arreglarlo —aseguro sonriéndole y asiente con una pequeña sonrisa afligida.

Tienen que arreglarlo como sea, y si ellos no lo hacen entonces seré yo quien se encargue de hacerlo.

Mi peor pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora