Capítulo 38

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¿Hasta dónde serias capaz de llegar para mantener las apariencias?

Diego Russo había respondido aquella pregunta en algún momento de su vida, estaba segura, y su respuesta fue muy diferente a la que yo hubiera contestado. Es por esa misma razón que sentí cómo mis manos se habían congelado ante aquellas crudas palabras, como si el tiempo se hubiera detenido, como si un balde de agua fría bajara por mi cuello empapando toda mi espalda y ni siquiera tuviera la fuerza suficiente como para tomar aire. ¿Qué lo había llevado a seguir tomando malas decisiones? ¿Por qué dejar que su hijo sufriera de aquella manera? ¿Por qué odiar la existencia de una niña que es parte de su familia? ¡Porque Daniela fue su hija! ¿Una hija que nunca reconoció? Una hija que estuvo con su medio hermano y trajo al mundo a una bebe.

—Nunca supe nada... no hasta que las cosas se salieron de control. Jamás tuve conocimiento sobre algo como eso.—respondió mi padre a aquella voz femenina que lo acusaba con rencor.

—Tienes que calmarte Alessia, buscaremos la manera mas correcta de manejar esta situación.—la voz de mi madre se escucho mucho mas cerca y de lo único que fui consciente fue de la mirada perdida de Logan sobre mi rostro.

—Busca a Alexander, ahora, Morgan...—exigió la mujer, enfurecida.

Sentí como mis rodillas cedieron, y al instante, unos brazos firmes me sostuvieron de la cintura. Como si la poca fuerza que le quedaba a mi cuerpo me hubiera sido arrebatada. ¿Aquella mierda tenia sentido? O sea, ¿Quién demonios permitía que sus hijos llegaran a ese extremo? ¿Había perdido la razón por su estúpida idea de mantener la imagen?

—¿Marcella?—

No era consciente de nada, en realidad, sólo escuchaba la voz opaca de Logan, allá... lejos, llamándome por mi nombre, mientras sostenía mi celular entre sus manos y fue así como supe que los gritos habían desaparecido, la llamada se había cortado, y ahora solo quedaba un silencio desesperante, un peso en mi pecho que me asfixiaba. Subí las manos hasta mis oídos y los cubrí con fuerza, odiando la suerte que tenia, el hecho de saberlo todo... pero en realidad no saber nada.

—Marcella... ¿qué es lo que sucede?—exigió Logan, sosteniendo mis manos con delicadeza, viéndome con preocupación a los ojos.—Mírame.—

—No sé que diablos fue eso...—murmuré con inseguridad, impresionada, pareciendo confundida y mucho más perdida de lo que alguna vez lo estuve en mi vida.—¿Qué clase de hombre deja que sus hijos mantengan una relación sexual? ¿Qué... tipo de hombre es Diego Russo para dejar que Daniela y Alex tuvieran una hija siendo ellos hermanos por sangre paterna?—

—¿Qué... es lo que acabas de decir? ¿Hermanos?—frunció el ceño, ayudándome a mantenerme de pie.— ¿Acabas de decir que la madre de esa niña y el italiano inepto, son hermanos?—

—¡La escuchaste!—comenté, alzando la voz.

—Si, por supuesto, escuché a una mujer italiana muy enfadada gritar por ese teléfono... el problema es que no entendí nada de lo que dijo.—admitió con impotencia, sin dejar de mirarme con atención a los ojos.

—Era la mamá de Daniela... Diego Russo... ese señor hizo algo muy estúpido.—murmuré, viendo a todos lados, notando como el mundo seguía avanzando a nuestro alrededor, el caminar de las personas que llevaban algo mas que prisa por continuar su camino.—Tienes que llevarme con Caterina... necesito contarle a ella, no puedo ir sola hasta Alex...—supliqué, intentando que mis manos dejaran de sacudirse.

—Lo que necesitas es calmarte, volvamos a la cafetería para tomar asiento.—sugirió, intentando caminar.

—NO, por favor, Logan... solo llévame con Caterina.—lloriquee, sujetándolo de su abrigo, poniendo resistencia.

SUEÑOS OLVIDADOS © | SL #1 - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora