"Te amo". Esas dos palabras se han marcado en mí como con tinta. No sé qué hay entre Darien y yo, aunque ahora mismo mentiría si dijera que nada, pero no sé qué somos exactamente.
Ya han pasado varios días de mi accidente y estamos sentados en el sofá viendo una película, Darien está sentado y yo estoy tumbada con la cabeza sobre sus piernas.
Jayden nos mira extrañado, como sin entender por qué estamos así. Según mi madre es amor de hermanos... ¡Ya claro! Si supiese que hemos tenido sexo estoy segura de que no pensaría lo mismo.
Mi móvil suena sobre la mesa y me incorporo sentándome sobre el sofá mientras Darien pausa la película.
—¿Meg, qué tal estás? —pregunta Beth nada más contestar.
—Estoy bien, mejor que nunca —respondo sin poder evitar sonreír.
—¿Meg, eres tú? —contesta Beth soltando una sonora carcajada—. Bueno, te llamaba para saber si te apetece ir de compras. Ya sabes, para desconectar un poco.
—¿Compras? ¡Pues claro! —exclamo levantándome del sofá—. Además desde el accidente no he salido y creo que me vendría bien moverme.
—¡Genial! Dile a los gemelos que vengan también, necesito a alquien que sujete mis bolsas, y si además es alguien guapo...
Sé perfectamente que se refiere a Jayden. Desde hace unos días tengo la extraña sensación de que Beth se siente atraida por él, aunque ella no lo vaya a admitir.
Además, creo que a Jayden le gusta. Tal vez sean imaginaciones mías, pero he notado que su actitud es muy distinta cuando ella está delante, como si intentase llamar su atención todo el tiempo.
—Vale, yo se lo digo —aseguro sin parar de reír y los gemelos me observan con las cejas alzadas—. ¡Luego nos vemos!
Cuelgo la llamada mirando a los gemelos con una enorme sonrisa en la cara y ambos fruncen el ceño.
—Chicos... ¡Nos vamos de compras!
✧ ✧ ✧
—¿Cuántas tiendas más? —gruñe Jayden cargando las bolsas de Beth.
—Vamos... ¡Deja de quejarte! —dice Beth rodando los ojos.
—No somos vuestros esclavos, nosotros también queremos mirar ropa, ¿sabes?
—Qué presumido, ¿no? —se burla Beth y Jayden la mira frunciendo el ceño.
Entramos en una nueva tienda y voy en busca de alguna prenda para ellos. Si les elijo yo la ropa acabaremos más rápido y podremos irnos pronto. Estoy cansada de recorrer tantas tiendas...
¡Ya ni me siento los pies!
—Aquí tenéis —digo dándoles unas camisas básicas—. ¡Venga, probaroslas!
Nos dirigimos hacia los probadores y los gemelos se adentran cada uno en un probador distinto.
—Megan, entra —dice Jayden abriendo la cortina—. Necesito tu ayuda.
Me extraño al escuchar que me llama a mí en lugar de a Beth. La verdad es que ella tiene mucho mejor gusto que yo, por lo que estoy segura que sería de mejor ayuda en cuanto a la elección de ropa.
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Mi peor pesadilla
RomanceImagina que tus peores enemigos se convierten en tus hermanastros, que se mudan a tu casa, y tú no puedes hacer nada para impedirlo. Sería una auténtica pesadilla, ¿no crees? Pues eso es lo que le sucede a la protagonista de esta historia; los gemel...