Mi peor pesadilla

Capítulo 1: Empieza la pesadilla

Bajo lentamente las escaleras, pensando en cómo poder huir sin ser vista, y ahí están ellos, Darien y Jayden, los estúpidos gemelos que me van a hacer la vida imposible a partir de ahora.

¿Por qué mi madre tenía que casarse con su padre? ¿Es que acaso no habían más hombres solteros dispuestos a convivir con una mujer divorciada y su hija? Vivimos en una ciudad bastante grande así que estoy segura de que sí habían suficientes hombres disponibles que no tuviesen hijos a los que odio profundamente.

¿Esto es por aquella vez que mi zumo de naranja cayó accidentalmente sobre las mochilas de los gemelos? En mi defensa diré que fue para vengarme por haberme empujado por las escaleras del colegio.

¡Estuve un año con el pie escayolado!

Además, mis compañeros se pasaron todo el curso llamándome "pato" por la forma en la que caminaba. Los niños pequeños pueden llegar a ser tan malignos...

Llego hasta la entrada, que está repleta de maletas y cajas por todas partes, y me abro paso hasta llegar a ellos. Me pregunto qué habrá entre sus pertenencias, si quizás esconden objetos de tortura para utilizar en mi contra. No me sorprendería lo más mínimo, la verdad.

Anthony y mi madre están hablando, y veo a los gemelos colocando cajas por detrás. Darien es el primero que se percata de mi llegada, coloca la caja que estaba entrando sobre otra y me lanza una mirada que me pone los pelos de punta. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo cuando nuestras miradas se encuentran. Qué extraño.

Rápidamente aparto los ojos de él y me dirijo hacia mi madre y Anthony.

—Hola, bienvenidos —saludo por educación con una sonrisa forzada y doy media vuelta para irme de nuevo.

—Megan, espera —me detiene mi madre sujetándome del brazo—. Enséñales la casa a los gemelos si no te importa, por favor.

Claro que me importa.

Ruedo los ojos y suspiro molesta antes de obedecer las órdenes de mi madre. Se le da genial conseguir lo que quiere, gajes del oficio supongo. Mi madre es una de las mejores abogadas de la ciudad, tiene una reputación excelente, y en ocasiones suele utilizar sus artimañas contra mí.

—Venid conmigo —les ordeno subiendo las escaleras pesadamente—. Mirad lo que queráis, pero no toquéis nada si no queréis tener graves problemas.

—Qué amable eres, creo que no existe ninguna persona en el mundo entero que sea tan... Como tú —habla Darien con un toque irónico y me giro hacia él con los brazos cruzados.

—¿Con los chicos a los que tanto odio y que ahora tienen que vivir bajo mi mismo techo? Por supuesto que sí, no lo dudes ni por un segundo —contesto sonriendo maliciosamente—. He estado reservando toda mi amabilidad para vosotros.

—Vaya, tu sarcasmo es increíble —habla esta vez Jayden soltando una carcajada.

—Es una de mis especialidades.

—Bueno, ¿cuál es nuestra habitación?

—Pues... veréis, en el jardín hay unas tumbonas, junto a la piscina, podéis dormir ahí, son realmente cómodas. Aunque si preferís dormir en una cama, al final del pasillo hay una habitación libre —explico señalando la puerta con la mano.