Observando hacia la nada, mordí mis labios y luego cerré los párpados por varios instantes. ¿Por que todo en esta vida tenía que ser tan confuso y complicado? ¿Alguien me lo puede explicar? Por que aún no tenía la respuesta, y he mirado al cielo en busca de algo que tenga sentido, o tal vez para que Dios me ilumine, pero la realidad es que no ha funcionado. ¿Qué era lo que me había dicho?
Llené mis pulmones de aire limpio y soltandolo al instante, dejé caer los hombros con delicadeza. Estaba rendida, pero aún así estaba consciente de los acelerados latidos de mi corazón... de la impresión que se reflejaba en mi rostro y la poca credibilidad que le daba a sus palabras.
Luego de haber dado algunos pasos para alejarme, allí me encontraba, detenida a unos cuantos metros, con las manos cerradas en puños a cada lado de mi cuerpo.
—¡Vamos, Marcella! ¡No puedes irte de esa forma! Me refiero a que eres la hermana de Jason, Bella, te conozco hace mucho tiempo... haría lo que fuera para que te sintieras segura.—su voz era firme.—Y lamento mucho no haberlo hecho antes.—añadió con cierto toque de arrepentimiento.— Solo... no te vayas.—
Su rápida y nerviosa explicación hizo que cayera en cuenta sobre lo horrenda que era la vida y me regresó de pronto a la realidad. Aquella donde debería tener los pies sobre la tierra, dejando de hacerme ridículas fantasías, donde debería vivir mi presente y no seguir alimentando las esperanzas. Porque de cierta forma, la única persona responsable de que mi corazón sufriera en estos instantes, era yo misma. Ser adulta apesta, más ser una adulta que espera por alguien que nunca va a llegar apesta aún más.
Seguía dándole vueltas a su explicación de hace tan solo unos instantes y mi corazón no podía evitar dar latidos con mucho esfuerzo, como si le costase moverse, mientras el cerebro me reclamaba por reaccionar con tantas esperanzas cuando nunca habían sido infundadas.
De repente, el toque caliente, de su mano al rodear mi muñeca, me hizo subir las cejas y dar un giro sobre mis talones con lentitud. Y aunque no lo estaba mirando con demasiada atención, podía ver vagamente que subía una mano a su nuca y la acariciaba con aparente indecisión.
—Siempre que quiero arreglar las cosas contigo siento que no funciona.—expresó, dejando escapar el aire sin dejar de mirarme.
Lo vi morderse los labios, pendiente a todas las personas que se hacían paso a nuestro alrededor. Al tiempo en el que su mano nunca dejó de sostenerme y aquello era algo que con el pasar de los segundos se volvió doloroso. ¿Quién se supone que soy? ¿Otra Caterina frente a sus ojos?
—Quiero pedirte un favor.—
Murmuró a mi lado, luego de algunos instantes en silencio.Había decidido tomar asiento nuevamente a su lado, o más bien, me obligó a hacerlo. Pues luego de escucharlo, todo se había tornado un tanto confuso, mis hombros se tensaron y el bombeo de mi corazón fue tan rápido que temí saliera de mi cuerpo por la emoción. Pero lo más que me afectó, fue el golpe que recibí y que me llevó de nueva vuelta hacia el punto de inicio. Fruncí el ceño y parpadeé haciendo un gran esfuerzo para que las palabras simplemente salieran de mi boca.
—¿Ahora todo lo que haces es pedir favores?—
Pregunté confundida, girando el rostro para mirarle. Sonreía, vagamente, y sus ojos tenían cierto brillo natural. Aquello me hizo rodar los ojos de forma automática.—Digamos... que has tenido un día duro, hay que tener modales y yo soy todo un caballero.— aseguró, subiendo las cejas al mirarme de igual forma.—El señor Davidson y su esposa nos han invitado para la cena, esta noche. Quieren volver a verte.—
—¿Quieren verme? ¿A mi?—pregunté, con un gesto de duda.
—Si, al parecer fueron específicos al decir que fuera contigo.—lo vi acomodarse a mi lado, sonriendo para luego hacer una pequeña mueca pensativa.
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SUEÑOS OLVIDADOS © | SL #1 - COMPLETA
RomancePRIMER LIBRO DE LA SERIE "SIN LÍMITES" A los nueve años, Marcella Ames conoció lo que era el amor sin siquiera ser consciente sobre el enorme significado que poseía aquella palabra. Se preguntó a diario, ¿Por qué no era capaz de llamar su atención...