—¡Me voy a casa de Beth! —grito para que todos me escuchen mientras bajo rápidamente por las escaleras.
—Vale, a las nueve en casa —ordena mi madre desde la cocina.
—Sí, mamá... —ruedo los ojos aunque no me vea y salgo de casa.
Voy caminando y noto que mi móvil vibra en el bolsillo de mi pantalón al recibir un mensaje. Enciendo la pantalla pensando que se trata de Beth pero me sorprendo al ver que no es ella.
Número desconocido: Darien me sigue queriendo a mí, estoy segura, así que deja de interponerte entre nosotros. Solamente eres su estúpida hermanita, olvídate de él.
Me quedo atónita al leer el mensaje, ya que se trata de Samantha. ¿De dónde narices habrá sacado mi número? ¿Y cómo está tan segura de que Darien la sigue queriendo? ¿Será cierto? ¿Acaso Darien le ha dicho algo que yo no sé?
Mierda. Espero que simplemente sean ocurrencias suyas, porque la verdad me preocupa. Aunque después de haber estado tanto tiempo engañando a Darien tal vez esté intentando engañarme a mí también.
Vuelvo a leer el mensaje de nuevo mientras pienso en si merece la pena responderle.
Entonces, justo cuando voy a cruzar al otro lado de la calle, con mis ojos fijos en la pantalla y debatiéndome en si responder o no, escucho el claxon de un coche que no consigue frenar a tiempo...
Y todo a mi alrededor se desvanece.
NARRA DARIEN
Estoy sentado en el sofá viendo una serie de suspense con mi hermano cuando mi teléfono suena y un número desconocido aparece en la pantalla.
—¿Quién eres? —pregunto con el ceño fruncido nada más responder.
—Soy Beth. Megan todavía no ha llegado y no contesta a mis llamadas. ¿Sigue estando todavía en casa? —pregunta y noto que está preocupada.
—No, hace como una hora que se ha ido de aquí —me levanto del sofá y paso mi mano por mi frente—. Beth, ahora voy.
—¿Qué pasa? —pregunta Jayden mirándome extrañado.
—Megan todavía no ha llegado a casa de Beth —explico yendo a la entrada y agarro las llaves de la moto—. Voy a buscarla.
—Espera, voy contigo.
Salimos rápidamente por la puerta y nos montamos en las motos. Nos dirigimos a casa de Beth, que se encuentra bastante cerca de la nuestra, y al llegar la vemos esperándonos fuera.
—Hay que encontrarla —dice rompiendo a llorar—. ¿Y si la han secuestrado? ¿¡Y si está muerta!? Joder, Megan no estaría tanto tiempo sin responder...
—Beth, tranquila... —le susurra mi hermano abrazándola y ella le devuelve el abrazo con más fuerza.
Saco mi móvil del bolsillo y marco el número de Megan. No lo tiene apagado pero no responde, y eso es demasiado extraño en ella. Mierda, espero que no le haya pasado nada.
Mi corazón empieza a latir de una forma descontrolada y noto cómo mis ojos se humedecen llenándose de lágrimas.
En mi mente aparece la imagen de ella frente a mí en el mar confesándome que está enamorada de mí y no puedo evitar sentir un dolor en el pecho. Me arrepiento tanto de no haberle dicho que yo también lo estoy...
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Mi peor pesadilla
Roman d'amourImagina que tus peores enemigos se convierten en tus hermanastros, que se mudan a tu casa, y tú no puedes hacer nada para impedirlo. Sería una auténtica pesadilla, ¿no crees? Pues eso es lo que le sucede a la protagonista de esta historia; los gemel...