Capítulo 11: Nunca lo olvides

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Estamos parados frente a la entrada de la casa del terror, y no sé si voy a ser capaz de entrar, solo el exterior ya es aterrador.

—Entra tú primero —digo a Darien que me mira elevando una ceja.

—¿Tienes miedo? —pregunta pasando su brazo por mi cintura—. Entramos juntos.

Nos adentramos en la casa y veo que hay una cama en medio de la sala con una niña tumbada. La niña se levanta y comienza a gritar haciendo que mi corazón casi se me salga del pecho.

¡Maldita niña del exorcista!

—¡Darien, joder! ¿Quién me manda a mí entrar aquí? —exclamo tapándome los ojos con las manos—. ¡Quiero salir!

—Tranquila, estoy yo aquí —susurra presionándome más contra él.

Megan, límpiate la baba.

Seguimos el recorrido juntos hasta llegar al final. He pasado los cinco minutos más largos de mi vida, pero por fin logramos salir de esa maldita casa del terror.

Decidimos volver a la atracción donde se habían quedado Jayden y Beth, y mientras vamos caminando pasamos por delante de unas barcas. Me alejo de Darien y me apoyo en una barandilla observando a las parejas que hay subidas ahí.

Se ven tan tiernos...

—Hola, nena —llama mi atención un chico moreno que está apoyado a mi lado en la barandilla—. ¿Te subes conmigo ahí?

—No, gracias —contesto haciendo una mueca y volteo para irme.

—Vamos, sé que sí quieres —insiste el chico y me agarra por la muñeca con fuerza.

—¡Te ha dicho que no, gilipollas! —grita Darien acercándose y golpeando su puño en la cara del chico.

El susodicho cae al suelo con la nariz ensangrentada. Lanzo una mirada de completo horror a Darien, que está con los puños apretados y una expresión de auténtica furia.

No puedo creer lo que ha hecho...

—¿¡Qué mierda haces!? —grito sin saber qué hacer, pero no me contesta, ni siquiera se molesta en mirarme.

Volteo dispuesta a irme pero algo me lo impide, el hecho de que Darien es ahora quien está en el suelo. El chico le pega varios puñetazos en la boca y Darien no parece poder quitárselo de encima.

Estoy asustada y tengo unas inmensas ganas de llorar. No me puedo mover del sitio ya que tengo la sensación de que me voy a desmayar.

La verdad es que no entiendo por qué le ha tenido que pegar. De acuerdo, el chico ha sido un completo imbécil, pero tampoco era para tanto... Creo que no era necesario recurrir a la violencia.

Dos chicos que ven la pelea se acercan y separan rápidamente al chico que está golpeando a Darien y se lo llevan.

—¿Estás bien? —pregunto acercándome a Darien, que se levanta del suelo e intenta sonreír para tranquilizarme.

—Perfectamente —responde poniendo sus manos en mi rostro—. ¿Tú estás bien?

Asiento con la cabeza y bajo la mirada a sus labios, que están sangrando.

—Vamos a casa —ordeno, aunque más bien se lo suplico—. Estás sangrando...

✧ ✧ ✧

—¿Me curas el labio? —pregunta Darien asomándose por la puerta.

Voy a por el botiquín que hay en uno de los armarios del baño, y al volver a mi habitación me encuentro a Darien sentado sobre mi cama y me siento junto a él.

Mi peor pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora