Darien tiene a Jax durmiendo sobre su pecho, mientras él y Jayden juegan a la play. Aunque no se hablen al menos han empezado a jugar juntos de nuevo. Es un gran y sorprendente avance.
Las gemelas y yo estamos sentadas en el suelo jugando con algunos muñecos que tenía guardados en un armario de cuando era una niña. Recuerdo que la muñeca de pelo rosa con la que juega Emily fue un regalo de cumpleaños de mi padre.
—Darien es mi novio —escucho susurrar a Chloe en el oído a su hermana—. Es muy guapo, ¿a que sí?
—Pues Jayden es el mío —asegura Emily tapándose la boca mientras suelta una risita—. ¿Megan, quién es tu novio?
Las gemelas dejan los muñecos en el suelo y me miran con unas pequeñas sonrisas. Sin poder evitarlo lanzo una rápida mirada a Darien, que tiene sus ojos puestos en mí como si estuviese esperando mi respuesta.
—Pues... No tengo novio —respondo encogiéndome de hombros.
Las gemelas me observan como si no hubiesen entendido mi respuesta.
—Entonces, ¿no te vas a casar? —pregunta Emily con cara de horror—. ¿Y no tendrás hijos nunca? ¿Vivirás con tus gatos?
¿Cómo unas niñas tan pequeñas pueden pensar esas cosas? ¡Yo no voy a vivir con gatos! ¿Cuántos años pensarán que tengo? Maldición. Espero que no tengan razón y no me quede soltera toda la vida y cuando muera sea devorada por mis gatos.
Unas risas por parte de los gemelos interrumpen mis pensamientos y veo que Jayden se levanta del sofá para acercarse hasta nosotras.
—Pequeñas, ¿vamos a dormir? —pregunta sujetando a las gemelas en brazos.
Aunque no le digo nada en realidad le agradezco que me haya salvado de esta incómoda situación.
—Vale... Buenas noches —susurra Emily apoyando la cabeza en su hombro.
—Adiós, Megan —sonríe Chloe.
—Buenas noches —les doy un beso en la mejilla a cada una—. ¡Qué tengáis dulces sueños, chicas!
Jayden y las gemelas desaparecen a través de las escaleras y me acerco al sofá para sentarme junto a Darien, que todavía tiene a Jax dormido sobre él.
—¿Sabes qué, Megan? En el futuro serás una buena madre —asegura y sonrío dejando un beso en sus labios—. Buena madre de nuestros hijos —susurra con nuestros labios juntos.
—¡Idiota, no digas esas cosas! —lo fulmino con la mirada y le golpeo en el brazo.
Darien sonríe orgulloso y no puedo evitar ponerme colorada. ¿De verdad piensa que seré la madre de sus hijos? ¿Acaso eso estaría bien? Mierda. Somos hermanastros... No creo que fuese una buena idea tener hijos con él.
Y a todo esto, ¿por qué estoy pensando en tener hijos? Todavía soy muy joven para pensar en eso. Aunque he de admitir que me encanta estar junto a Darien mientras tiene a Jax sobre su pecho.
Parecemos una familia, y eso me gusta.
El pequeño Jax abre los ojos poco a poco y frunce el ceño como si fuese a llorar, pero antes de que eso suceda Darien lo balancea con sus brazos.
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Mi peor pesadilla
RomansaImagina que tus peores enemigos se convierten en tus hermanastros, que se mudan a tu casa, y tú no puedes hacer nada para impedirlo. Sería una auténtica pesadilla, ¿no crees? Pues eso es lo que le sucede a la protagonista de esta historia; los gemel...