Capítulo 43: Nada es imposible

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NARRA DARIEN

Observo atentamente a Megan mientras intenta no quedarse dormida (lo cual le está costando bastante, la verdad) mientras ve la televisión y no puedo dejar de darle vueltas a la cabeza. Todo esto me supera.

No me esperaba esa noticia.

Jamás pensé que perdería a Megan de esta forma, que todas mis esperanzas se irían tan solo por una noticia que, aunque debería de ser buena, me había destrozado por completo el corazón. Ella y yo nunca estaremos juntos, y el universo no deja de mandarme señales bien claras.

Intenté estar con Becca para olvidarme de Megan, y para intentar darle celos, pero no funcionó ninguna de las dos cosas. Ella iba muy enserio con Connor y yo cada vez me sentía más lejos de ella, y de mí mismo.

No fui capaz de empezar algo serio con Becca, a pesar de que era una chica que me gustaba, porque mi corazón seguía siendo de Megan. Siempre lo será. Y sin ella me sentía perdido, fingiendo que ya nada me importaba porque tenía a otra persona maravillosa a mi lado, pero Becca no se merecía ser la tirita que tapara la herida que Megan me había dejado.

Merece que la quieran de verdad.

Me levanto del sofá, justo cuando Megan se ha dormido, y subo a mi habitación. Abro el cajón de mi mesita y busco la pulsera que me regaló por Navidad. Me siento sobre la cama y la observo con nostalgia, hasta que alguien interrumpe.

—Eh, tío, ¿qué te pasa? —pregunta Jayden acercándose a mí con el ceño fruncido.

Niego sin levantar la cabeza, apretando la pulsera con el puño cerrado, para que no vea las lágrimas que caen por mi cara.

—Darien, venga, cuéntamelo —insiste tocando mi hombro con cariño—. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué estás llorando?

—La necesito —confieso.

—Pues ves a por ella.

—Jayden, ella está... —carraspeo y noto que las palabras se me atragantan—. Está embarazada. Es imposible que podamos estar juntos. Se acabó.

—Nada es imposible.

¿Por qué no le ha sorprendido lo que acabo de decir? Ni se ha inmutado, es como si ya lo supiese, pero, ¿cómo...? Joder, claro. Su novia es la mejor amiga de Megan, seguro que ella se lo dijo. Él ya lo sabía.

—¡Vamos, deja de decir estupideces, me estás poniendo de los nervios! —exclamo  perdiendo los papeles—. No sé cómo eres capaz de verlo todo tan sencillo.

—Es que no lo estás entendiendo.

—Pues sinceramente no, no entiendo una mierda, ¿qué estás queriendo decir?

—Que nada es imposible —repite de nuevo muy despacio, como si se lo dijese a alguien que no entiende nuestro idioma—. Siempre y cuando tú lo creas posible.

—¡Otra vez! ¡¿Y qué cojones quieres que haga?! —grito sin que me importe lo más mínimo que nuestros padres o Megan me puedan oír. Ya nada importa—. Va a tener un hijo con Connor, y aunque lo hayan dejado, volverán a estar juntos.

—Te equivocas —niega cruzándose de brazos—. No estarán juntos porque tú eres el padre. Y puedo apostar a que Connor la ha dejado por esa razón.

—¿Qué? ¿Qué yo soy...? —niego con la cabeza incrédulo—. ¡¿Estás de puta coña?! ¡No me jodas con esto, Jayden!

—Hablo totalmente enserio.

Al ver su cara tan seria y sin un ápice de broma en sus palabras me doy cuenta de que está diciendo la verdad. Jayden suele bromear todo el tiempo, pero sé que jamás lo haría con algo tan importante.

Mi peor pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora