El baño en las duchas del gimnasio fue corto pero relajante. Luego de aquel regaño por parte de mi amigo y caminante en esteroides, tanto Rachel como yo decidimos prestar atención a todo lo que nos estaba mostrando. Gracias a Logan, había aprendido muchas cosas, entre ellas a crear resistencia y velocidad al moverme por el agua. Era un gran instructor y debido a eso los saltos fueron mejorando con el tiempo, aunque todavía se que soy un asco... pero definitivamente han mejorado. En cambio con Rachel, todo era distinto. Trabajaba en el gimnasio pero gracias a que Logan decidió hablar con el dueño, nos acompañaba a practicar en todos los entrenamientos. La veía esforzarse el doble y siempre muy pendiente a mi amigo, pocas veces la había oído quejarse y siendo muy sincera hasta diría que es mucho mejor que yo en todo esto de la natación.
Suspiré y observé con curiosidad la pantalla de mi celular. Cero mensajes y cero llamadas. Pero para ser sincera... ¿que se supone que realmente esperaba?
Sacudí la cabeza.
Revolví mi cabello mojado mientras caminaba con la mochila en el hombro saliendo de los vestidores. El lugar estaba silencioso, ya no quedaba nadie en el área de la piscina. Excepto por la pareja a un lado de la entrada. Mi amigo sonreía animadamente mostrándole su celular a la castaña y esta solo le respondía con la misma emoción. De repente el brazo de Logan la rodeo por los hombros y rápidamente la pego a su costado, el celular llegó a un punto estratégico y la foto fue tomada.
—¡Vaya! Cualquiera diría que son novios.—mi voz burlona los tomó por sorpresa, Rachel bajó la mirada y sus mejillas se tiñeron de aquel tono rojizo que traía de manera frecuente.
—¿Qué?—la sonrisa burlona de Logan al responderme me hizo subir las cejas.—No, claro que no. Somos amigos ¿verdad Rachel?—
Observé a mi amiga y está solo se dedicó a sonreír con mucho esfuerzo y asentir de forma pesada. Mis cejas se elevaron intrigada mientras me ubicaba a tan solo unos pasos.
—Claro... somos amigos.—murmuró al instante apretando levemente los labios.
Miré con muchas dudas hacia Logan y viendo que este no me prestaba atención, rodé los ojos. Nos despedimos. Rachel caminó hacia la parada del autobús mientras que Logan y yo fuimos en direccion a su auto y una vez dentro de este, encendimos la calefacción y un aire bastante caluroso nos hizo sentir más cómodos.
—Oye... ¿qué te traes con Rachel?—mi voz curiosa me hizo achicar la vista mientras abrochaba el cinturón de seguridad.
—Nada, Rachel y yo somos amigos Marcella.—
Lo vi encogerse de hombros y como tranquilamente comenzaba a conducir. La castaña nos vió pasar frente a la parada del bus y su brazo se agitó en el aire, despidiendonos una vez más.
—¿Estas seguro?—
—Muy seguro, Rachel necesita un novio... no un tipo que quiera solo un polvo.—
—¿Disculpa? —
Mis cejas se elevaron con evidente sorpresa y al instante giré en mi asiento para poner mi mirada sobre él.
—¡Vamos! ¿Enserio hablaremos sobre esto?—su tono sorprendido y aquella pequeña sonrisa que tenían sus labios me hizo fruncir el ceño.
—Claro que vamos a hablarlo. ¿Estás seguro de que eres la clase de chico que solo buscaría a Rachel por un polvo?—
—Bueno... yo... Claro que lo haría, solo... seria un polvo... ella no es la chica que me gusta.—
Uno...
Dos...
Tres latidos y todo seguía igual.
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SUEÑOS OLVIDADOS © | SL #1 - COMPLETA
RomancePRIMER LIBRO DE LA SERIE "SIN LÍMITES" A los nueve años, Marcella Ames conoció lo que era el amor sin siquiera ser consciente sobre el enorme significado que poseía aquella palabra. Se preguntó a diario, ¿Por qué no era capaz de llamar su atención...